Apuntes de clases

Clases de filosofía y ciencias bíblicas del Instituto de Humanidades Luis Campino, y la Parroquia de Guadalupe de Quinta Normal.


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lunes, 9 de diciembre de 2019

198).-La iglesia de Santa María del Mar de Barcelona.-a


Esteban Aguilar Orellana; Giovani Barbatos Epple;Ismael Barrenechea Samaniego; Jorge Catalán Nuñez; Boris Díaz Carrasco; Rafael Díaz del Río Martí;Alfredo Francisco Eloy Barra ;Rodrigo Farias Picon; Franco Antonio González Fortunatti;Patricio Ernesto Hernández Jara; Walter Imilan Ojeda;Jaime Jamet Rojas;Gustavo Morales Guajardo;Francisco Moreno Gallardo; Boris Ormeño Rojas;José Oyarzún Villa;Rodrigo Palacios Marambio;Demetrio Protopsaltis Palma;Cristian Quezada Moreno;Edison Reyes Aramburu; Rodrigo Rivera Hernández;Jorge Rojas Bustos; Alejandro Suau Figueroa; Cristian Vergara Torrealba; Rodrigo Villela Díaz; Nicolas Wasiliew Sala;Marcelo Yañez Garin;Katherine Alejandra del Carmen  Lafoy Guzmán;Paula Flores Vargas; 


Vista lateral
La iglesia de Santa María del Mar es una basílica menor situada en la ciudad de Barcelona, Cataluña, España. Fue construida entre 1329 y 1383. Desde el 3 de junio de 1931, tiene la catalogación de Bien de Interés Cultural.


 Català: Santa María del Mar Es Una Església d'estil Gòtic Situada una de Barcelona, Catalunya , Espanya..
Español: Santa María del Mar es una iglesia de estilo gótico situada en Barcelona , Cataluña , España .
Français: Eglise gothique de Santa Maria del Mar, qui se trouve à Barcelone , en Catalogne.







Historia

Algunos estudios actuales afirman que se levanta sobre un antiguo anfiteatro o arenas romanas.​

Siglos XIV y XV: la construcción

La construcción comenzó en 1329, tal como lo atestiguan las lápidas del portal de las Moreras (que da al Fossar de les Moreres) y el contrato establecido entre los obreros y los maestros Ramón Despuig y Berenguer de Montagut.​ Un hecho destacable, que aún perdura: se acuerda que la obra había de pertenecer, exclusivamente, a los feligreses de la zona del puerto y de la Ribera, únicos responsables materiales del templo, ya que ellos fueron quienes la sufragaron, bien con su dinero o bien con su trabajo. Este hecho está en clara contraposición a la catedral que por aquellas mismas fechas también se estaba construyendo y que estaba asociada a la monarquía, a la nobleza y al alto clero. Parece ser que en la construcción participó activamente toda la población de la Ribera, en especial los descargadores del muelle, llamados galafates de la Ribera o bastaixos, los cuales llevaban las enormes piedras destinadas a la construcción de la iglesia desde la cantera real de Montjuïc y desde las playas, donde estaban los barcos que las habían traído a Barcelona, hasta la mismísima plaza del Borne, cargándolas en sus espaldas, una a una. La puerta principal de la iglesia homenajea a los bastaixos que ayudaron a su construcción.

Los muros, las capillas laterales y la fachada se terminaron alrededor de 1350. En 1379, a punto de acabarse el cuarto tramo de bóvedas, se incendiaron los andamios y las piedras sufrieron importantes daños. Finalmente, el 3 de noviembre de 1383 se colocó la última parte de la bóveda y el 15 de agosto del año siguiente se celebró la primera misa. El terremoto de 1428 causó el derrumbamiento del rosetón provocando algunas muertes, por la caída de las piedras del mismo. Aunque pronto se firmó un contrato para construir uno nuevo de estilo flamígero, que quedó acabado en 1459 y al año siguiente, fueron colocadas las vidrieras del mismo.

Siglos posteriores

El interior de la iglesia fue adaptándose a lo largo de los siglos a los cambios de gustos arquitectónicos y se fue dotando de nuevos elementos.
A finales del siglo XVII, el virrey Jorge de Hesse-Darmstadt ordenó construir un pasadizo elevado que conectaba el palacio virreinal con el iglesia: discurría a lo largo de la calle Malcuinat y cruzaba el actual Fossar de les Moreres. La construcción del pasadizo se completó con la llamada Tribuna Real, situada en el lado de la epístola (derecho) del altar mayor.
El 1 de agosto de 1708, Santa María del Mar fue escenario de la boda entre el archiduque Carlos de Austria e Isabel Cristina de Brunswick-Wolfenbüttel.
En 1783, se inauguró un nuevo altar mayor tardo-barroco formado por doce columnas monolíticas centradas alrededor de una imagen de la Virgen. Fue obra del arquitecto Deodat Casanovas y del escultor Salvador Gurrí.
La mayoría de las imágenes y el altar barroco añadidos durante los siguientes siglos resultaron quemados durante el incendio del templo el 3 y 4 de agosto de 1936. Este incendio fue provocado por los anarquistas y comunistas que asaltaron el templo (así como muchas otras iglesias barcelonesas).
En 1923 recibió el título de basílica menor, otorgado por el papa Pío XI.

El edificio
 La luz es la gran protagonista del interior de Santa María del Mar.



Generalidades


Visto desde el exterior el edificio presenta un aspecto macizo y robusto, que no transmite lo que encontraremos en el interior. El predominio de las líneas horizontales y de las secciones de pared sin grandes aberturas ni decoraciones es absoluto. Continuamente se subraya la horizontalidad, marcándola con molduras, cornisas y superficies planas, como si se quisiera evitar una excesiva sensación de altura (a pesar de ser, en realidad, un edificio bastante alto). Globalmente el edificio forma un bloque compacto, sin secciones de pared en diferentes profundidades (solo las correspondientes a las naves) típicos del gótico europeo. Esto permite que la iluminación sea siempre muy plana, alejada de los juegos de luces y sombras que se pueden producir en otras iglesias.


Vista de las naves hacia el presbiterio.

La fachada principal queda enmarcada por las dos torres octogonales (forma que se repetirá en las columnas del interior) y los dos poderosos contrafuertes que enmarcan el rosetón y transmiten la amplitud de la bóveda interior. Horizontalmente podemos ver dos tramos, claramente diferenciados por las molduras y las galerías, mientras que en las torres la horizontalidad queda subrayada, una vez más, por las galerías en lugar de pináculos o agujas. El tramo inferior queda centrado por el pórtico y el superior por el rosetón, con los dos ventanales que lo acompañan entre los contrafuertes y las torres.
La austeridad general es aún más manifiesta en los laterales, formados por una pared plana sin decoración que cierra el espacio entre los contrafuertes y permite la presencia de capillas interiores. La concepción es muy diferente a la de la gracilidad de los arbotantes del gótico francés, que nunca fueron un elemento destacado en el gótico catalán y que aquí han desaparecido por completo.
Horizontalmente se marcan con claridad tres pisos. En el inferior, correspondiente a las capillas laterales, se abren estrechos ventanales, relativamente pequeños, que ritman la pared y corresponden cada uno a una capilla interior y cada tres al espacio entre los contrafuertes. En los laterales se abren también dos puertas: la puerta de Sombrereros y la de las Moreras. Posteriormente se abrió una nueva puerta en el ábside: la puerta del Borne.
Torre de la iglesia gótica de Santa María del Mar, en el Casc Antic ("barrio antiguo") de Barcelona, ​​Cataluña, España. Sta. Maria del Mar (Barcelona).

El interior

Interiormente es un edificio de tres naves, con deambulatorio y sin crucero. Las naves están formadas por cuatro tramos y el presbiterio consta de medio tramo y un polígono de siete lados, todo cubierto con una bóveda de crucería y coronado con magníficas llaves de bóveda. Formalmente, pues, tenemos un edificio de tres naves, pero parece como si el arquitecto hubiera querido dar la misma sensación de espacio que se consigue con una sola nave. Por eso separa bastante los pilares (15 metros) e iguala mucho las alzadas de las tres naves (1/8 menos las laterales que la central). El resultado es un espacio diáfano, que descarta la división del gótico francés y se inclina por una idea de espacio único.
Vista hacia el presbiterio.

La nave central se ilumina mediante óculos abiertos entre las galerías de la nave central y los laterales. Estos óculos se convierten en ventanales entre las columnas del presbiterio, los cuales ocupan casi todo el espacio disponible y contribuyen a reforzar el efecto de las columnas con un semicírculo de luz. Las naves laterales se iluminan con ventanales (uno por tramo y no muy grandes) que también contribuyen a iluminar la nave central.



Bóveda de la girola; se pueden ver los pilares prismáticos y las claves policromadas de la nave central.
Vista de las naves hacia los pies del templo.



Merece la pena destacar la austeridad conseguida, una vez más, por las paredes lisas; por las columnas octogonales limpias, ya que los nervios terminan a nivel de los capiteles en lugar de llegar a tierra; por el hecho de que los arcos de las naves laterales y los de la central arrancan de la misma alzada (la línea de impostas, en los capiteles) que dan una mayor impresión de igualdad de las naves, etc.
Se trata del ejemplo más emblemático y depurado del gótico catalán. La importancia que adquirió el barrio de la Rivera partir del siglo XIII como centro neurálgico de mercaderes y armadores hizo que se planteara la construcción de una gran iglesia en sustitución de la vieja Parroquia de las Arenas.

Las fachadas
Ventana de la iglesia de Santa María del Mar en Barcelona, ​​España. Foto tomada desde la terraza de la azotea de mi edificio de apartamentos y, por lo tanto, no es una vista habitual de esta ventana.





NO ES UNA CATEDRAL, SINO UNA BASÍLICA

La Catedral del Mar, la novela de Ildefonso Falcones, contribuyó en gran medida a convertir a Santa María del Mar en un destino turístico muy visitado de Barcelona; pero también acrecentó la confusión por el título que recibe: ¿Es catedral o no es catedral? Pues no, Santa María del Mar es una basílica menor, la tercera de la ciudad, precedida por la Catedral de Barcelona y la Basílica de la Mercè.
 En la actualidad, en Barcelona existen nueve basílicas menores (llamadas así para diferenciarlas de las primeras iglesias fundadas en Roma). Se consideran basílicas menores las iglesias que sobresalen por motivos artísticos y espiritual, y que gozan de ciertos privilegios. Aunque a diferencia de las catedrales, las basílicas no son la sede del obispo.




SE ENCUENTRA EN EL BARRIO DE LA RIBERA Y JUNTO A LA CATEDRAL

La Basílica de Santa María del Mar está en el barrio de la Ribera, en el centro de Barcelona y junto al barrio del Born. Tal como indican las lápidas del portal de las Moreres, junto al Fossar de les Moreres, su construcción comenzó el 25 de mayo de 1329. Desde el principio, apareció en contraposición a la Catedral de Barcelona, que se levantaba muy próxima y en las mismas fechas. Si la catedral se asoció a la monarquía, a la nobleza y al alto clero, desde el principio se estableció que la basílica, debía pertenecer exclusivamente a los feligreses de la zona del puerto y de la Ribera. Era una basílica para un barrio. De hecho, pasó pronto a ser conocida popularmente como "la catedral del Mar".


ESCUDO DEL F.C BARCELONA EN LAS VIDRIERAS DE LA CATEDRAL DEL MAR

Son muchos los visitantes que afirman haber visto el escudo del Fútbol Club Barcelona en la Catedral del Mar. Y no son alucinaciones. Los visitantes que dirijan su mirada hacia los ventanales del segundo piso, a la izquierda, según se mira el altar, verán el escudo colocado allí a finales de los años 60, cuando se decidió reemplazar las vidrieras por unas nuevas. Para ello se impulsó una campaña de patrocinio a la que varias entidades se sumaron, entre ellas el equipo de fútbol. Así pues, el escudo no tiene ningún sentido religioso, sino que es la prueba de que el equipo de fútbol contribuyó en la financiación.


SE CONSTRUYÓ CON EL ESFUERZO POPULAR DE LOS HABITANTES DEL BARRIO

Fueron los vecinos de la Ribera los únicos responsables materiales del templo. Hubo dos formas de colaborar en la construcción de la basílica: los más ricos, mercaderes y armadores, pusieron dinero, y los más pobres, los estibadores del puerto conocidos como los "bastaixos", pusieron la mano de obra, moviendo los pesados bloques de piedra desde la cantera de la montaña de Montjuïc hasta el barrio. En homenaje al esfuerzo de estos hombres, se colocaron en la puerta principal de la basílica de Santa María del Mar unos repujados de bronce que les representan.


EL MAR ESTABA MUCHO MÁS CERCA EN SU ÉPOCA QUE EN LA ACTUALIDAD

En el siglo XI, el Condado de Barcelona se erige como centro político, económico y comercial de la zona y la ciudad crece en importancia, produciéndose los primeros asentamientos extramuros, junto al litoral. Es el caso, a finales de la Edad Media, del barrio de la Ribera. Según parece ser, Santa María de Mar estaba muy cerca de las arenas de la playa y del trasiego portuario que hizo crecer al barrio.
Por todo ello, se la conocía como la iglesia de los pescadores. En el siglo XV se construyó un dique para que la ciudad tuviera un puerto más accesible. Su construcción provocó que los sedimentos del río Besós se acumularan alrededor del islote de Maians, que se encontraba a un centenar de metros de la costa. Siglos después, esa tierra gana al mar se convirtió en La Barceloneta.


ES UNA JOYA DEL GÓTICO CATALÁN

Su fachada principal, enmarcada por dos torres octogonales, preside un edificio austero, imponente y sin grandes cargas de ornamentación. Para nada nos hace imaginar lo que encontraremos en su interior: una joya de la arquitectura gótica catalana. El trabajo en los pilares y la misma altura de las naves laterales simulan la sensación de un único espacio que se eleva diáfano. Sin duda, se trata del ejemplo más emblemático y depurado del gótico catalán, obra de los maestros Berenguer Montagut y Ramón Despuig.
El gótico catalán se circunscribe básicamente en la ciudad de Barcelona y áreas de influencia de la comarca y se caracterizó por elementos singulares como ausencia de decoración y pilares esbeltos.

ESTÁ JUNTO A UN ENCLAVE SIMBÓLICO

El memorial del Fossar de les Moreres dedicado a las víctimas del asedio de Barcelona de 1714 está construido en la plaza sobre el antiguo cementerio perteneciente a la adyacente basílica de Santa María del Mar. Los orígenes del Fossar de les Moreres son del siglo XII, cuando el párroco de la iglesia de Santa María del Mar, solicitó la donación de un terreno adyacente a la iglesia para enterrar a sus fieles.
 En la actualidad, cada 11 de septiembre, se conmemora aquí la fiesta nacional de Cataluña y se rinde homenaje en la plaza a los defensores de la ciudad, muertos y enterrados en este lugar. La actual plaza fue inaugurada el 11 de septiembre de 1989 por Pasqual Maragall, el alcalde de Barcelona en aquel entonces. Años después, se instaló un pebetero sobre una estructura metálica curvada de 15 metros de altura y color rojo de la que surge una llama en recuerdo a los caídos.

SE CONSTRUYÓ SOBRE UN ANFITEATRO

Una investigación de la historiadora Jordina Sales Carbonell, de la Universidad de Barcelona, demostró que donde ahora se encuentra la Basílica de Santa Maria del Mar había un anfiteatro romano. Resumiendo, parece ser que, según un documento antiguo de 1104, el nombre que tenía originalmente la construcción preexistente a la actual basílica era el de Santa María de les Arenes. Contrariamente a lo que pudiera parecer, el nombre no se refería a la cercana playa de la época, sino al antiguo anfiteatro. Igualmente, las excavaciones realizadas en el interior de Santa María del Mar alumbraron el hallazgo de arenas niveladas uniformemente y en las que después se excavaron las tumbas de una antigua necrópolis de los siglos IV a VI.

ES UNO DE LOS ESPACIOS LITERARIOS DE LA CIUDAD Y AHORA SE HA CONVERTIDO EN UNA SERIE DE TV

La publicación de la novela La Catedral del Mar, de Ildefonso Falcones situó a la Basílica de Santa María del Mar entre los enclaves más literarios de Barcelona. De la novela se vendieron millones de ejemplares con traducciones a varias lenguas. Pero la relación de esta iglesia con la literatura no se acaba aquí.
También aparece en la no menos famosa novela de Carlos Ruíz Zafón, La sombra del viento o también del mismo autor  El juego del ángel. Y en otras novelas que tienen a Barcelona como escenario. Ahora también protagoniza una serie de televisión basada en la novela homónima de Ildefonso Falcones.


TIENE UNA ACCIDENTADA HISTORIA

La basílica de Santa María ha resistido terremotos, atentados, guerras e incendios. A punto de finalizarse la construcción del cuarto tramo de las bóvedas en 1379, el andamiaje se incendió y las piedras se dañaron de forma severa. A pesar del imprevisto, en 1383 se colocó la última clave de bóveda. Sólo medio siglo después, el terremoto de Cataluña de 1428 provocó el derrumbe del rosetón lo que provocó la muerte de una treintena de fieles. Debido al trágico suceso, se construyó otro rosetón de estilo flamígero. Pero, seguramente el mayor daño en el monumento sucedió en 1936 con un ataque anarquista por el cual la iglesia estuvo ardiendo de forma continuada durante una semana. Al incendio poco más sobrevivió que la estructura del edificio.

Sus tres fachadas, la principal situada en la plaza de Santa María, otra en la calle de Santa María y la del paseo del Born, muestran la esencia del gótico catalán: torres octogonales, abundancia de superficies desnudas y contrafuertes macizos.
La fachada principal está decorada con las imágenes de San Pedro y San Pablo, con un insuperable rosetón de estilo gótico flamígero del siglo XV. En la fachada de la calle Santa María destacan las gárgolas de los contrafuertes, el reverso de las vidrieras y, sobre todo, sus monumentales dimensiones.Su interior es igualmente paradigma del gótico catalán con su amplitud de formas y la austeridad decorativa. Tiene tres naves de gran altura separadas por altas columnas y su armonía consiste en que las naves laterales miden la mitad exacta que la central y la anchura total del conjunto es igual a la altura de las naves laterales. Su riqueza decorativa fue destruida tras los disturbios de 1936, aunque subsisten lápidas relacionadas con el mundo marinero.

Santa María del Mar en obras de ficción

La basílica de Santa María del Mar protagoniza la novela de Ildefonso Falcones, La catedral del mar, que ha vendido más de seis millones de ejemplares y ha sido traducida a numerosas lenguas. Igualmente, en la segunda parte de la novela, "Los herederos de la tierra". También se hace referencia a ella en la obra de Carlos Ruiz Zafón, la novela El juego del ángel, y en la novela juvenil Thesaurus, Ombres a Barcelona de Àfrica Ragel.



El Fossar de les Moreres

El Fossar de les Moreres («Fosal de las Moreras») es una plaza de la ciudad de Barcelona, España, construida sobre el antiguo cementerio perteneciente a la adyacente basílica de Santa María del Mar. Integra los elementos conmemorativos a los caídos durante el asedio de Barcelona de 1714, en el marco de la Guerra de Sucesión Española. El motivo de que en este lugar se recuerde a los defensores caídos de la ciudad de Barcelona es que, durante la batalla del 11 de septiembre de 1714, muchos de los defensores muertos en combate fueron enterrados aquí.


Orígenes


Los orígenes del Fossar de les Moreres datan del siglo xii, cuando el párroco de la iglesia de Santa María del Mar, necesitado de un lugar cercano a su parroquia para enterrar a sus fieles, solicitó al potentado Bernat Marcús la donación de un terreno adyacente a la iglesia, que era de su propiedad. Marcús, después de meditarlo largamente, le cedió el solar, pero con la condición de que en el plazo máximo de quince días se debía haber enterrado en su solar algún feligrés, ya que consideraba que si transcurrido dicho plazo el terreno no se había utilizado, no era tan necesario como el párroco pretendía. Transcurrido el plazo otorgado por Marcús sin que se produjera ningún fallecimiento, este se dirigió a la iglesia para anular la donación realizada. Cuando llegó bajo las moreras que adornaban la plaza, un fulminante ataque al corazón acabó con su vida, siendo el propio donante quien inauguró el cementerio.

La Guerra de Sucesión Española


En 1705, mediante el Pacto de Génova, los caudillos austracistas catalanes firmaron una alianza militar entre el Principado de Cataluña y el Reino de Inglaterra, en virtud de la cual Cataluña se comprometía a luchar por la causa del pretendiente al trono español, Carlos de Austria, con la ayuda militar de Inglaterra, y esta se comprometía a defender las Constituciones de Cataluña fuera cual fuere el resultado de la guerra. Sin embargo, en 1713, tras la renuncia de Felipe V al trono de Francia, la entrega de Gibraltar y Menorca, y las concesiones comerciales en América, los ingleses cedieron ante Felipe. Este se comprometió en el artículo 13 del Tratado de Utrecht a aministiar a los catalanes y a concederles sólo los mismos derechos y privilegios que los habitantes de las dos Castillas, «que de todos los pueblos de España son los más amados por el Rey Católico». Ante el abandono inglés, se convocó en Barcelona el 30 de junio de 1713 una Junta de Brazos que finalizaría el 9 de julio con la publicación del edicto por el cual Cataluña declaraba la guerra en solitario a Felipe V y contra Francia, para mantenerse bajo la obediencia de Carlos de Austria y «por conservar las leyes, constituciones, privilegios, honores, costumbres y prerrogativas que el serenísimo duque de Anjou ha derogado queriendo que el presente Principado de Cataluña se entregue a discreción y que los naturales y habitantes no gocen en adelante más ley ni privilegio que la que a su arbitrio quiere imponerles». A los pocos días, las tropas de Felipe V rodearon la ciudad e iniciaron un bloqueo de once meses. Ante el fracaso del bloqueo, Felipe V solicitó a su abuelo, Luis XIV de Francia que le enviara militares franceses y, en julio de 1714, y con la llegada del duque de Berwick, se inició el asedio que finalizaría con la toma de la ciudad. Días después fueron abolidas las constituciones catalanas, siendo reemplazadas mediante el Decreto de Nueva Planta por el régimen absolutista borbónico que prolongaría su existencia hasta el siglo xix.

Simbolismo
A finales de los años 1980 se urbanizó la plaza con el objetivo de instalar un monumento en memoria de los caídos en 1714, cuyo proyecto fue encargado a la arquitecta Carme Fiol. Para tal fin, se derribaron varias casas de una planta que se habían construido sobre el cementerio, algunas de ellas adosadas a la iglesia de Santa María del Mar. También se eliminó el pasadizo elevado que comunicaba la iglesia con el edificio de Capitanía General. Fiol diseñó un muro de separación entre la plaza propiamente dicha y la calle de Santa María, que corre paralela a la pared de la iglesia; en este muro, de granito rojo y 30 metros de longitud, se inscribió el verso de Pitarra dedicado a los caídos de 1714. Para el pavimento de la plaza escogió ladrillos de color rojo, simbolizando la sangre vertida en este lugar. En una esquina se colocaron unas moreras. El diseño general era sencillo, casi minimalista, para enfatizar el contenido simbólico. La plaza fue inaugurada el 11 de septiembre de 1989 por el alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall. Posteriormente, en 2001, se instaló un pebetero sobre una estructura metálica de forma curva, de 15 metros de altura y color rojo —como el resto del conjunto—, del que surge una llama en recuerdo a los caídos. Este nuevo elemento fue iniciativa del teniente de alcalde de ERC Jordi Portabella, y fue obra del arquitecto Albert Viaplana, junto a su hijo David.


En el siglo xix, las nuevas disposiciones sanitarias promulgadas en esta época supusieron la desaparición de numerosos cementerios parroquiales, cuyos solares se urbanizaron como nuevas plazas públicas: surgieron así plazas como la de Santa María, del Pino, de San José Oriol, de San Felipe Neri, de San Justo, de San Pedro y de San Jaime.
En la actualidad, cada 11 de septiembre se conmemora la Fiesta Nacional de Cataluña y se rinde homenaje en la plaza a los defensores de la ciudad, muertos y enterrados en este lugar. Por ello, se encuentra inscrito el siguiente texto de Serafí Pitarra:

Al fossar de les Moreres no s'hi enterra cap traïdor,
fins perdent nostres banderes serà l'urna de l'honor.

En el Fossar de les Moreres no se entierra ningún traidor,
hasta perdiendo nuestras banderas será la urna del honor.


Sin embargo, según el historiador Jordi Canal, «no hay evidencias históricas ni arqueológicas, por el momento, que permitan corroborar» los hechos narrados en el poema de Pitarra. «Lo único que parece seguro, como afirma el arqueólogo Roger Molinas, es que allí se enterraron cuerpos desde la época medieval. No parece que fuera ni el principal lugar de sepultura de los defensores de Barcelona en 1714, ni tampoco que únicamente los "patriotas" muertos fueran allí destinados... Menos de una década después de los hechos, según las investigaciones de Albert García Espuche, ya se habían construido casas en el cementerio

miércoles, 31 de julio de 2019

178).-La Conferencia Episcopal Tarraconense.-a


Esteban Aguilar Orellana; Giovani Barbatos Epple;Ismael Barrenechea Samaniego; Jorge Catalán Nuñez; Boris Díaz Carrasco; Rafael Díaz del Río Martí;Alfredo Francisco Eloy Barra ;Rodrigo Farias Picon; Franco Antonio González Fortunatti;Patricio Ernesto Hernández Jara; Walter Imilan Ojeda;Jaime Jamet Rojas;Gustavo Morales Guajardo;Francisco Moreno Gallardo; Boris Ormeño Rojas;José Oyarzún Villa;Rodrigo Palacios Marambio;Demetrio Protopsaltis Palma;Cristian Quezada Moreno;Edison Reyes Aramburu; Rodrigo Rivera Hernández;Jorge Rojas Bustos; Alejandro Suau Figueroa; Cristian Vergara Torrealba; Rodrigo Villela Díaz; Nicolas Wasiliew Sala;Marcelo Yañez Garin;Katherine Alejandra del Carmen  Lafoy Guzmán;Paula Flores Vargas; 

Introducción
Mapa de las diócesis catalanas


Dentro de la Iglesia católica, la conferencia episcopal o conferencia nacional de obispos es una institución que agrupa a los obispos de una nación o territorio determinado, los cuales ejercen unidos algunas funciones pastorales respecto de los fieles de su territorio, para promover conforme a la norma del derecho el mayor bien que la Iglesia proporciona a los hombres, sobre todo mediante formas y modos de apostolado convenientemente acomodados a las peculiares circunstancias de tiempo y de lugar. 
Por el derecho mismo, pertenecen a la conferencia episcopal todos los obispos diocesanos del territorio y quienes se les equiparan en el derecho, así como los obispos coadjutores, los obispos auxiliares y los demás obispos titulares que, por encargo de la Santa Sede o de la conferencia episcopal, cumplen una función peculiar en el mismo territorio; pueden ser invitados también los ordinarios de otro rito, pero sólo con voto consultivo, a no ser que los estatutos de la conferencia episcopal determinen otra cosa.

Las conferencias episcopales tienen una larga existencia como entidades informales, pero fueron establecidas como cuerpos formales por el Concilio Vaticano II (Christus Dominus, 38) e implementadas por el Obispo de Roma Pablo VI en 1966 motu proprio Ecclesiae sanctae.
​ La operación, autoridad y responsabilidad de las conferencias episcopales está generalmente gobernada por el Código de Derecho Canónico (véase cánones 447-459).​ La naturaleza de las conferencias episcopales y su autoridad magisterial fueron clarificadas por el Obispo de Roma Juan Pablo II en 1998 motu proprio Apostolos suos.


conferencia episcopal regional

Can. Cada una de las asambleas de obispos de las regiones eclesiásticas, a la que «corresponde fomentar la cooperación y la común acción pastoral en la región; sin embargo, las potestades que en los cánones de este Código se atribuyen a la Conferencia Episcopal no competen a la referida asamblea, a no ser que la Santa Sede le concediera algunas de modo especial» (CIC, c. 434).


Emblema.

La Conferencia Episcopal Tarraconense (CET) es una agrupación integrada por los obispos de las provincias eclesiásticas de Tarragona y Barcelona, que comprenden el territorio de las comunidades autónomas de Cataluña y Valencia (España) y Andorra en comunión con el Romano Pontífice y bajo su autoridad, para el ejercicio conjunto de algunas funciones pastorales. Su objetivo es reunirse trimestralmente para estudiar los problemas comunes de las diez diócesis y para coordinar las actividades pastorales. Se constituyó en 1969 y está presidida por el arzobispo de Tarragona.

Región Eclesiástica Tarraconense

La Conferencia Episcopal Tarraconense está a la espera de la aprobación, por parte de la Santa Sede, que dará personalidad jurídica conjunta a las diez diócesis catalanas, en cumplimiento a aquello que se pedía en la resolución n. 142 del Concilio Provincial Tarraconense, celebrado el junio del 2005. Esta resolución pedía encontrar "de acuerdo con la Conferencia Episcopal Española, la correspondiente solución jurídica, en orden a una acción evangelizadora y pastoral más eficaz y a una presencia eclesial más significativa en Cataluña, bono y manteniendo la relación institucional con la Conferencia Episcopal Española".


Divisiones eclesiásticas

Territorialmente, el sistema diocesano se divide en diez diócesis, cada una a cargo de un obispo (o arzobispo). Éstas, a su vez, se reúnen en dos provincias eclesiásticas, cada cual a cargo de su respectivo arzobispo.

Provincia eclesiástica de Tarragona:

Archidiócesis de Tarragona
Diócesis de Tortosa (ocupa parte de la Comunidad Valeneciana)
Diócesis de Lérida
Diócesis de Urgel (incluye Andorra)
Diócesis de Solsona
Diócesis de Vich
Diócesis de Girona

Provincia eclesiástica de Barcelona:

Archidiócesis de Barcelona
Diócesis de Tarrasa
Diócesis de San Feliú de Llobregat




Aprobados los estatutos de la región eclesiástica Tarraconense


LLUÍS VISA
16 JUL 1998

Los 13 obispos de Cataluña, que participaron en una reunión de la Conferencia Episcopal Tarraconense celebrada en El Brull, expresaron su total apoyo a las acciones emprendidas por Malla para defender la unidad de una de las colecciones más importantes de arte religioso medieval, románico, gótico y barroco que existen en Cataluña. Malla presentó la semana pasada un recurso contra el decreto de la nunciatura, con el fin de evitar la desmembración del patrimonio artístico. Los obispos catalanes aprobaron los estatutos de la futura región eclesiástica Tarraconense, en la que se integrarán la provincia eclesiástica Tarraconense, que forman la archidiócesis de Tarragona y sus seis diócesis sufragáneas, y el arzobispado de Barcelona.
El proyecto de estatutos será entregado ahora a la Conferencia Episcopal Española, a la que corresponde decidir su presentación ante la Santa Sede para que constituya la región. Con esta región eclesiástica, los ocho obispados catalanes gozarán de una personalidad jurídica que facilitará la realización de una acción pastoral común.
La creación de esta región fue una de las resoluciones del Concilio Tarraconense.




lunes, 1 de julio de 2019

173).-El monasterio de Santa María de Montserrat.-a


 

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Hilari (Ernest) Raguer i Suñer (Madrid, 11 de agosto de 1928-Monasterio de Montserrat, 1 de octubre de 2020) fue un monje benedictino e historiador español. Bautizado como Ernest, adoptó el nombre de Hilari al profesar.

Nació en Madrid, donde su padre, empleado de Fomento de Construcciones y Contratas, trabajaba. Al año su familia retornó a Barcelona. Durante la Guerra Civil, permaneció con su familia en la ciudad, ocultando su condición de católicos por miedo a los anarquistas.
Se licenció en Derecho en la Universidad de Barcelona, donde participó en el grupo de oposición antifranquista Torres i Bages, de orientación democristiana y catalanista, en el que coincidió con otros antifranquistas como Jordi Pujol o Joan Reventós.
En 1951 fue detenido, durante la huelga de tranvías de Barcelona, permaneciendo siete meses preso en el castillo de Montjuich por "ultraje a la nación española y al sentimiento de su unidad",​ al ser oficial de milicias.

​ Según sus propias declaraciones, en la cárcel descubrió su vocación sacerdotal.
Gracias a las gestiones de un tío suyo, sacerdote, pudo evitarse que fuera sometido a un consejo de guerra sumarísimo, pero tras su salida de la cárcel debió permanecer dos años en arresto domiciliario.​ En 1954 ingresó en el monasterio de Montserrat, siendo ordenado sacerdote en 1960. Estudió Sociología en el Instituto Católico de París y ese mismo año, elaboró una memoria para la facultad de Derecho de la Sorbona sobre la Unió Democràtica de Catalunya, que posteriormente sería la base para su tesis doctoral, publicada en 1976 (La Unió Democràtica de Catalunya i el seu temps (1931-39)). Posteriormente estudió Teología en el Pontificio Ateneo Anselmiano de Roma.​ En 1966 fundó la revista Documents d'Església.
Ha destacado en tareas de divulgación bíblica y litúrgica y también en estudios sobre la historia política de Cataluña en el siglo XX, el papel de la Iglesia católica en la Guerra Civil Española y la biografía de católicos catalanes represaliados por el franquismo, como el general Domingo Batet o el diputado de UDC Manuel Carrasco Formiguera.
En 1999 se encargó con Agustí Colomines de la evaluación del archivo de la Generalidad de Cataluña en el exilio, depositado en el Archivo del Nacionalismo de la Fundación Sabino Arana y devuelto al Archivo Nacional de Cataluña. Colabora asiduamente con La Vanguardia.
Desde 2001, con motivo de la elección de abad, en las que Raguer era una de las figuras más significadas del sector "catalanista" de los monjes, enfrentada al nuevo abad, Josep María Soler, Raguer abandonó el monasterio y se fue a vivir con la comunidad benedictina del santuario del Miracle, junto a Solsona.
El 23 de abril de 2014 le fue entregada la Cruz de Sant Jordi por la Generalidad de Cataluña.
El 1 de octubre de 2020, la Abadía de Montserrat anunció su fallecimiento.

Posicionamientos políticos y sociales

Hilari Raguer se define como antifranquista, demócrata, nacionalista catalán e independentista, y ha sido identificado como uno de los religiosos más significados de la tendencia catalanista del monasterio de Montserrat.​ Con respecto a la Iglesia Católica y la Guerra Civil, ha mantenido opiniones que contrastan con la visión predominante en la Iglesia católica en España. Así, ha negado la condición de mártires a los religiosos católicos asesinados durante la Guerra Civil en la retaguardia republicana, al considerar que no fueron asesinados por su fe cristiana sino por la asociación de la Iglesia con la derecha política, por lo que sus asesinatos serían de naturaleza política y no religiosa,​ y ha criticado la actitud de la Iglesia española por no pedir perdón por su "complicidad y su silencio" con la represión franquista,​ o por su apoyo al franquismo. Al respecto ha acusado al episcopado español de mantener una "ideología franquista".​ Ha apoyado también la Ley de Memoria Histórica.

Hilari Raguer, el benedictino que trató que la jerarquía condenara el franquismo
Jueves 1 de octubre de 2020


Ha fallecido el benedictino catalán Hilari Raguer. Deja un inmenso vacío. Su obra de historiador minucioso de la guerra civil hecha con datos, investigación, coraje y total honestidad dudo mucho sea seguida con el mismo rigor por nadie en Montserrat. Ojalá me equivoque.
Su libro «El incienso y la espada» es un clásico donde trató que el apoyo dado por la Jerarquía eclesiástica a la bendecida Cruzada fuera retirado y reconocido su error.
Tuvo gran simpatía por el trabajo hecho por el ministro Irujo en Barcelona cuando permitió el culto religioso en plena guerra. Y puso en valor el gesto del Lehendakari Agirre de viajar de París a la frontera con Catalunya como le había prometido al president Companys cuando los sublevados entraron a sangre y fuego en Catalunya en 1939. Es histórico ese compañamiento al exilio por parte de Agirre a Lluis Companys.
La historiografía pierde a un gran valor, a un hombre bueno y a un académico de primera. No todo en la Iglesia fue esa horrible imagen de obispos haciendo el saludo fascista. Desde luego Hilari Raguer fue la antítesis de todo aquello y por eso quiso que esa otra historia se supiera bien




El monasterio benedictino de Santa María de Montserrat y la montaña son un
 importante símbolo para la historia, la espiritualidad y la cultura catalana.

Introducción 


(en catalán, Monestir de Santa Maria de Montserrat) es una abadía benedictina situada en la montaña de Montserrat, perteneciente a la comarca del Bages, provincia de Barcelona, a una altura de 720 metros sobre el nivel del mar. Administrativamente pertenece al municipio de Monistrol de Montserrat, aunque algunos de sus terrenos colindantes entran en el término de Collbató. Es un símbolo para Cataluña y se ha convertido en un punto de peregrinaje para creyentes y de visita obligada para los turistas.
Dentro de las diferentes acciones que se desarrollan en Montserrat destaca la escolanía, que es uno de los coros de niños cantores más antiguos de Europa.
El santuario de Montserrat, junto con los santuarios de Torreciudad, El Pilar, Meritxell y Lourdes conforman la Ruta mariana, itinerario guiado por la espiritualidad y devoción mariana, poseedor de una gran riqueza patrimonial, gastronómica y natural.

 
EL MACIZO DE MONTSERRAT


Las sorprendentes formas redondeadas y alargadas que presentan las paredes de la montaña en la actualidad son fruto de los movimientos tectónicos y e isostáticos acontecidos en la zona durante milenios que, en combinación con agentes atmosféricos, ayudaron a que los duros conglomerados de la zona creasen este fascinante relieve que podemos admirar hoy en día. Su punto más alto es Sant Jeroni, que presenta unas vistas espectaculares a 1.236 metros de altura y promete vistas que van desde los Pirineos hasta la sierra de Tramuntana en Mallorca en sus días más claros.


Rodeado por bosque Mediterráneo, las encinas predominan en este paisaje tan agreste como cautivador en el que el conde Guifré el Pilós hizo construir la primera ermita en el año 888, después de que, según la leyenda, dos niños encontraran la imagen de la virgen de Santa María de Montserrat en la Santa Cueva. De esta forma, el macizo lleva siglos vinculada al misticismo y a la espiritualidad católica que lleva cada año a miles de fieles a visitar este curioso paraje.
Después de conocer un poco más sobre el macizo de Montserrat, seguro que te habrás dado cuenta de que el monasterio de Montserrat tiene muchísimo que ofrecer a parte de la abadía en sí, por lo que te queremos explicar todo lo que podrás ver y visitar:

1. Monasterio de Montserrat:

Aunque el primer monasterio fue fundado por Oliba, el abad de Ripoll, en 1025; lo cierto es que el edificio que actualmente es el Monasterio de Santa María de Montserrat fue reconstruido por el arquitecto catalán Puig i Cadafalch en en s.XIX, ya que la mayor parte del anterior edificio fue destruido por un incendio en 1808. Entrando por la plaza de Santa María, donde se pueden observar restos del antiguo claustro gótico, encontramos la basílica de Montserrat, que consta de una sola nave construida el siglo XVI, y que es la única parte del monasterio que sobrevivió al incendio.


En la basílica se encuentra el elemento más conocido de Montserrat: La Moreneta. Se trata de una figura tallada en madera de la Virgen María con el niño Jesús, con la particularidad de que su piel es completamente negra (de aquí su apodo de ‘la Morenita’). Muchos de los feligreses que visitan el monasterio hacen cola para poder pedirle milagros a la estatua de la patrona de Cataluña, tallada en estilo románico durante el siglo XII.
Si queréis escuchar cantar al coro de la Escolanía de Montserrat, considerada la escuela de canto más antigua de Europa, podéis consultar sus horarios de cante para el salve y virolai o las vísperas.
El monasterio también da la posibilidad de descubrir dos partes privadas del mismo: la Sacristía Nueva y el edificio de la Escolanía. Durante la visita, podrás conocer el día a día de monaguillos, monjes y demás trabajadores, además de asombrarte con el valor artístico de sus instalaciones.

2. Santa Cova:


El lugar donde apareció la imagen de la virgen de Montserrat por primera vez se encuentra a escasamente un kilómetro del Monasterio, accediendo por un camino excavado en la montaña en el que se encuentra el Rosario Monumental de Montserrat.
En el interior de la capilla de la Santa Cova, construida en el siglo XIX, encontramos una bonita planta que muestra la integración de la arquitectura con su entorno natural, ya que podremos observar cómo la capilla se mimetiza perfectamente con la gruta en la que se ha construido.

3. Rosario Monumental de Montserrat

Si buscas obras de Gaudí en Barcelona o sus alrededores, en el camino que va a la Santa Cueva encontrarás una que no muchos conocen: el monumento construido en honor al primer Misterio de la Gloria. Otros arquitectos y escultores destacados del modernismo catalán que participaron en este conjunto fueron Puig i Cadafalch, el escultor Josep Llimona o Joaquim Condina i Matalí.

4. Museo de Montserrat

En el subsuelo de la plaza del monasterio de Montserrat se encuentra este edificio que nació como museo Bíblico. Con el paso de los años, éste se ha convertido en un espacio que alberga gran cantidad de piezas de arte de todas las épocas, gracias a donaciones privadas. Entre sus obras más destacadas están algunos cuadros de grandes artistas como Caravaggio, Marià Fortuny, Claude, Monet, El Greco, Picasso, Degas o Santiago Rusiñol.

5. Camino del Viacrucis

Después de la plaza Abat Oliba, justo al lado de la capilla de la Dolorosa, se inicia otro tramo de estaciones monumentales que, en esta ocasión, representan escenas de la vida de Jesucristo. La visita merece la pena por las bellas vistas al santuario.


6. Ermitas de Sant Joan, Sant Onofre y Santa Magdalena

Si quieres hacer una pequeña excursión por Montserrat y conocer su entorno, el complejo propone un recorrido por la Región de Tebes para visitar los restos de las ermitas de Sant Joan, Sant Onofre y Santa Magdalena. Puedes reservar una ruta guiada a través de la web del monasterio, o hacer el recorrido por tu cuenta, son unas tres horas de caminata.

7. Santa Cecilia de Montserrat

Esta ermita románica con vistas al valle del Llobregat está catalogada como Patrimonio Arquitectónico de Catalunya y se encuentra a pocos quilómetros del municipio de Monistrol de Montserrat. Además, aquí también se encuentra el espacio de Arte Sean Scully, el cual está adscrito al museo de Montserrat. Visitar esta iglesia puede ser un buen complemento si tienes planteado pasar el día entero por la zona.









 
Leyendas

Según la leyenda, en el año 880,  un sábado por la tarde, unos pastores vieron descender del cielo una fuerte luz, acompañada por una hermosa melodía. El sábado siguiente la visión se repitió. Los cuatro siguientes sábados los acompañó el rector de Olesa que pudo dejar constancia de esa visión.
El obispo, al enterarse de la noticia, organizó una visita durante la cual encontraron una cueva en la que se hallaba la Santa Imagen. El obispo Vila propuso trasladar la imagen a Manresa pero, al sacar la imagen, esta se hizo tan pesada que no la pudieron mover. El obispo interpretó este fenómeno como el deseo de la Virgen de quedarse en ese lugar y ordenó construir una capilla que se convirtió en un centro de peregrinación.


 
Historia

El monasterio benedictino ubicado en la montaña de Montserrat, a una altura de 720 metros sobre el nivel del mar, es un símbolo para Cataluña y se ha convertido en un punto de peregrinaje para creyentes y de visita obligada para los turistas, donde se encuentra la Mare de Déu de Montserrat, patrona de Catalunya. Es popularmente conocida como la Moreneta a causa del color de su cara y manos, así como las del niño Jesús que lleva en su regazo. Históricamente se había creído que se trataba de una virgen negra, pero recientemente se descubrió que el color era debido al humo de los cirios.
Montserrat en Catalán, significa "monte aserrado". Toma su nombre por la forma de sierra de sus picos que son una formación muy original.

El santuario de Nuestra Señora de Montserrat comienza su existencia históricamente a partir de la ermita de Santa Maria que el conde Wifredo el Velloso donó al monasterio de Ripoll en el año 888. De ese pequeño templo no queda ni rastro en la actualidad.

En 1025 se fundó un nuevo monasterio en la ermita de Santa María de Montserrat por orden de Oliba, abad de Ripoll y obispo de Vic. En poco tiempo, se hizo popular gracias a la visita de los peregrinos atraídos por las narraciones de los milagros y prodigios que obró la Virgen. Aun se pueden ver algunos elementos de esta iglesia románica.
En 1409, el monasterio de Montserrat se convertía en abadía independiente. Entre los años 1493 y 1835, época de profundas reformas, de crecimiento y esplendor, Montserrat formó parte de la Congregación de Valladolid.
Durante los siglos XVII y XVIII, el monasterio de Montserrat se convierte en un centro cultural de primer orden. De la escuela de música de Montserrat surgen importantes compositores.
La guerra de independencia (1808-1811) y la desamortización de 1835 tuvieron como consecuencia la destrucción y el abandono. Pero en 1844 se inició la restauración de la vida monástica y en 1881, en las Fiestas de la Coronación de la Imagen de la Virgen, el Papa León XIII la proclamó Patrona de CataluñaEl templo recibió la condición de basílica el 1881 de parte del Papa Lleó XIII
La Guerra Civil española (1936-1939) significó que nuevamente se tuviera que abandonar el monasterio. Sin embargo, el Gobierno de Cataluña preservó Montserrat del saqueo y de la destrucción. Durante el Franquismo, se convirtió en baluarte de la defensa de la cultura y la lengua catalana. Las fachadas tanto de la abadía, como del monasterio son del siglo XX.
Dentro de las diferentes acciones que se desarrollan en Montserrat destaca la escolanía, que es uno de los coros de niños cantores más antiguos de Europa, con documentos del siglo XIV que ya hablaban de su existencia. La Escolanía de Montserrat dispone de una amplia discografía. Forma parte de la llamada Ruta mariana  junto con los santuarios de Torreciudad, El Pilar y Lourdes.
En la actualidad, Montserrat se moderniza para seguir atendiendo a los peregrinos mil años después de su fundación.
El interior del monasterio destaca por una excepcional biblioteca con un fondo de más de 250.000 volúmenes.
Armas de Montserrat. De gules, un monte de siete peñas moviente de la punta de oro, sumado de una sierra de oro.






Santa Juana de Arco.-a

Santa Juana de Arcos (Domrémy, Francia, 1412 - Ruán, id., 1431) Santa y heroína francesa. Nacida en el seno de una familia campesina acomoda...