Apuntes de clases

Clases de filosofía y ciencias bíblicas del Instituto de Humanidades Luis Campino, y la Parroquia de Guadalupe de Quinta Normal.


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sábado, 7 de marzo de 2015

26).-La mayéutica de Sócrates.-a

 Clases de Filosofía, en el Instituto de Humanidades Luis Campino, del profesor de filosofía don Oscar Santos Peralta, generación 1992.
 Oscar Santos Peralta


Esteban Aguilar Orellana; Giovani Barbatos Epple;Ismael Barrenechea Samaniego; Jorge Catalán Nuñez; Boris Díaz Carrasco; Rafael Díaz del Río Martí;Alfredo Francisco Eloy Barra ;Rodrigo Farias Picon; Franco Antonio González Fortunatti;Patricio Ernesto Hernández Jara; Walter Imilan Ojeda;Jaime Jamet Rojas;Gustavo Morales Guajardo;Francisco Moreno Gallardo; Boris Ormeño Rojas;José Oyarzún Villa;Rodrigo Palacios Marambio;Demetrio Protopsaltis Palma;Cristian Quezada Moreno;Edison Reyes Aramburu; Rodrigo Rivera Hernández;Jorge Rojas Bustos; Alejandro Suau Figueroa; Cristian Vergara Torrealba; Rodrigo Villela Díaz; Nicolas Wasiliew Sala;Marcelo Yañez Garin;Katherine Alejandra del Carmen  Lafoy Guzmán; Franco Natalino; 

DEFINICIÓN DE MAYÉUTICA

La mayéutica es un método o una técnica que consiste en realizar preguntas a una persona hasta que ésta descubra conceptos que estaban latentes u ocultos en su mente. El cuestionario es desarrollado por un maestro que debe encargarse, con sus preguntas, de guiar a su discípulo hacia el conocimiento no conceptualizado.
La técnica de la mayéutica presupone que la verdad se encuentra oculta en la mente de cada persona. A través de la dialéctica, el propio individuo va desarrollando nuevos conceptos a partir de sus respuestas.
Por lo general, la mayéutica es atribuida a Sócrates e incluso se la nombra como método socrático. Algunos expertos, sin embargo, diferencian entre la mayéutica y el método socrático, ya que sostienen que éste estaba basado en la ironía y en demostrar al interlocutor que aquello que creía conocer, en realidad, se sustentaba en prejuicios.
El origen etimológico de la mayéutica se remonta a la lengua griega y está vinculado a la obstetricia, la disciplina que ayuda en el nacimiento. Sócrates orientó el concepto hacia la filosofía ya que la mayéutica ayuda en el nacimiento pero no de un bebé, sino que de un ser pensante.
En concreto, estos son los pasos que se debe llevar a cabo en todo proceso de mayéutica:
Lo primero, es proceder a plantear una cuestión al alumno.
Acto seguido, aquel dará una respuesta que el maestro se encargará de poner en duda o simplemente de debatir.
De esta manera, tendrá lugar la creación de una auténtica discusión sobre el tema en torno al cual giraba la pregunta efectuada en un primer momento. El objetivo de este diálogo es hacer que el alumno dude de su propio planteamiento. Se sentirá incómodo e incluso confundido porque lo que antes tenía muy claro, ahora lo tiene en duda y no sabe cómo defenderlo realmente.
A partir de esta situación que se genera, lo que se produce es que el alumno, de manos del maestro, podrá llegar no sólo a una conclusión sino también al conocimiento de valores y verdades generales pero fundamentales para el crecimiento y enriquecimiento interior del ser humano.
De esta manera, queda patente la clara diferencia que existía entre las enseñanzas de los sofistas y la de Sócrates. Y es que, mientras que en las primeras los maestros realizaban exposiciones para que los alumnos aprendieran, el filósofo lo que pretendía era que sus “discípulos” consiguieran el conocimiento por sí mismo mediante la ayuda individualizada de aquel.

Scherezada Jacqueline Alvear Godoy



Método socrático de enseñanza basado en el diálogo entre maestro y discípulo con la intención de llegar al conocimiento de la esencia o rasgos universales de las cosas.

Del griego maieutiké (arte de las comadronas, arte de ayudar a procrear). La mayéutica es el método filosófico de investigación y enseñanza propuesto por Sócrates. En un pasaje del Teetetes de Platón dice Sócrates que practica un arte parecido al de su madre Fenaretes, que era comadrona: “Mi arte mayéutica tiene las mismas características generales que el arte [de las comadronas]. Pero difiere de él en que hace parir a los hombres y no a las mujeres, y en que vigila las almas, y no los cuerpos, en su trabajo de parto. Lo mejor del arte que practico es, sin embargo, que permite saber si lo que engendra la reflexión del joven es una apariencia engañosa o un fruto verdadero”.

Consiste esencialmente en emplear el diálogo para  llegar al conocimiento. Aunque Sócrates nunca sistematizó la mayéutica, seguramente es correcto destacar las siguientes fases en este método:

en un primer momento se plantea una cuestión que, en el caso del uso que  Sócrates hizo de este método, podía expresarse con preguntas del siguiente tipo ¿qué es la virtud?, ¿qué es la ciencia?, ¿en qué consiste la belleza?;

en un segundo momento el interlocutor da una respuesta, respuesta inmediatamente discutida o rebatida por el maestro;

a continuación se sigue una discusión sobre el tema que sume al interlocutor en confusión; este momento de confusión e incomodidad por no ver claro algo que antes del diálogo se creía saber perfectamente es condición necesaria para el aprendizaje, y Sócrates lo identifica con los dolores que siente la parturienta antes de dar a luz;

tras este momento de confusión, la intención del método mayéutico es elevarse progresivamente a definiciones cada vez más generales y precisas de la cuestión que se investiga (la belleza, la ciencia, la virtud);

la discusión concluiría cuando el alumno, gracias a la ayuda del maestro, consigue alcanzar el conocimiento preciso, universal y estricto de la realidad que se investiga (aunque en muchos diálogos de Platón no se alcanza este ideal y la discusión queda abierta e inconclusa).

La idea básica del método socrático de enseñanza consiste en que el maestro no inculca al alumno el conocimiento, pues rechaza que su mente sea un receptáculo o cajón vacío en el que se puedan introducir las distintas verdades; para Sócrates es el discípulo quien extrae de sí mismo el conocimiento. Este método es muy distinto al de los sofistas: los sofistas daban discursos y a partir de ellos esperaban que los discípulos aprendiesen; Sócrates, mediante el diálogo y un trato más individualizado con el discípulo, le ayudaba a alcanzar por sí mismo el saber. 

El arte de la mayéutica implica la teoría platónica de la reminiscencia pues al considerar al discípulo competente para encontrar dentro de sí la verdad debe suponer que el alma de aquél la ha debido conocer en algún momento antes de hacerse ignorante.

Comentario.- Ironía socrática y mayéutica

Sócrates enseñaba a sus discípulos interrogándolos y haciéndoles reflexionar sobre sus argumentos, revisándolos, atacándolos y poniendo cada uno en constante debate. Dada una afirmación, realizaba preguntas a sus alumnos y los entrenaba para que sean capaces de sostener sus argumentos.
Sócrates se caracterizaba por su enorme capacidad oratoria y el uso de la ironía para “ridiculizar” los argumentos contrarios a los suyos. La táctica de Sócrates era hacer que sus discípulos se contradigan a sí mismos y así quedaran en evidencia. Por este motivo, también se conoce al método socrático como ironía socrática.
El método socrático suele vincularse a la mayéutica, que es una técnica similar, pero tiene fundamentos distintos. La mayéutica también se basa en la retórica, la conversación y el debate de argumentos, pero la idea que rige a la mayéutica no es ridiculizar argumentos “errados”.
Todo lo contrario, la idea detrás de esta dinámica es que el alumno ya tiene la respuesta en su mente. La verdad está en su interior, sólo debe aprender a explicarla hacia afuera.
Estas dinámicas no son del todo opuestas, de hecho funcionan básicamente igual, la diferencia está en el punto de partida. Mientras que el método socrático asume que el discípulo estará equivocado pues su razonamiento parte de prejuicios. La mayéutica considerará que el discípulo ya sabe la verdad, solo resta que pueda expresarla.

El uso del método en la actualidad

Hoy en día esta dinámica se pone en práctica en las más diversas disciplinas. Particularmente se utiliza mucho en los cursos de Derecho, Filosofía, Didáctica e Historia de las Ideas.
No obstante, el método socrático que podemos encontrar hoy en algunos cursos universitarios, es más bien similar a la mayéutica que a la ironía socrática. Actualmente la enseñanza es una actividad mucho más plural, y no se trata de que un ilustre maestro ridiculice las ideas de sus alumnos.
En las más prestigiosas universidades del mundo se aplica esta dialéctica para profundizar en los contenidos de la disciplina, ejercitando a la vez la capacidad argumental. Como mencionábamos, esto es particularmente importante en carreras como el Derecho.

sábado, 28 de febrero de 2015

25).-La alegoría de la caverna.-a


 Clases de Filosofía, en el Instituto de Humanidades Luis Campino, del profesor de filosofía don Oscar Santos Peralta, generación 1992.
Oscar Santos Peralta


Esteban Aguilar Orellana; Giovani Barbatos Epple;Ismael Barrenechea Samaniego; Jorge Catalán Nuñez; Boris Díaz Carrasco; Rafael Díaz del Río Martí;Alfredo Francisco Eloy Barra ;Rodrigo Farias Picon; Franco Antonio González Fortunatti;Patricio Ernesto Hernández Jara; Walter Imilan Ojeda;Jaime Jamet Rojas;Gustavo Morales Guajardo;Francisco Moreno Gallardo; Boris Ormeño Rojas;José Oyarzún Villa;Rodrigo Palacios Marambio;Demetrio Protopsaltis Palma;Cristian Quezada Moreno;Edison Reyes Aramburu; Rodrigo Rivera Hernández;Jorge Rojas Bustos; Alejandro Suau Figueroa; Cristian Vergara Torrealba; Rodrigo Villela Díaz; Nicolas Wasiliew Sala;Marcelo Yañez Garin;Katherine Alejandra del Carmen  Lafoy Guzmán; Franco Natalino; 



Anllela  hormazabal moya
(también conocida por el nombre de Mito de la caverna, aunque en realidad solo es una alegoría de intenciones pedagógico-filosóficas, no un mito, pues no aparece reflejado como tal en los escritos de Platón ni en ninguna otra obra antigua, ni siquiera entre los mitógrafos) se considera la más célebre alegoría de la historia de la filosofía junto con la del carro alado. Su importancia se debe tanto a la utilidad de la narración para explicar los aspectos más importantes del pensamiento platónico como a la riqueza de sus sugerencias filosóficas.
Se trata de una explicación metafórica, realizada por el filósofo griego Platón al principio del VII libro de la República, sobre la situación en que se encuentra el ser humano respecto del conocimiento. En ella Platón explica su teoría de cómo podemos captar la existencia de los dos mundos: el mundo sensible (conocido a través de los sentidos) y el mundo inteligible (sólo alcanzable mediante el uso exclusivo de la razón).

El mito de la caverna (República, VII)

El libro VII de la República comienza con la exposición del conocido mito de la caverna, que utiliza Platón como explicación alegórica de la situación en la que se encuentra el hombre respecto al conocimiento, según la teoría del conocimiento explicada al final del libro VI, ilustrada mediante la alegoría de la línea.

El mito de la caverna


- Y a continuación -seguí-, compara con la siguiente escena el estado en que, con respecto a la educación o a la falta de ella, se halla nuestra naturaleza.

Imagina una especie de cavernosa vivienda subterránea provista de una larga entrada, abierta a la luz, que se extiende a lo ancho de toda la caverna, y unos hombres que están en ella desde niños, atados por las piernas y el cuello, de modo que tengan que estarse quietos y mirar únicamente hacia adelante, pues las ligaduras les impiden volver la cabeza; detrás de ellos, la luz de un fuego que arde algo lejos y en plano superior, y entre el fuego y los encadenados, un camino situado en alto, a lo largo del cual suponte que ha sido construido un tabiquillo parecido a las mamparas que se alzan entre los titiriteros y el público, por encima de las cuales exhiben aquellos sus maravillas.

- Ya lo veo-dijo.

- Pues bien, ve ahora, a lo largo de esa paredilla, unos hombres que transportan toda clase de objetos, cuya altura sobrepasa la de la pared, y estatuas de hombres o animales hechas de piedra y de madera y de toda clase de materias; entre estos portadores habrá, como es natural, unos que vayan hablando y otros que estén callados.

- ¡Qué extraña escena describes -dijo- y qué extraños prisioneros!

- Iguales que nosotros-dije-, porque en primer lugar, ¿crees que los que están así han visto otra cosa de sí mismos o de sus compañeros sino las sombras proyectadas por el fuego sobre la parte de la caverna que está frente a ellos?

- ¿Cómo--dijo-, si durante toda su vida han sido obligados a mantener inmóviles las cabezas?

- ¿Y de los objetos transportados? ¿No habrán visto lo mismo?

- ¿Qué otra cosa van a ver?

- Y si pudieran hablar los unos con los otros, ¿no piensas que creerían estar refiriéndose a aquellas sombras que veían pasar ante ellos?

- Forzosamente.

- ¿Y si la prisión tuviese un eco que viniera de la parte de enfrente? ¿Piensas que, cada vez que hablara alguno de los que pasaban, creerían ellos que lo que hablaba era otra cosa sino la sombra que veían pasar?

- No, ¡por Zeus!- dijo.

- Entonces no hay duda-dije yo-de que los tales no tendrán por real ninguna otra cosa más que las sombras de los objetos fabricados.

- Es enteramente forzoso-dijo.

- Examina, pues -dije-, qué pasaría si fueran liberados de sus cadenas y curados de su ignorancia, y si, conforme a naturaleza, les ocurriera lo siguiente. Cuando uno de ellos fuera desatado y obligado a levantarse súbitamente y a volver el cuello y a andar y a mirar a la luz, y cuando, al hacer todo esto, sintiera dolor y, por causa de las chiribitas, no fuera capaz de ver aquellos objetos cuyas sombras veía antes, ¿qué crees que contestaría si le dijera d alguien que antes no veía más que sombras inanes y que es ahora cuando, hallándose más cerca de la realidad y vuelto de cara a objetos más reales, goza de una visión más verdadera, y si fuera mostrándole los objetos que pasan y obligándole a contestar a sus preguntas acerca de qué es cada uno de ellos? ¿No crees que estaría perplejo y que lo que antes había contemplado le parecería más verdadero que lo que entonces se le mostraba?

- Mucho más-dijo.

II. 

-Y si se le obligara a fijar su vista en la luz misma, ¿no crees que le dolerían los ojos y que se escaparía, volviéndose hacia aquellos objetos que puede contemplar, y que consideraría qué éstos, son realmente más claros que los que le muestra .?

- Así es -dijo.

- Y si se lo llevaran de allí a la fuerza--dije-, obligándole a recorrer la áspera y escarpada subida, y no le dejaran antes de haberle arrastrado hasta la luz del sol, ¿no crees que sufriría y llevaría a mal el ser arrastrado, y que, una vez llegado a la luz, tendría los ojos tan llenos de ella que no sería capaz de ver ni una sola de las cosas a las que ahora llamamos verdaderas?

- No, no sería capaz -dijo-, al menos por el momento.

- Necesitaría acostumbrarse, creo yo, para poder llegar a ver las cosas de arriba. Lo que vería más fácilmente serían, ante todo, las sombras; luego, las imágenes de hombres y de otros objetos reflejados en las aguas, y más tarde, los objetos mismos. Y después de esto le sería más fácil el contemplar de noche las cosas del cielo y el cielo mismo, fijando su vista en la luz de las estrellas y la luna, que el ver de día el sol y lo que le es propio.

- ¿Cómo no?

- Y por último, creo yo, sería el sol, pero no sus imágenes reflejadas en las aguas ni en otro lugar ajeno a él, sino el propio sol en su propio dominio y tal cual es en sí mismo, lo que. él estaría en condiciones de mirar y contemplar.

- Necesariamente -dijo.

- Y después de esto, colegiría ya con respecto al sol que es él quien produce las estaciones y los años y gobierna todo lo de la región visible, y que es, en cierto modo, el autor de todas aquellas cosas que ellos veían.

- Es evidente -dijo- que después de aquello vendría a pensar en eso otro.

- ¿Y qué? Cuando se acordara de su anterior habitación y de la ciencia de allí y de sus antiguos compañeros de cárcel, ¿no crees que se consideraría feliz por haber cambiado y que les compadecería a ellos?

- Efectivamente.

- Y si hubiese habido entre ellos algunos honores o alabanzas o recompensas que concedieran los unos a aquellos otros que, por discernir con mayor penetración las sombras que pasaban y acordarse mejor de cuáles de entre ellas eran las que solían pasar delante o detrás o junto con otras, fuesen más capaces que nadie de profetizar, basados en ello, lo que iba a suceder, ¿crees que sentiría aquél nostalgia de estas cosas o que envidiaría a quienes gozaran de honores y poderes entre aquellos, o bien que le ocurriría lo de Homero, es decir, que preferiría decididamente "trabajar la tierra al servicio de otro hombre sin patrimonio" o sufrir cualquier otro destino antes que vivir en aquel mundo de lo opinable?

- Eso es lo que creo yo -dijo -: que preferiría cualquier otro destino antes que aquella vida.

- Ahora fíjate en esto -dije-: si, vuelto el tal allá abajo, ocupase de nuevo el mismo asiento, ¿no crees que se le llenarían los ojos de tinieblas, como a quien deja súbitamente la luz del sol?

- Ciertamente -dijo.

- Y si tuviese que competir de nuevo con los que habían permanecido constantemente encadenados, opinando acerca de las sombras aquellas que, por no habérsele asentado todavía los ojos, ve con dificultad -y no sería muy corto el tiempo que necesitara para acostumbrarse-, ¿no daría que reír y no se diría de él que, por haber subido arriba, ha vuelto con los ojos estropeados, y que no vale la pena ni aun de intentar una semejante ascensión? ¿Y no matarían; si encontraban manera de echarle mano y matarle, a quien intentara desatarles y hacerles subir?.

- Claro que sí -dijo.

III. 

-Pues bien -dije-, esta imagen hay que aplicarla toda ella, ¡oh amigo Glaucón!, a lo que se ha dicho antes; hay que comparar la región revelada por medio de la vista con la vivienda-prisión, y la luz del fuego que hay en ella, con el poder del. sol. En cuanto a la subida al mundo de arriba y a la contemplación de las cosas de éste, si las comparas con la ascensión del alma hasta la. región inteligible no errarás con respecto a mi vislumbre, que es lo que tú deseas conocer, y que sólo la divinidad sabe si por acaso está en lo cierto. En fin, he aquí lo que a mí me parece: en el mundo inteligible lo último que se percibe, y con trabajo, es la idea del bien, pero, una vez percibida, hay que colegir que ella es la causa de todo lo recto y lo bello que hay en todas las cosas; que, mientras en el mundo visible ha engendrado la luz y al soberano de ésta, en el inteligible es ella la soberana y productora de verdad y conocimiento, y que tiene por fuerza que verla quien quiera proceder sabiamente en su vida privada o pública.

- También yo estoy de acuerdo -dijo-, en el grado en que puedo estarlo.

Según la versión de la República de J.M. Pabón y M. Fernández Galiano, Instituto de Estudios Políticos, Madrid, 1981 (3ª edición)

Comentario.

El  mito de la caverna de Platón es el relato más popular de la filosofía platónica. Con él, el autor griego explica su concepción dual del mundo y cómo un hombre virtuoso será capaz de superar la frontera de lo terrenal para alcanzar la idea de Bien.
La alegoría presenta a un grupo de hombres, encadenados en el interior de una cueva. La única luz que ilumina la gruta procede de una hoguera que proyecta en la pared las sombras de lo que ocurre en el exterior. Dado que los prisioneros nunca han salido de la cueva, creen que la realidad es todo aquello que ven proyectado sobre la pared. Dentro de la cueva, se escuchan también los ecos de los sonidos que proceden del exterior. Sin embargo, los prisioneros, superados por su ignorancia, creen que son las sombras las que hablan.
Para Platón, éste es el primer grado de conocimiento de los seres humanos, el más banal, que es el que proporcionan los sentidos. Los que permanecen en  este estado de ignorancia viven en un ‘mundo sensible’.
El relato continúa, y narra cómo uno de los prisioneros consigue liberarse de las cadenas que lo mantienen atado a la caverna. Al salir, ve la luz del sol y los objetos reales. Aunque en un principio, el hombre se resiste a creer que hasta entonces ha vivido engañado, con el tiempo consigue darse cuenta de que lo que ahora ve es la auténtica realidad.

La luz del sol representa así el conocimiento verdadero, el que Platón denomina ‘mundo inteligible’. Para el autor griego, quienes consiguen librarse de las cadenas son los filósofos, aquellas personas que han conocido la idea de Bien y con su virtuosismo han demostrado ser aptas para gobernar el Estado.
Cuenta el mito de la caverna que una vez que el hombre ha conseguido elevar su conocimiento por encima de lo sensible, teme volver al interior de la caverna y que el resto de prisioneros lo tomen por loco, pues en el interior de la caverna los ignorantes pasan el día entre disputas por lo que ven en las sombras.

Para Platón, la enseñanza filosófica es el camino de aprendizaje para alcanzar la liberación del alma. Una vez conocido el mundo ininteligible, Platón reconoce que es difícil mantener el interés por las cosas humanas. Sin embargo, es deber del filósofo encargarse de las tareas de gobierno y velar por que todas las clases sociales contribuyan, en mayor o menor medida, a la consolidación del Estado.

puerta del infierno

domingo, 8 de febrero de 2015

24).-Tomismo.-a

 Clases de Filosofía, en el Instituto de Humanidades Luis Campino, del profesor de filosofía don Oscar Santos Peralta, generación 1992.
Oscar Santos Peralta


Esteban Aguilar Orellana; Giovani Barbatos Epple;Ismael Barrenechea Samaniego; Jorge Catalán Nuñez; Boris Díaz Carrasco; Rafael Díaz del Río Martí;Alfredo Francisco Eloy Barra ;Rodrigo Farias Picon; Franco Antonio González Fortunatti;Patricio Ernesto Hernández Jara; Walter Imilan Ojeda;Jaime Jamet Rojas;Gustavo Morales Guajardo;Francisco Moreno Gallardo; Boris Ormeño Rojas;José Oyarzún Villa;Rodrigo Palacios Marambio;Demetrio Protopsaltis Palma;Cristian Quezada Moreno;Edison Reyes Aramburu; Rodrigo Rivera Hernández;Jorge Rojas Bustos; Alejandro Suau Figueroa; Cristian Vergara Torrealba; Rodrigo Villela Díaz; Nicolas Wasiliew Sala;Marcelo Yañez Garin;Katherine Alejandra del Carmen  Lafoy Guzmán; Franco Natalino; 

Scherezada Jacqueline Alvear Godoy



Tomismo es la escuela filosófica y teológica que surgió como un legado del conocimiento y el pensamiento de Santo Tomás de Aquino, filósofo, teólogo, santo y Doctor de la Iglesia. La palabra viene del nombre de su autor, cuya Summa Theologiae fue uno de los documentos más influyentes en la teología y en la filosofía medieval y sigue siendo estudiada hoy en día en las clases de filosofía y de teología, especialmente en las universidades católicas. En la encíclica Angelici Doctoris, del papa Pío X, advirtió que las enseñanzas de la Iglesia no pueden ser entendidas en su sentido preciso sin los fundamentos filosóficos y teológicos básicos de las tesis principales de Tomás:

La tesis capital en la filosofía de Santo Tomás no se va a colocar en la categoría de opiniones que puedan ser objeto de debate de una manera u otra, sino que deben ser consideradas como los cimientos sobre los que se basa toda la ciencia de las cosas naturales y divinas, si estas opiniones son una vez suprimidas o alteradas en modo alguno, que necesariamente deban seguir los estudiantes de las ciencias sagradas en última instancia, no se percibirán tanto como el significado de las palabras en el que los dogmas de la revelación divina son propuestos por la magistratura de la Iglesia.
El Concilio Vaticano II describe el sistema de Tomás como la «filosofía perenne».

General

Tomás de Aquino sostenía que hay que buscar la verdad donde quiera que se encuentre, y por lo tanto consultó a filósofos griegos, romanos, judíos y musulmanes. En concreto, fue un realista (es decir, que creía que el mundo se puede conocer como es, a diferencia de los escépticos). Él siguió en gran medida la terminología aristotélica y la metafísica, y escribió compresivos comentarios sobre Aristóteles, a menudo afirmando opiniones de Aristóteles con argumentos independientes. Tomás respetuosamente se refirió a Aristóteles simplemente como "el Filósofo." También se adhirió a algunos principios neoplatónicos, por ejemplo, que "es absolutamente cierto que hay algo primero que es esencialmente el ser y esencialmente bueno, que llamamos Dios... (y que) todo lo que puede ser llamado bueno y un ser, en la medida en que participa en ella por medio de una cierta asimilación...."

Poco antes de que Tomás falleciera, su amigo Reginaldo de Piperno le imploró que terminara sus obras. Tomás respondió: "No puedo, porque todo lo que he escrito parece como paja para mí." El apologista Peggy Frye de Catholic Answers comenta que "la visión de Aquino pudo haber sido una visión del cielo, en comparación a que todo lo demás, no importa cuán glorioso, parece sin valor."

Con el decreto Postquam sanctissimus del 27 de julio de 1914, el Papa Pío X declaró que las 24 tesis formuladas por "profesores de diversas instituciones ... contengan claramente los principios y pensamientos más importantes" de Santo Tomás.

Ontología

Potencia y acto se dividen de tal manera que todo lo que es, o es acto puro, ni por necesidad, se compone de potencia y acto como principios fundamentales e intrínsecos.
Siendo que el acto es la perfección, no se limita, sino por una potencia que es en sí una capacidad de perfección. Por lo tanto en el orden en que un acto es acto puro, sólo existe, en ese orden, como un acto único e ilimitado. Pero cada vez que es finito y múltiple, es que ha entrado en una verdadera composición con la potencia.
Consecuentemente, el Dios único y simple, subsiste solo en el ser absoluto. Todas las otras cosas que participan en el ser tienen una naturaleza por el que su ser se limita, sino que se constituyen de la esencia y el ser, como principios realmente distintos.
A lo que se llama un ser a causa de "esse". Dios y la criatura no se llaman seres unívoca ni equívocamente en su totalidad, pero por analogía, por tanto una analogía de atribución y de proporcionalidad.
En toda criatura también hay una composición real del sujeto subsistente y agregó formas secundarias, es decir, formas accidentales. Tal composición no se puede entender a menos que el ser es recibido realmente en una esencia distinta de ella.
A pesar de los accidentes absolutos, existe también el accidente relativo, relación. Aunque debido a su relación con personalidad propia no significa nada inherente en otro, no obstante, a menudo tiene una causa en las cosas, y por lo tanto una entidad real distinta del sujeto.
Una criatura espiritual es totalmente simple en su esencia. Sin embargo, todavía hay una composición doble de la criatura espiritual, a saber, el de la esencia de ser, y que de la sustancia en caso de accidente.
Sin embargo, la criatura corporal está compuesto de acto y potencia, incluso en su propia esencia. Estos actos y potencias están en el orden de la esencia, son designadas por la forma y la materia, respectivamente, los nombres.
Neotomismos

Es el movimiento filosófico surgido a finales del siglo XIX y desarrollado a lo largo del siglo XX que desarrolla los principios aristotélico-tomistas a la luz de los problemas filosóficos contemporáneos.

puerta del infierno

martes, 27 de enero de 2015

23).-Definición de Filosofía. a

 Clases de Filosofía, en el Instituto de Humanidades Luis Campino, del profesor de filosofía don Oscar Santos Peralta, generación 1992.
Oscar Santos Peralta


Scherezada Jacqueline Alvear Godoy



Esteban Aguilar Orellana; Giovani Barbatos Epple;Ismael Barrenechea Samaniego; Jorge Catalán Nuñez; Boris Díaz Carrasco; Rafael Díaz del Río Martí;Alfredo Francisco Eloy Barra ;Rodrigo Farias Picon; Franco Antonio González Fortunatti;Patricio Ernesto Hernández Jara; Walter Imilan Ojeda;Jaime Jamet Rojas;Gustavo Morales Guajardo;Francisco Moreno Gallardo; Boris Ormeño Rojas;José Oyarzún Villa;Rodrigo Palacios Marambio;Demetrio Protopsaltis Palma;Cristian Quezada Moreno;Edison Reyes Aramburu; Rodrigo Rivera Hernández;Jorge Rojas Bustos; Alejandro Suau Figueroa; Cristian Vergara Torrealba; Rodrigo Villela Díaz; Nicolas Wasiliew Sala;Marcelo Yañez Garin;Katherine Alejandra del Carmen  Lafoy Guzmán;Paula Flores Vargas; 

REAL ACADEMIA ESPAÑOLA

Diccionario de Autoridades - Tomo V (1737)

PHILOSOPHIA. s. f. Ciencia que trata de la essencia, propriedades, causas y efectos de las cosas naturales. Es voz Griega y compuesta de philos amor, y sophia ciencia. Latín. Philosophia. TORR. Philos. lib. 6. cap. 8. Será bien imponer a nuestro Príncipe en lo más grave, más necessario y más provechoso, que es el estudio de la Philosophía. NIEREMB. Var. Ilustr. Vid. del P. Francisco Suarez. Como vió que en la Philosophía había aprovechado menos de lo que quisiera, tornó a estudiarla, mientras estudiaba Theología.

Diccionario de Autoridades - Tomo V (1737)

PHILOSOPHIA. Por extensión se llama la opinión particular, o modo de aprehender o discurrir en alguna determinada qüestión o punto desta ciencia. Latín. Philosophia particularis. TEJAD. León Prodig. part. 1. Apolog. 28. Tambien Antistenes ... fue inventor de la Philosophía Cínica, que heredó Diógenes y sus sequaces.

Diccionario de Autoridades - Tomo V (1737)

PHILOSOPHIA MORAL. La ciencia que trata de la bondad o malicia de las acciones humanas, enseñando las que se deben abrazar, y las que se deben huir, y explicando la naturaleza de las virtudes y vicios. Latín. Moralis philosophia. TORR. Philos. lib. 6. cap. 8. Esta Philosophía moral trata de las quatro virtudes, que llamamos Cardinales, en que se funda todo el peso de la vida humana.

DICCIONARIO SOVIÉTICO

Filosofía (Del griego: “filo”, amor; “sofos”, sabiduría). Según el materialismo dialéctico, la filosofía es la ciencia sobre las leyes más generales que rigen el desarrollo de la Naturaleza, de la Sociedad humana y del pensamiento. El problema fundamental de la filosofía es el de la relación entre el ser y el pensar. Según la solución que den a este problema, todas los corrientes filosóficas se dividen en dos campos: el materialista (ver: Materialismo) y el idealista (ver: Idealismo). Ya en los tiempos antiguos existía la filosofía en la China y la India. En Europa, la filosofía nació en el siglo VI antes de nuestra era en la Grecia Antigua, donde alcanzó un brillante desarrollo. En la Edad Media, la filosofía, dejó de existir como ciencia autónoma, formando sólo parte de la teología. Con el comienzo del desarrollo de la ciencia burguesa, en los siglos XVII y XVIII, florece también la filosofía clásica burguesa (la llamada filosofía moderna). Después del idealismo clásico alemán (Kant, Hegel –fines del siglo XVIII, principios del XIX) la filosofía burguesa comienza a degenerar en sistemas idealistas hechos de retazos archirreaccionarios y exentos de valor científico. La única filosofía científica y progresista desde los tiempos de Marx y Engels es el materialismo dialéctico creado por ellos, la filosofía del proletariado. Durante un largo periodo, a consecuencia del escaso desarrollo de las diversas ciencias, la filosofía desempeñaba el papel de una “ciencia de las ciencias” original, que comprendía todas las ramas del conocimiento humano. El desarrollo de las ciencias naturales y sociales, a mediados del siglo XIX, al establecer una separación entre aquéllas y la filosofía, puso fin a semejante situación. En el materialismo dialéctico, la filosofía es la ciencia sobre las leyes más generales de la realidad. El método dialéctico marxista nos proporciona un método de estudio y de conocimiento de la Naturaleza. El materialismo filosófico marxista da una interpretación materialista de la Naturaleza y de las leyes que rigen su desarrollo. La teoría del materialismo histórico es la aplicación del materialismo dialéctico al estudio de la Sociedad humana. El materialismo dialéctico y el materialismo histórico son el fundamento teórico, filosófico, del comunismo científico, una parte integrante inalienable de la teoría marxista-leninista.

Diccionario filosófico marxista · 1946:115-116

Filosofía (del griego “filo”: amor, y “sofos”: sabiduría). En el materialismo dialéctico, ciencia de las leyes más generales de la naturaleza, de la sociedad humana y del pensamiento.
El problema fundamental de la filosofía es el de la relación entre la existencia y el pensamiento. De acuerdo a la solución que se dé a este problema, todas las tendencias filosóficas se dividen en dos campos: el materialista (ver Materialismo) y el idealista (ver Idealismo).

Diccionario de filosofía y sociología marxista · 1959:36

Filosofía (del griego, φιλος: amiga; σοφία: sabiduría). El objeto de la filosofía como ciencia, se ha modificado en el transcurso de la historia. Antes de la aparición del marxismo, la filosofía era considerada como la “ciencia de las ciencias” que englobaba todo el saber humano y reemplazaba a todas las ciencias. Este estado de cosas se explicaba debido al débil desarrollo de los conocimientos concretos acerca de la naturaleza y la sociedad, y debido a la diferenciación insuficiente de la ciencia. El progreso en los conocimientos concretos y la aparición del marxismo, pusieron fin a una filosofía de ese género. La diferenciación de las ciencias, la capacidad de las ciencias experimentales para descubrir los vínculos reales de los fenómenos de la naturaleza y para substituir las ficciones de la antigua filosofía, sobre todo la idealista, por un saber positivo y concreto, hicieron superflua la “ciencia de las ciencias” con su ambición de edificar sistemas universales donde las diversas ciencias sólo representaran eslabones subordinados a la filosofía. La filosofía de Hegel (ver) fue la última tentativa de ese género. El fin de la filosofía como “ciencia de las ciencias” fue un acontecimiento progresista tanto para las ciencias naturales y sociales como para la propia filosofía. A diferencia de los sistemas filosóficos anteriores, la filosofía marxista no constituye una ciencia por encima de las demás ciencias. La filosofía marxista tiene por objeto la demostración de la anterioridad de la materia respecto a la conciencia, el estudio de las leyes más generales del desarrollo de la naturaleza de la sociedad y del pensamiento, y constituye el instrumento del conocimiento científico y de la transformación práctica revolucionaria del mundo.
La cuestión fundamental de la filosofía es la de las relaciones entre el ser y el pensamiento. De acuerdo con el modo de resolver este problema, todas las corrientes filosóficas se dividen en dos grandes campos: el materialismo y el idealismo.
La lucha entre el materialismo y el idealismo, la consolidación y el desarrollo, en el transcurso de esta lucha, de la tendencia progresista, materialista, representa una ley de la historia milenaria de la filosofía. La lucha del materialismo contra el idealismo refleja la lucha de las clases progresistas contra las clases reaccionarias.
Desde los tiempos más remotos, la filosofía se cultivaba en China y en la India. En los siglos VII y VI antes de nuestra era, la filosofía apareció en la Grecia antigua donde alcanzó un nivel elevado. En la Edad Media, la filosofía formaba parte de la teología y no existía como ciencia independiente. Los siglos XV y XVI señalan los comienzos de un viraje importante: el pasaje de la escolástica a la investigación experimental. Los progresos de las relaciones capitalistas, de la industria y el comercio, los grandes descubrimientos geográficos y astronómicos y las realizaciones de las otras ciencias de la naturaleza, engendran una nueva concepción del mundo basada en conocimientos adquiridos por la experiencia. Gracias a los descubrimientos de Copérnico (ver), de Galileo (ver), de Giordano Bruno (ver), la ciencia da un salto. El estudio de los fenómenos de la naturaleza favorece la aparición de sistemas filosóficos materialistas. Durante los siglos XVII y XVIII, la concepción materialista del mundo realiza rápidos progresos. Surgen las teorías materialistas de F. Bacon (ver), Hobbes (ver), Toland (ver), Priestley, en Inglaterra; de Spinoza (ver), en Holanda; de La Mettrie (ver), Holbach (ver), Helvecio (ver), Diderot (ver), en Francia; de Lomonósov (ver), Radishchev (ver), en Rusia. Los filósofos materialistas critican vigorosamente el idealismo filosófico, combaten la religión, defienden el principio de la materialidad del mundo, exaltan la razón y los sentimientos humanos. Lomonósov es el primero en descubrir la ley de la conservación de la materia y del movimiento cuya importancia es considerable para la justificación científica del materialismo. Radishchev se hace conocer no sólo como materialista, sino como partidario activo de la abolición de la servidumbre. En esa época, el materialismo estaba estrechamente ligado a los movimientos sociales progresistas, a la lucha del pueblo y de la burguesía revolucionaria contra el feudalismo. «A lo largo de toda la historia moderna de Europa, y especialmente a fines del siglo XVIII, en Francia, donde se libró la batalla decisiva contra toda la morralla medieval, contra la servidumbre en las instituciones y en las ideas, el materialismo se acreditó como la única filosofía consecuente, fiel a todas las teorías de las ciencias naturales, hostil a la superstición, a la beatería, &c. Por eso, los enemigos de la democracia trataban con todas sus fuerzas de “refutar”, minar, calumniar el materialismo, y defendían las diversas formas del idealismo filosófico, que se reduce siempre, de un modo u otro, a la defensa o al apoyo de la religión.» (Lenin, Tres fuentes y tres partes integrantes del marxismo, en Obras Escogidas, t. I, p. 66, Ed. esp., Moscú, 1948). Pero el materialismo premarxista se veía limitado por su carácter metafísico y mecanicista, y en materia de vida social, sus posiciones eran idealistas. Sin embargo, para la época, representaba un fenómeno eminentemente progresista. (Ver Materialismo mecanicista; Metafísica).
Durante los siglos XVII y XVIII, el materialismo ve alzarse frente a él las teorías idealistas de Berkeley (ver), de Hume (ver), en Inglaterra, así como la filosofía alemana de fines del siglo XVIII y comienzos del XIX, ilustrada por los nombres de Kant (ver), Schelling (ver), Fichte (ver), Hegel (ver). Los idealistas tratan de destruir los resultados obtenidos por la filosofía materialista en estrecho vínculo con las ciencias naturales; se esfuerzan por restaurar las ideas religiosas de la prioridad del “espíritu absoluto”, de Dios, del “yo” subjetivo, &c. Una adquisición importante de la filosofía alemana, sobre todo de la hegeliana, fue el método dialéctico. Pero este método estaba edificado sobre principios erróneos, idealistas, y sólo el marxismo con la utilización de su médula racional, del elemento positivo de ese método, creó la dialéctica materialista revolucionaria.
Después de 1840 se produjo en la filosofía un viraje histórico. Como consecuencia de las últimas realizaciones de la ciencia, surgió la filosofía marxista, expresión teórica de los intereses de la clase más revolucionaria de la sociedad capitalista, el proletariado. Fue un verdadero salto revolucionario de la vieja a la nueva filosofía, la única que se había fundado en las ciencias de la naturaleza y en la historia de la sociedad humana. Ninguna escuela, ninguna corriente filosófica ha tenido jamás adeptos tan numerosos, ni ha ejercido jamás influencia sobre masas populares tan grandes. Los antiguos sistemas filosóficos eran profesados sobre todo por individuos aislados y sólo se dirigían a los iniciados. La filosofía marxista no es una escuela filosófica en el sentido corriente del término, no es simplemente otra escuela más en la filosofía, seguida por un puñado de discípulos; es la ideología de millones de trabajadores y, sobre todo, de la clase obrera, la clase más avanzada y revolucionaria. El marxismo-leninismo (ver) es la ideología del proletariado, la doctrina que indica el camino para derribar el capitalismo y edificar el socialismo y el comunismo. Es, pues, la filosofía de millones de seres humanos, su arma de lucha para su liberación. Ningún sistema o escuela filosófica ha tenido ni podía tener semejantes cualidades. El antiguo materialismo era contemplativo. La filosofía marxista ha proclamado como objetivo suyo la transformación revolucionaria del mundo.
El marxismo ha creado la forma superior del materialismo, el materialismo dialéctico (ver), que resuelve todos los problemas que planteaba, sin poderlos resolver, el pensamiento de vanguardia premarxista. La antigua filosofía, incluida la filosofía materialista, era incapaz de explicar científicamente los fenómenos sociales. Antes de Marx y de Engels, predominaba una concepción falsa, idealista de la historia. Los ideólogos del proletariado crearon una ciencia social tan precisa como las ciencias naturales. El materialismo histórico (ver) constituye una de las más bellas conquistas de la filosofía científica. Esta teoría ha revelado las verdaderas fuerzas motrices de la evolución social, ha señalado a las clases oprimidas, en lucha contra el capitalismo, las leyes del desarrollo social, lo que les permite actuar conscientemente y de perfecto acuerdo con la necesidad histórica, con las leyes objetivas del desarrollo social. Gracias al materialismo histórico, el socialismo, que no era más que un sueño utópico, se ha convertido en una ciencia verdadera. La filosofía marxista está vinculada indisolublemente al socialismo proletario del cual constituye su fundamento teórico.
En Rusia, a mediados del siglo XIX, en la época en que el campesinado se empeñaba en una lucha encarnizada contra la servidumbre, la filosofía materialista tuvo un desarrollo intenso. Una brillante pléyade de revolucionarios demócratas, portavoces de la revolución en ascenso contra la servidumbre de la gleba, se alzó contra el idealismo filosófico, instrumento del antiguo régimen, y elaboró la filosofía materialista más avanzada del período premarxista. (Belinski, ver, Herzen, ver, Chernishevski, ver, Dobroliúbov, ver). Los demócratas revolucionarios rusos, cuyo materialismo era militante y no contemplativo, comprendían la necesidad de una refundición radical de la sociedad, se inspiraban en la teoría del desarrollo y del cambio, y tenían conciencia del papel inmenso de las masas populares en la historia. Marx y Engels tenían la opinión más elevada de Chernishevski y de Dobroliúbov, a quienes consideraban como grandes conocedores y críticos del capitalismo. No obstante, las condiciones de Rusia sometida a la servidumbre, impidieron a los demócratas revolucionarios elevarse hasta el materialismo dialéctico e histórico, aunque avanzaron por ese camino.
A fines del siglo XIX, paralelamente al auge del capitalismo en Rusia, aumentaba rápidamente la clase obrera rusa llamada a transformarse –en la época del imperialismo, etapa suprema del capitalismo– en la vanguardia de todo el proletariado internacional. Por razones históricas, Rusia era en ese momento el nudo de todas las contradicciones del imperialismo. El centro del movimiento revolucionario se había trasladado a Rusia donde maduraba una grandiosa revolución popular, a cuya cabeza se encontraba el proletariado ruso, el más revolucionario del mundo. Tal es la razón por la cual Rusia se convirtió en el hogar del leninismo, etapa nueva y superior del marxismo, adecuada a la época del imperialismo y de las revoluciones proletarias. Rusia fue la primera en romper las cadenas del imperialismo y en inaugurar la era del triunfo del socialismo. Fue en Rusia donde las ideas de Marx y de Engels triunfaron por primera vez. La victoria del socialismo en Rusia señala la victoria del marxismo, de la filosofía marxista. En los trabajos de Lenin, guía del proletariado ruso e internacional, han hallado un nuevo desarrollo todos los aspectos de la filosofía marxista. Lenin enriqueció todas las partes constitutivas de la filosofía marxista: el método dialéctico, la teoría materialista, el materialismo histórico. Defendió la filosofía marxista contra los ataques de los oportunistas de la II Internacional y perfeccionó todavía más ese poderoso instrumento del proletariado. El materialismo dialéctico y el materialismo histórico constituyen hoy el fundamento teórico de la lucha liberadora del proletariado de todos los países; es la base teórica de la edificación del socialismo en los países de democracia popular y de la edificación del comunismo en la U.R.S.S. El materialismo dialéctico es el único método valedero de las ciencias modernas, la única teoría científica que permite explicar y transformar la naturaleza y la sociedad.

Diccionario filosófico abreviado · 191-194

Filosofía (griego: φιλοσοφία: amor a la sabiduría). Ciencia sobre las leyes universales a que se hallan subordinados tanto el ser (es decir, la naturaleza y la sociedad) como el pensamiento del hombre, el proceso del conocimiento. La filosofía es una de las formas de la conciencia social y está determinada, en última instancia, por las relaciones económicas de la sociedad. La cuestión fundamental de la filosofía como ciencia especial estriba en el problema de la relación entre el pensar y el ser, entre la conciencia y la materia. Todo sistema filosófico constituye una solución concreta y desarrollada de dicho problema, incluso si la «cuestión fundamental» no se formula claramente en el sistema. El término «filosofía» se encuentra por primera vez en Pitágoras; en calidad de ciencia especial, lo introdujo por primera vez Platón. La filosofía surgió en la sociedad esclavista como ciencia que unía todos los conocimientos que el hombre poseía acerca del mundo objetivo y acerca de sí mismo, cosa perfectamente natural dado el bajo nivel de desarrollo del saber en las etapas primeras de la historia humana. En el curso del desarrollo de la práctica en el ámbito de la producción social, y a medida que se acumularon conocimientos científicos, ocurrió un proceso de «desprendimiento por gemación» de algunas ciencias respecto a la filosofía, a la vez que ésta se formaba como ciencia independiente. La filosofía como ciencia surge de la necesidad de estructurar una concepción general del mundo, de investigar los principios y leyes generales del mismo; surge de la exigencia de un método de pensamiento acerca de la realidad fundado en lo racional, en la lógica. Tal necesidad hace que el problema de la relación entre el pensar y el ser se sitúe en el primer plano de la filosofía, pues toda filosofía se apoya en una u otra solución de dicho problema, lo mismo que el método y la lógica del conocimiento. A ello se debe, también, la polarización de la filosofía en dos corrientes opuestas: materialismo e idealismo; entre ellos ocupa una posición intermedia el dualismo. La lucha entre el materialismo y el idealismo atraviesa, como un hilo rojo, toda la historia de la filosofía, es una de sus fuerzas motrices fundamentales. Esta lucha se encuentra estrechamente vinculada al desarrollo de la sociedad, a los intereses económicos, políticos e ideológicos de las clases. Al precisar la problemática específica de la ciencia filosófica, se fueron diferenciando en la propia filosofía distintas facetas en calidad de partes más o menos independientes, a veces con diferencias señaladísimas. Estas partes son: la ontología, la gnoseología, la lógica, la ética, la estética, la psicología, la sociología y la historia de la filosofía. Al mismo tiempo, ante la insuficiencia de conocimientos concretos, la filosofía intentaba sustituir las conexiones y leyes del mundo que faltaban por otras imaginarias, con lo cual se convertía en una «ciencia de las ciencias» especial, por encima de todas las demás ciencias. Respecto a la naturaleza, tal filosofía se presentaba como filosofía natural; ante la historia como filosofía de la historia. El último sistema de este género fue el de la filosofía de Hegel. Sin embargo, a medida que los conocimientos aumentaron y se diferenciaron, desaparecieron los motivos para que existiera la filosofía como «ciencia de las ciencias». La clara concepción de la necesidad social que da origen a la filosofía como ciencia especial, la clara idea del lugar que ésta ocupa y del papel que desempeña en el conjunto de la cultura espiritual así como, por ende, de cuál es el círculo de sus problemas (su objeto) se alcanzaron por primera vez en el marxismo-leninismo (Materialismo dialéctico, Materialismo histórico). El conocimiento teórico de los fenómenos del mundo circundante no puede darse sin el pensar desarrollado en el sentido lógico. Pero, en virtud de la división del trabajo entre las ciencias, que se formó históricamente, fue precisamente la filosofía la que elaboró las categorías y leyes lógicas. La filosofía marxista-leninista ha desarrollado y sostenido consecuentemente el principio materialista en la concepción del mundo objetivo y del pensar, principio que ha fecundado con la concepción dialéctica no como «ciencia de las formas externas del pensamiento, sino de las leyes que rigen el desarrollo de «todas las cosas materiales, naturales y espirituales», es decir, el desarrollo de todo el contenido concreto del mundo y del conocimiento del mismo, o sea, resultado, suma, conclusión de la historia del conocimiento del mundo» (V. I. Lenin, t. XXXVIII, págs. 80-81). La filosofía marxista, al considerar las formas y leyes lógicas como formas y leyes aprehendidas y comprobadas por toda la práctica humana del desarrollo de los procesos naturales, históricos y sociales, eliminó la diferenciación entre ontología, lógica y teoría del conocimiento. La coincidencia de la dialéctica, de la lógica y de la teoría del conocimiento constituye el principio cardinal de la filosofía del materialismo dialéctico. Con esto, la teoría filosófica del marxismo constituye la solución materialista dialéctica del problema fundamental de la filosofía, solución desarrollada de manera concreta, acabada en todos sus detalles. Las formas y leyes lógicas se presentan, en esta teoría, como formas y leyes universales reflejadas en la conciencia del hombre del decurso de todo proceso natural o histórico social, como grados de la reproducción teórica de los objetos en concordancia con el desarrollo real de los mismos. La filosofía, elaborada partiendo de la concepción indicada de su papel, de su objeto y de sus tareas verdaderas en el desenvolvimiento de la cultura humana, aparece como poderoso instrumento del conocer y obrar de las personas, como factor activo en el desarrollo ulterior del conocimiento y de la práctica. Así concebida la filosofía, sus partes la psicología, la sociología, la ética y la estética se convierten cada vez más en ciencias independientes, que se consideran ciencias filosóficas sólo por el peso de la tradición. Cierto es que dicha tradición tiene su fundamento, ya que las ciencias indicadas están relacionadas en alto grado con la problemática específicamente filosófica, en particular con el problema de la relación entre el sujeto y el objeto. La filosofía facilita el desarrollo de la autoconciencia del hombre, la comprensión del lugar y del papel de los descubrimientos científicos en el sistema del progreso general de la cultura humana; con esto, proporciona una medida para valorar dichos descubrimientos y enlazar los eslabones sueltos del conocimiento en la unidad de la concepción del mundo. A las teorías burguesas contemporáneas les son inherentes tendencias antifilosóficas. Dichas tendencias caracterizan, sobre todo, al neopositivismo, el cual declara que los problemas de la filosofía son seudoproblemas, pretende substituir el análisis filosófico del desarrollo de los conocimientos y de la práctica actuales por el análisis del «lenguaje de la ciencia», es decir, por el análisis lingüístico-semántico «de las formas externas del pensar», del idioma, de los sistemas de signos con que se expresa el pensamiento, &c. De este modo, la filosofía, en el fondo, se liquida como ciencia. De ahí que el único camino que queda para que la filosofía se desarrolle como ciencia es el del materialismo dialéctico continuador de las mejores tradiciones de la filosofía universal.

Diccionario filosófico · 1965:175-177

Filosofía (gr. phileo: me gusta, y sophia: sabiduría): ciencia sobre las regularidades universales, a las que se someten tanto el ser (es decir, la naturaleza y la sociedad) como el pensamiento del hombre, el proceso del conocimiento. La filosofía es una forma de la conciencia social y se determina, en última instancia, por las relaciones económicas de la sociedad. El término “filosofía” lo encontramos por vez primera en las obras de Pitágoras; el primero en destacarla como ciencia especial fue Platón. La filosofía surgió en la sociedad esclavista como ciencia que unifica todo el conjunto de conocimientos del hombre acerca del mundo objetivo y sobre sí mismo, lo cual era del todo lógico dado el bajo nivel de desarrollo de los conocimientos en las primeras etapas de la historia humana. En el curso del desarrollo de la práctica socio-productiva y la acumulación de conocimientos científicos, algunas ciencias se van desprendiendo de la filosofía y, a vez, esta última se va formando como ciencia independiente. La filosofía como ciencia surge de la necesidad de formular una opinión general sobre el mundo y de investigar sus principios y leyes generales, de la necesidad de un método racionalmente fundamentado de pensamiento sobre la realidad, de la necesidad de la lógica y la teoría del conocimiento. El problema fundamental de la filosofía como ciencia especial es la relación del pensamiento con el ser, de la conciencia con la materia. Todo sistema filosófico constituye una solución amplia y concreta de este problema hasta en el caso de que el “problema fundamental” no se formule directamente en el marco de este sistema. A ello está asociada también la polarización de la filosofía en dos comentes opuestas: el materialismo y el idealismo; ocupa un lugar intermedio entre ellos el dualismo. La lucha entre el materialismo y el idealismo preside toda la historia de la filosofía y constituye una de sus fuerzas motrices. Esta lucha está enlazada estrechamente con el desarrollo de la sociedad, con los intereses económicos, políticos e ideológicos de las clases. La precisión de la problemática específica de la ciencia filosófica condujo en el curso de su desarrollo a que en la filosofía misma se disociasen los diversos aspectos como secciones más o menos independientes y, a veces, diametralmente opuestas. Figuran entre estas últimas la ontología, la gnoseología (teoría del conocimiento), la lógica, la ética, la estética, la psicología, la sociología y la historia de la filosofía. Al mismo tiempo, debido a la insuficiencia de los conocimientos concretos, la filosofía trataba de poner en lugar de las concatenaciones y regularidades del mundo ausentes las imaginarias, convirtiéndose de este modo en una “ciencia de las ciencias” especial, superior a todas ellas. Tal filosofía era respecto a la naturaleza la filosofía de la naturaleza, y respecto a la historia, la filosofía de la historia. El último sistema de este género fue la filosofía de Hegel. Ahora bien, a medida del crecimiento y diferenciación de los conocimientos desaparecieron todos los fundamentos para la existencia de la filosofía como “ciencia de las ciencias”. El marxismo-leninismo (Materialismo dialéctico, Materialismo histórico) es la primera doctrina que estableció una clara concepción de la necesidad social que da vida a la filosofía como ciencia especial y la comprensión de su lugar y papel en la composición de la cultura espiritual y, por tanto, de la gama de sus problemas (su objeto). El conocimiento teórico de los fenómenos del mundo circundante es imposible sin un pensamiento desarrollado en el sentido lógico. Pero, en virtud de la división históricamente formada del trabajo entre las ciencias, era precisamente la filosofía la que estudiaba las categorías y leyes lógicas. La filosofía marxista-leninista desarrolló y aplicó consecuentemente el principio materialista a la comprensión del mundo objetivo y el pensamiento, fecundándolo con la concepción dialéctica y construyendo la lógica dialéctica. Al estudiar las formas y regularidades lógicas como formas y leyes del desarrollo de los procesos naturales y socio-históricos, concientizadas y comprobadas por toda la práctica humana, la filosofía marxista anuló la distinción entre la ontología, la lógica y la teoría del conocimiento. La coincidencia de la dialéctica, la lógica y la teoría del conocimiento es el principio fundamental de la filosofía del materialismo dialéctico. Por eso, la teoría filosófica del marxismo es una solución dialéctica materialista concreta y amplia del problema fundamental de la filosofía. Las formas y regularidades lógicas aparecen en ella como formas y regularidades universales –reflejadas en la conciencia del hombre– del curso de cualquier proceso natural y socio-histórico, como peldaños en la reproducción teórica de los objetos de acuerdo con su desarrollo real. La filosofía desarrollada sobre la base de tal comprensión de su papel, objeto y tareas efectivas en el progreso de la cultura humana, constituye un poderoso instrumento del saber y de la actividad de los hombres, y un activo factor del desarrollo del conocimiento y la práctica. De comprender así la filosofía, sus partes –psicología, ética y estética– se convierten cada vez más en ciencias independientes, que se consideran filosóficas sólo por tradición. Cierto es que esta tradición tiene su base, puesto que las ciencias mencionadas están enlazadas más que ningunas con la problemática específicamente filosófica, en particular con el problema de la relación entre el sujeto y el objeto. La filosofía contribuye al desarrollo de la autoconciencia del hombre y a la intelección del lugar y papel de los descubrimientos científicos en el sistema del desarrollo general de la cultura humana, ofreciendo de este modo un rasero para valorarlos y establecer las concatenaciones de los distintos eslabones del conocimiento en la unidad de la concepción del mundo. Son propias de las teorías burguesas modernas las tendencias antifilosóficas, particularmente características para el neopositivismo, que proclama pseudoproblemas los problemas de la filosofía, trata de suplantar el análisis filosófico del desarrollo del conocimiento y la práctica contemporáneos por el análisis del “lenguaje de la ciencia”, es decir, por el análisis semántico-lingüístico de las “formas externas del pensamiento”: del lenguaje, de los sistemas de signos para expresar el pensamiento, &c. De este modo la filosofía de hecho se suprime como ciencia. Por eso, la única vía de desarrollo de la filosofía como ciencia específica sigue siendo la del materialismo dialéctico, que continúa las mejores tradiciones de la filosofía mundial.

Diccionario de filosofía · 1984:168-170
puerta del infierno


sábado, 17 de enero de 2015

22).-Los 15 filósofos griegos.-a

 Clases de Filosofía, en el Instituto de Humanidades Luis Campino, del profesor de filosofía don Oscar Santos Peralta, generación 1992.
Oscar Santos Peralta



Esteban Aguilar Orellana; Giovani Barbatos Epple;Ismael Barrenechea Samaniego; Jorge Catalán Nuñez; Boris Díaz Carrasco; Rafael Díaz del Río Martí;Alfredo Francisco Eloy Barra ;Rodrigo Farias Picon; Franco Antonio González Fortunatti;Patricio Ernesto Hernández Jara; Walter Imilan Ojeda;Jaime Jamet Rojas;Gustavo Morales Guajardo;Francisco Moreno Gallardo; Boris Ormeño Rojas;José Oyarzún Villa;Rodrigo Palacios Marambio;Demetrio Protopsaltis Palma;Cristian Quezada Moreno;Edison Reyes Aramburu; Rodrigo Rivera Hernández;Jorge Rojas Bustos; Alejandro Suau Figueroa; Cristian Vergara Torrealba; Rodrigo Villela Díaz; Nicolas Wasiliew Sala;Marcelo Yañez Garin;Katherine Alejandra del Carmen  Lafoy Guzmán;Paula Flores Vargas; 

Scherezada Jacqueline Alvear Godoy


La Antigua Grecia fue un período especialmente prolífico para la cultura y la filosofía. De hecho, no en balde la historia del pensamiento occidental no se explica sin tener en cuenta a los grandes pensadores griegos.

Mayores filósofos de la Antigua Grecia

Cuando hablamos de Antigua Grecia nos referimos al período histórico que va desde desde el año 1200 a. C. hasta el año 146 a. C., momento en que se produjo la invasión dórica en la región helena.
La cultura griega fue tan influyente que hasta el Imperio romano adoptó gran parte del pensamiento que dejaron Platón, Sócrates, Heráclito, y otros tantos.
Estos pensadores lograron hacer de la sed por el conocimiento su modo de vida. Vamos a conocer cuáles fueron los 15 filósofos griegos más importantes. Dejamos fuera a pensadores que merecerían también una mención honorífica, como es el caso de Gorgias de Leontinos, Diógenes Laercio, Plutarco, Hipócrates, y otros tantos.

15. Heráclito de Éfeso (540 - 480 a. C.)

Conocido por su sobrenombre “El Oscuro de Éfeso”, Heráclito nació en una región de la actual Turquía. Su obra fue aforística en forma de poemas interminables, por lo que los conocimientos que desarrolló requirieron de un detallado estudio.
Aportó valiosos conocimientos al mundo de la física, teorizando acerca de un ‘principio natural’ y del cambio incesante de la materia. Sus postulados científicos fueron objeto de análisis en épocas posteriores.

14. Epicuro de Samos (341 - 270 a. C.)

Epicuro fue uno de los filósofos más famosos de la Antigua Grecia. Desarrolló el atomismo y su filosofía de vida fue el hedonismo racional. En busca del placer hedónico, trataba de abandonar cualquier forma de dolor en base a una vida frugal y desapegada.
Desgraciadamente, pocos de los escritos de Epicuro se conservaron tras su muerte, por lo que debemos su legado a las poesías de Lucrecio y a la correspondencia que mantuvo con otro filósofo: Diógenes Laercio.

13. Sófocles (496 - 406 a. C.)

Nacido en la ciudad de Colono, Sófocles fue un poeta trágico y pensador muy destacado. Aunque su ámbito de pensamiento fue más la literatura y la dramaturgia que la filosofía, sus obras estaban empapadas de reflexiones y conocimientos que otros filósofos desarrollarían posteriormente. Fue autor de los célebres Antígona y Edipo Rey, consideradas auténticas obras maestras del teatro trágico griego.
Aunque fue un escritor prolijo, solo se conservaron siete de sus tragedias griegas, que pasaron a ser referentes del género durante siglos.

12. Anaxágoras de Clazómenas (500 - 428 a. C.)

Anaxágoras fue un filósofo presocrático que fue el pionero en introducir la noción de nous (νοῦς, mente o pensamiento). Nacido en Clazómenas, en una región de la actual Turquía, vivió en Atenas a partir de su adolescencia.

Para este pensador griego, las ideas filosóficas que trabajaba siempre giraban en torno a la naturaleza misma. Nos dejó un enorme legado con sus descripciones sobre la naturaleza y el universo. En sus textos, argumentaba que todo elemento consistía o provenía de otro elemento, y a su vez pertenecían a un todo.

11. Diógenes de Sinope (404 - 323 a. C.)

Nacido en Sinope, junto al mar Negro, Diógenes el Cínico fue uno de los filósofos de la Antigua Grecia con un estilo más irónico y humorístico. Aunque nos llegaron pocos manuscritos de Diógenes, conocemos muchas de sus ideas gracias a sus fieles discípulos y alumnos.
Se prodigó en el arte de la discusión y la oratoria, y rechazó cualquier convencionalismo de su época refugiado en una vida frugal y austera, aunque no hizo ningún intento de reformar o cambiar aquello que impugnaba. Su discípulo Diógenes de Laercio fue quien dejó constancia de los conocimientos y teorías del maestro.

10. Empédocles de Agrigento (495 - 444 a. C.)

Político y filósofo, Empédocles ideó la teoría de las cuatro raíces: cuatro elementos básicos (agua, tierra, fuego y aire) que son los componentes esenciales de todo lo existente. Es también el autor de las dos “condiciones” o “fuerzas” del mundo, a partir de las cuales explicaba los problemas de su época, como la corrupción, el odio y el amor. La primera fuerza unía lo existente, mientras que la segunda lo separaba.
Su legado originó una ola de poetas y pensadores que, motivados por las teorías de Empédocles y sus cuatro elementos, iniciaron el campo de la física atómica.

9. Parménides de Elea (530 - 470 a. C.)

En una región meridional de la Magna Grecia nació Parménides, poeta y pensador que se cuestionó sobre la existencia misma. “¿Es o no es?”, una pregunta que intentó contestar y que fue objeto de análisis por la filosofía durante siglos, siendo una de las paradojas que más ríos de tinta ha hecho correr.
En palabras de Parménides, los signos de la vía de la verdad eran la concreción de lo que es y de lo que no es. A partir de este razonamiento expuso que una cosa que sí es nunca podrá dejar de ser más que por sí solo. Como vemos, se trata de una argumentación algo abstracta y extraña pero que dio pie a centenares de teorías y elucubraciones en épocas posteriores.

8. Pitágoras de Samos (569 - 475 a. C.)

Reconocido como el primer matemático puro de la historia, los aportes de Pitágoras han sido fundamentales en los ámbitos de la filosofía, la geometría y la aritmética. El conocido “teorema de Pitágoras” es todavía estudiado en los colegios de primaria, y nos explica que “en todo triángulo rectángulo el cuadrado de la hipotenusa es igual a la suma de los cuadrados de los catetos”.
Este pensador no solo contribuyó al pensamiento abstracto y lógico, sino que también reflexionó acerca de las leyes morales de la vida, puesto que su escuela centró muchos esfuerzos en la promoción de una vida justa y equilibrada.


7. Zenón de Elea (490 - 430 a. C.)

Zenón de Elea fue especialmente reconocido por su teoría del infinito, una serie de razonamientos con los que trató de resolver las paradojas y dilemas sobre la pluralidad y el movimiento, conceptos que, desde un plano metafísico, cuestionó en base a sesudos argumentos lógicos que quedaron registrados en distintos manuscritos.
Este filósofo griego presocrático inició un recorrido del pensamiento que muchos de sus discípulos (entre los que constaban nombres destacados como Meliso, Demócrito y Anaxágoras) continuaron y ampliaron tras su fallecimiento.

6. Tales de Mileto (624 - 546 a. C.)

Maestro de otros grandes pensadores griegos, como Anaxímenes, y padre de la filosofía griega antigua, Tales de Mileto teorízó acerca de la filosofía natural, el origen de la materia y además aportó grandes conocimientos en ciencia, geografía y matemáticas, donde dejó como legado la conocida como 'teoría del cambio'.
Para este importante filósofo griego, el agua es el elemento principal y original en el mundo, inicio de todas las demás cosas. Esta idea se propagó a lo largo de la Antigua Grecia y decenas de filósofos posteriores desarrollaron estas nociones.

5. Demócrito (460 - 370 a. C.)

Científico y matemático único, Demócrito fue conocido como “el filósofo que ríe”, aportó grandes teorías y conocimientos al mundo de la matemática, la geometría y la astronomía.

A través de distintos experimentos y razonamientos fue capaz de trazar su teoría atómica del universo, argumentó que los átomos son partículas indivisibles, enteras, homogéneas y no visibles a simple vista. Una consideración que la ciencia demostró posteriormente.

4. Anaxímenes de Mileto (590 - 525 a. C.)

Anaxímenes de Mileto fue uno de los filósofos más importantes y famosos de la Antigua Grecia, aunque no solo fue uno de los primeros autores en filosofía sino que también aportó su sabiduría a ámbitos como la biología y la geografía. Es considerado uno de los primeros astrónomos de la historia, puesto que fue capaz de crear la primera imagen del universo.
Este conciudadano y discípulo de Tales de Mileto fue estudiado y analizado por filósofos posteriores. Una de sus nociones más importantes fue la que hacía referencia a que el principio de todas las cosas era infinito.

3. Aristóteles (384 - 322 a. C.)

Considerado el padre de la biología y de la lógica, Aristóteles funda la historia del conocimiento en Occidente. Su legado consta de más de 200 textos en los que teoriza y desarrolla ideas en torno a siete ámbitos del conocimiento distintos
La creatividad y profundidad de este filósofo, excelente en su escritura y en la complejidad de sus planteamientos, no solo supuso un paso adelante en el pensamiento de la Antigua Grecia sino que muchos pensadores posteriores basarían sus postulados en las ideas y experiencias que dejó el gran Aristóteles.

2. Sócrates (470 - 399 a. C.)

Sócrates, nacido en Atenas, fue uno de los filósofos griegos más importantes. A él se deben los cuestionamientos sobre el razonamiento mismo, además del método socrático, que permitía a los pensadores preguntarse sobre su propia conducta hasta llegar a planteamientos más ciertos y perdurables.
Fue maestro de Platón, quien siguió sus claves filosóficas y las desarrolló.

1. Platón (427 - 347 a. C.)

Discípulo de Sócrates, Platón desarrolló la teología de su maestro para entrelazarla con novedosos planteamientos metafísicos. Fundador de la Academia en Atenas, enseñó sus teorías éticas, además de dialéctica y física, donde también aportó grandes conocimientos.
A través de estas facetas científicas y filosóficas, Platón pretendía crear hombres mucho más instruidos y capaces de gobernarse a sí mismos.

puerta del infierno

Santa Juana de Arco.-a

Santa Juana de Arcos (Domrémy, Francia, 1412 - Ruán, id., 1431) Santa y heroína francesa. Nacida en el seno de una familia campesina acomoda...