La Biblia Vulgata latina traducida en español y anotada conforme al sentido de los Santos Padres y expositores católicos, mejor conocida como Biblia de Scío, es una versión católica de la Biblia elaborada por el sacerdote escolapio español Felipe Scío de San Miguel.
| Empastado del siglo XIX |
Historia
En 1780, el rey Carlos III de España encomendó al padre Scío la traducción de la Biblia completa al castellano junto a otro sacerdote escolapio, Benito Feliú de San Pedro. El inquisidor general Felipe Bertrán autorizó en 1782 la traducción. Para 1788, el rey Carlos IV asume el proyecto de su padre y decide que se imprima la obra en Valencia. Para entonces Scío se encontraba en Portugal, así que la dirección de la impresión y la corrección de las pruebas se realiza en Valencia bajo la dirección del padre Felíu de San Pedro. El padre Scío envía en ese tiempo los libros pertinentes de su biblioteca a Valencia y los pone a disposición del p. Felíu y los demás escolapios que estaban revisando las pruebas de la primera edición. De 1790 a 1793 se imprime la Biblia traducida por el padre Scío, con la colaboración cercana del p. Felíu. Y tan sólo un año después estaba ya agotada totalmente la primera edición. La obra lleva multitud de argumentos justificatorios para aparecer en castellano. Se trata de una edición a dos columnas, con el latín y el castellano en paralelo. La traducción es por momentos bastante dura por el deseo de Scío de ajustarse a la letra de la Vulgata. Constituye también un monumento de erudición por las notas a pie de página. La alusión al texto hebreo y griego para ciertos libros del Antiguo Testamento y al griego para otros y para los del Nuevo Testamento evidencian su vasto conocimiento bíblico. Las notas del padre Scío también traen posibles variantes de traducción al castellano. Además hay notas de carácter espiritual. La edición lleva unos bastante completos índices de nombres y lugares, así como una cronología, obviamente según la información de la época, y otros elementos auxiliares. Todo ello habla elocuentemente de la notable calidad científica de quienes participaron en la traducción del siglo XVIII.” .
Cuerpo.
Tomo 1, 1791: Génesis, Éxodo y Levítico. Tomo 2, 1791: Número, Deuteronomio, Josué, Jueces, Rut. Tomo 3, 1791: 1 Reyes, 2 Reyes, 3 Reyes, 4 Reyes. Tomo 4, 1792: 1 Paralipómenos, 2 Paralipómenos 2, 1 Esdras, 2 Esdras, Tobías, Judit, Ester, Job. Tomo 5, 1792: Salmos, Proverbios, Eclesiastés. Tomo 6, 1793: Cántico de Cánticos (Cantar de los Cantares), Sabiduría, Eclesiástico, Isaías. Tomo 7, 1793: Jeremías, Trenos (Lamentaciones), Baruc, Ezequiel, Daniel. Tomo 8, 1793: Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahúm, Habacuc, Sofonías, Hageo, Zacarías, Malaquías, 1 Macabeos, 2 Macabeos. Tomo 9, 1790: Mateo, Marcos, Lucas, Juan. Tomo 10, 1790: Hechos, Romanos, 1 Corintios, 2 Corintios, Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses, 1 Tesalonicenses, 2 Tesalonicenses, 1 Timoteo, 2 Timoteo, Tito, Filemón, Hebreos, Santiago, 1 Pedro, 2 Pedro, 1 Juan, 2 Juan, Judas, Apocalipsis.
Características de la obra
El texto sagrado está distribuido en dos columnas: una en español y otra en latín. La traducción del texto en español se basó principalmente en la Vulgata. Felipe Scío colocó a pie de página otras variantes del texto en español traducidas de los textos en hebreo y griego. Varios de los comentarios sobre los pasajes bíblicos eran de tipo espiritual. Cada libro bíblico estaba antecedido de una introducción. La versión de Scío posee también cronología, genealogías e índice de nombres y lugares.
Legado
La Biblia de Scío fue la primera Biblia completa en español hecha en España desde 1280, cuando se publicó la Biblia alfonsina. Otras biblias completas en español anteriores a la Biblia de Scío, como la Biblia del Oso (1569) y la Biblia del Cántaro (1602), fueron realizadas en el extranjero, debido a que no eran aprobadas por la Iglesia católica.
Segunda edición
Debido a las críticas suscitadas por la excesiva consideración de los textos hebreos en la traducción, se hizo una segunda edición en Madrid por un equipo de sacerdotes escolapios: Calixto Hornero, Hipólito Lereu, Luis Mínguez y Ubaldo Hornero. La segunda edición se somete más estrechamente a la Vulgata.
Ediciones del siglo XIX
En el siglo XIX, la Biblia de Scío tuvo varias ediciones hechas por las Sociedades Bíblicas protestantes. Estas ediciones eran revisadas y no tenían los libros deuterocanonicos y los comentarios a pie de página. Una de esas revisiones fue hecha por el teólogo español José María Blanco Crespo para la Sociedad Bíblica Británica, la cual introducía la Biblia de Scío en Sudamérica. Estas ediciones revisadas no estaban autorizadas por la Iglesia católica. En 1994 la editorial Edicep de Valencia publicó la Biblia americana de San Jerónimo, una revisión de la Biblia de Scío. Cuenta con la aprobación de la Iglesia católica-
Felipe Scío de San Miguel Sch. P. (Valsaín, San Ildefonso (Segovia), 28 de septiembre de 1738 - Valencia, 9 de abril de 1796), escolapio español que fue pedagogo y traductor biblista. Nombrado obispo de Segovia, no pudo llegar a consagrarse. Biografía
Felipe Scío de Riaza provenía de una familia de artistas griegos (su apellido alude a la isla jónica de Quíos). Su padre, Sebastián Cristiano de Scío, nació en Copenhague y llegó a España con Isabel de Farnesio cuando ésta vino a desposarse con Felipe V; en la corte trabajó como coreógrafo o maestro de danza. Su madre, Lorenza Isabel de Riaza, fue la tercera esposa que tuvo Sebastián Cristiano de Scío. Al nacer Felipe, fue apadrinado por el mismo rey y a los catorce años ingresó en la orden de clérigos regulares fundada por el aragonés San José de Calasanz, conocida como Escuelas Pías, Escolapios o piaristas. Dos años después profesó con el nombre de Felipe de San Miguel. Perteneció a la Provincia Escolapia de Castilla y fue ordenado sacerdote en 1761. Tras realizar sus estudios en la Universidad Complutense y ejercer la enseñanza, viajó por Italia, Alemania y Francia. En Roma amplió sus estudios teológicos; allí permaneció hasta 1768, año en que volvió a España. La Expulsión de los jesuitas impulsó la entrada de los escolapios, sus competidores, en el terreno de la educación, y a su vuelta dirigió los colegios escolapios de Madrid y Getafe y fue elegido provincial de su Orden. Siendo rector del Colegio de Getafe, acrecentó su biblioteca y plantó un jardín botánico destinado a la instrucción de los alumnos. Como provincial le preocupó en especial la reforma de la enseñanza y publicó el Método uniforme para las Escuelas Pías (1780), que se reseñará más abajo. Fue protegido por el infante Luis de Borbón y ese mismo año Carlos III le encargó la traducción íntegra de la Biblia a la lengua vulgar y le confió la educación de la infanta Carlota Joaquina, que fue princesa en Brasil y después reina consorte de Portugal. También fue preceptor de Fernando VII, a quien dedicó su traducción de la Biblia. Carlos IV le presentó para la sede episcopal de Segovia, y el papa Pío VI le nombró obispo de esta ciudad en el Consistorio Apostólico del 18 de diciembre de 1795. Tomó posesión en marzo por poderes, ya que por aquellos días se encontraba en Valencia muy enfermo, y a los pocos días murió en esta ciudad. Está enterrado en la cripta del Colegio de las Escuelas Pías de Valencia.
Biblia
En 1780, el rey Carlos III le encomendó la traducción de la Biblia completa al castellano junto a otro sacerdote escolapio, Benito Feliú de San Pedro. El Inquisidor General Felipe Bertrán, protector del escolapio Pedro Estala, autorizará en 1782 la traducción de las Sagradas Escrituras a lengua vernácula. En 1788 Carlos IV asumió el proyecto y decidió que se imprimiera la obra en Valencia, lo que supervisó Feliú, ya que Scío estaba entonces en Portugal. De 1790 a 1793 se imprime la Biblia traducida por el padre Scío con la colaboración del p. Feliú y un año después estaba ya agotada totalmente la primera edición en varios tomos, que era muy cara, bilingüe en latín y castellano y con láminas lujosas a color, de forma que sólo estaba al alcance de gentes muy adineradas y no era accesible al pueblo. La traducción es muy literal, a veces hasta la sequedad, por expreso deseo de ajustarse a la letra de la Vulgata. Es un monumento de erudición por las notas a pie de página, que recogen también posibles variantes de la traducción al castellano y notas de tipo espiritual. Se alude a los textos hebreos y griegos para ciertos libros del Antiguo Testamento; todo evidencia un vasto conocimiento de las Escrituras; la edición se acompaña de índices de nombres y lugares muy completos, una cronología, genealogías, introducciones a los diversos libros y otros elementos auxiliares. La segunda edición, que fue muy reimpresa, intentó responder al gran número de críticas suscitadas contra la poca sujeción a la Vulgata y la excesiva consideración de los textos hebreos en la traducción literal de la primera, y fue revisada en Madrid por un equipo de sacerdotes escolapios: Calixto Hornero, Hipólito Lereu, Luis Mínguez y Ubaldo Hornero. Esta versión es por ello todavía más literal que la anterior y se somete más estrechamente a la Vulgata, y empobrece bastante las notas de la primera, pues Scío poseía conocimientos no sólo del griego y del latín, sino del hebreo y siriaco y dominaba la Patrística, la Hermenéutica y la Filología. Fue el suyo un trabajo ingente que le llevó gran parte de su vida, y como dato se puede aducir que cita unos doscientos autores y unas seiscientas obras. |
una gran traducción de palabra de Dios
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