Apuntes de clases

Clases de filosofía y ciencias bíblicas del Instituto de Humanidades Luis Campino, y la Parroquia de Guadalupe de Quinta Normal.


El Idioma Hebreo.-a

pasaporte israelí

 

 Lenguas  semíticas.



Las lenguas semíticas o semitas son una subfamilia de la familia de lenguas afroasiáticas.​ Se desarrollaron sobre todo por Oriente Próximo y el norte y este de África. Toman su nombre del personaje bíblico Sem, el hijo de Noé, cuyos descendientes serían, con base en la historia bíblica y la tradición, los pueblos semitas.
Las lenguas semíticas más habladas en el presente son el árabe, el amárico, el hebreo y el tigriña. La protolengua o grupo de dialectos estrechamente ligados que habría dado lugar a las lenguas semíticas se conoce como protosemítico

Historia

De la familia semítica se conservan registros escritos ininterrumpidos desde el 2500 a. C. hasta el presente, lo que hace de ella la mejor testimoniada históricamente. Compárense los 4500 años de registros de lenguas semíticas con los algo más de 3500 años de textos en lenguas chinas, los 3400 años de textos griegos o los 4000 años que median entre las primeras inscripciones en egipcio antiguo y los últimos textos en copto) que datan del siglo VIII. 
Los primeros textos semíticos conocidos están escritos en acadio (ca. 2500 a. C.-1600 a. C.), eblaíta (ca. 2400 a. C.), ugarítico (ca. 1400 a. C.-ca. 1185 a. C.), lenguas cananeas (ca. 1200 a. C.), hebreo antiguo (ca. 1100 a. C.-250 d. C.), fenicio-púnico (ca. 1000 a. C.-200 d. C.) y arameo antiguo (900 a. C.-250 d. C.)

 



El mundo de habla hebrea en Israel y palestina:
  Regiones donde el hebreo es el idioma de la mayoría (> 50%)
  Regiones donde el hebreo es el idioma de entre el 25% y el 50% de la población
  Regiones donde el hebreo es un idioma minoritario (<25%)

hebreo, a


Del lat. Hebraeus, este del hebr. ‘ibrī, y este quizá del acadio ẖapiru[m] 'paria'.


5. m. Lengua semítica occidental, próxima al cananeo, que, desde el siglo III a. C. hasta finales del siglo XIX, se mantuvo solo como lengua litúrgica y literaria, y que en la actualidad se habla en Israel y también en comunidades judías de Europa y Estados Unidos.

Introducción


El hebreo es un idioma de origen semítico y ha sido considerado una “lengua biblica” junto con el arameo y el griego clásico, pertenece a la familia afroasiática,  desde la Antigüedad, la lengua escrita, litúrgica y de oración empleada por el judaísmo, donde funciona como lengua sacra; El hebreo desde la Antigüedad, y más allá de haber sido o no permanentemente hablada a lo largo de sus más de tres milenios de existencia, se mantiene e incluso renueva como un importante elemento común y de cohesión en lo que concierne a las diferentes comunidades judías, ya se encuentren en Israel o fuera de dicho país.

Definición 

La palabra hebreo ( IVRIT ) tiene su raíz en la palabra “pasar” y se refiere al pueblo hebreo, cuyo tronco común proviene de Abraham (Biblia) quien por un llamado divino, fue ordenado “pasar” al otro lado del Eufrates (Babilonia) y ser el padre de un nuevo pueblo. El contexto puede ser entendido como el “paso” a una nueva corriente de pensamiento religiosa.

Hebreo un Idioma Bíblico.

El hebreo es el lenguaje con el que se escribió originalmente la Biblia, y todos los ejemplares en el mundo son traducciones de traducciones del original que se mantiene aún en este idioma. La primera traducción fue hecha al griego y a partir de ahí posteriores versiones han sido llevadas a todos los idiomas en el mundo.
A pesar de que después del siglo II fue declarado idioma muerto, el hebreo siguió siendo a través de los siglos, el idioma de uso ritual diario y de estudio entre el pueblo judío.
Durante el Renacimiento, los estudiosos cristianos se interesaron profundamente en el Antiguo Testamento y produjeron nuevas traducciones del mismo a partir del original hebreo, como sustitutos de la traducción latina, la Vulgata.
En el siglo XVII en los Estados Unidos se convirtió al hebreo en parte de los programas de estudios en universidades tan destacadas como Harvard, Columbia, Yale, Brown, Princeton, Johns Hopkins, Dartmouth y Pennsylvania; Yale, Columbia y Dartmouth todavía tienen inscripciones hebreas en sus sellos.  Los graduados de la Escuela de Teología debían ser capaces de leer el Antiguo Testamento en su idioma original exigencia aún vigente en algunas escuelas de ciencias bíblicas.

Influencia del hebreo  en otros idiomas.

Muchas palabras del hebreo han sido adoptadas a otros idiomas: alfabeto, sábado, amén, Mesías, aleluya, querubín, serafín, Satán, leviatán, jubileo, ascalonia (de Ashkelón), gasa (de Gaza), sodomía, etc.
Muchos nombres personales derivan directamente del hebreo: Abraham, Moisés, Josué, Daniel, Isaías, Jeremías, Ezequiel, Miguel, Rafael, Joel, Adán, Ismael, Natanel, Jonatan, José, Miriam, David, Isaac, Jacobo, Sara, Ester, Eva, Raquel, Débora, Rebeca, Lea, etc.


Origen del idioma.

El hebreo es una lengua con casi 30 siglos de historia escrita, ha sufrido procesos de cambio lingüístico que hacen del hebreo antiguo y el hebreo moderno, más que la misma lengua puedan considerarse lenguas emparentadas pero que difieren en pronunciación, gramática y léxico.
Los hebreos, copiaron de los cananeos el arte de la escritura. El más antiguo texto escrito con alfabeto hebreo data del siglo IX  antes de cristo. A esta época pertenece la estela de Moab, escrita en dialecto cananeo-moabita, en la cual Mesa, rey de Moab, describe sus triunfos contra Omri, el rey de Israel. Guarda gran paralelismo con el 2º libro de los Reyes, capítulo 3.
En la estela de la casa de David, escrita en hebreo a mediados del Siglo VIII antes de cristo,  conmemora las victorias del rey sirio Hazael sobre Joram, hijo de Acab, rey de Israel, y sobre Ocozías hijo de Joram rey de Judá, de la dinastía de David. Es la mención escrita más antigua respecto a esta dinastía. Durante los años de la diáspora, el hebreo se vio limitado al uso litúrgico. Para el uso diario, los judíos empleaban distintas lenguas judías basadas en los idiomas vernáculos de sus países de acogida (español, árabe, alemán, etc.)
Al producirse las diferentes invasiones a la Tierra de Israel, y en consecuencia las deportaciones de israelitas a otros territorios, el hebreo se vio influenciado por los dialectos de las zonas dónde se vieron obligados a asentarse. De esta manera, el hebreo antiguo, conocido popularmente, pasó a utilizarse principalmente como una lengua escrita, ritual y sagrada.

1.-Hebreo Clásico

 Así se le calificó como hebreo bíblico, también hebreo clásico y como hebreo cuadrado. Los rabinos y el pueblo de Israel, por su utilización masiva en la liturgia religiosa, la llamaron también: lengua sagrada. Según Las Escrituras, en la época de Yeshúa o Jesús, el Hebreo era el lenguaje cotidiano más común (Marcos 5:41); aunque se lo utilizaba, fundamentalmente, para las ocasiones especiales y la liturgia.

2.-Hebreo mísnico


Al hebreo bíblico le sucedió una forma intermedia conocida como: hebreo mísnico o hebreo míshnico, vocablo adaptado de la palabra mishná, la cual se refiere a un compendio escrito que engloba la tradición oral del pueblo judío. Este tipo de hebreo, también fue catalogado como Rabínico, y se trataba únicamente de una modalidad de la lengua escrita, aunque resultaba mucho más práctica que la lengua bíblica.

3.-El hebreo medieval 

El hebreo medieval tiene muchas características que lo distinguen de las más viejas formas del hebreo. Estos afectan a la gramática, la sintaxis, la estructura de la oración, y también incluyen una variedad amplia de nuevos artículos léxicos, que se basan generalmente en viejas formas. En la edad de oro de la cultura judía en España, un trabajo importante fue el realizado por los gramáticos en explicar la gramática y el vocabulario del hebreo bíblico; mucho de esto fue basado en el trabajo de los gramáticos del árabe clásico. Los gramáticos hebreos más importantes fueron Judás ben el ibn Janah de David Hayyuj y Jonás ibn Janah.


 


Gramática Hebrea.


Gramaticalmente, es posible decir que el Hebreo es una lengua bastante sencilla. Al lado del Español,como ejemplo parece un idioma brusco y directo; sin embargo es una lengua muy pintoresca en cuanto a sus descripciones y sus expresiones breves y fuertes que dan la idea de energía. Por tal motivo, también se considera al Hebreo como un idioma de acción, concreto y básico, ya que su fundamento es el verbo. Este se puede expresar en tiempo pasado, presente y algunas formas de tiempo futuro; así como en dos estados: perfecto e imperfecto. Dada las cualidades especiales de este idioma, encontramos que cada palabra se forma en base a un conjunto de letras consonantes a las que se les llama Raíz. De una Raíz, a su vez, pueden formarse varias y diversas palabras; así como también, en cuanto a los tiempos verbales, puede indicarse siete clases diferentes de acción.

 A diferencia de las lenguas occidentales, el Hebreo se escribe de derecha a izquierda. No se utilizan en el Hebreo, el acento de palabras. No existen las llamadas Letras Mayúsculas y Letras Minúsculas, ya que todas tienen una configuración fija, conforme a los lugares que ocupan. Existen también las llamadas Letras Intermedias y Letras Finales.


 

Alfabeto hebreo





El alfabeto original del Hebreo, constaba únicamente de consonantes. Tanto los signos vocálicos como la pronunciación, que siempre se estimaron pertenecientes al llamado Hebreo Bíblico o Hebreo Cuadrado, fueron introducidos por los llamados Masoretas. Estos eran los rabinos y eruditos bíblicos que guardaban la tradición oral y escrita o Masoret, del Pueblo de Israel, transmitiéndola de generación en generación. 
El alfabeto hebreo consta de veintidós caracteres o consonantes y su léxico se basa en el Hebreo Bíblico o clásico y su sintáxis en el Hebreo Míshnico o rabínico. Las vocales se indican agregándolas a las consonantes. Se forman con puntos y rayas que mantienen cierto orden. Se modula la pronunciación siguiendo las pautas de los judíos sefardíes o judíos de origen hispano que viven sobre todo en Turquía, Grecia y Bulgaria.


 Escritura


El sistema de escritura empleado para escribir la lengua hebrea fue un alfabeto derivado del fenicio, al que no hay que confundir con la escritura cuadrada posterior que es la que terminaría por imponerse. En esta página denominamos siempre al alfabeto cuadrado posterior, judaico, mientras que al alfabeto original lo denominamos simplemente hebreo.
El sistema de escritura hebreo cambió durante el curso de la historia; desde el año 1000 a. C. al 200 a. C. se usó el sistema procedente del estilo fenicio y es el que se utiliza para copiar el texto bíblico en los Rollos del Mar Muerto. Pero después de que los judíos volvieran del exilio en Babilonia comenzaron a usar la escritura cuadrada de la lengua aramea, que era la lengua oficial del Imperio Persa. Los escribas judíos adoptaron la escritura aramea como una forma más precisa de escribir, de manera que cuando Jesús menciona la jota y tilde de la ley de Moisés se refiere a los manuscritos en escritura cuadrada.

 


 

La primera edición impresa 


La primera edición impresa completa de la Biblia hebrea fue prepara por Félix Pratensis y publicada por Daniel Bomberg en Venecia en 1516. Otra edición más extensa de la Biblia hebrea fue editada por el erudito judeo-cristiano Jacob ben Jayyim en 1524.

  

 

Poesía hebrea



No existe una palabra en hebreo para «poesía». Con el vocablo “shir” se designa un cantar o una melodía así como también un poema. Los poetas hebreos poseían el privilegio de plasmar sus emociones y sentimientos mas variados con una total libertad, en cuanto a la forma, al no tener que adecuarse a una rima y métrica determinadas. La melodía, el estilo elevado, el poder pictórico, los paralelismos, las metáforas, las antítesis retóricas, las repeticiones... junto con el lenguaje emocional son los sustitutos del metro y la rima, lo que constituye una forma muy natural de expresión artística.

La poesía hebrea se caracteriza por su sencillez, concisión y carácter elíptico, lo que suponía ser completados en su época por el contexto histórico y social que compartían el poeta y sus contemporáneos.

Las ideas son expresadas con pocas palabras, dejando implícitas muchas relaciones, lo que dificulta el trabajo exegético. Sin embargo, es mas susceptible de ser traducida que la de otros idiomas, por las mismas razones anteriormente citadas.

Una buena parte del Antiguo Testamento está compuesta en un estilo y forma de lenguaje poéticos. Los libros históricos abundan en vívidos discursos, odas, piezas líricas, salmos y cánticos. La poesía hebráica es digna de una peculiariedad que la diferencia de la de otras na­ciones, así como su propia lengua es distinta de las otras familias de idiomas.

Uno de los rasgos más sobresalientes de la poesía bíblica es el denominado paralelismo en el que las palabras de dos o mas líneas del texto están relacionadas de alguna manera. Es el recurso que caracteriza a la recitación oral, las frases breves se suceden lo que hace el discurso mas impresionable y memorable.


Otro aspecto que podría estar incluído en el concepto de paralelismo es el uso de palabras para referirse a lo mismo con el objetivo de enfatizarlo. Mediante la referencia a una parte de algo se representa al todo.


Estas características se pueden encontrar en cualquier pasaje poético, aunque son mas comunes en los Salmos y Proverbios.


Dentro de la poesía creada para ser cantada encontramos numerosos himnos, canciones de alabanza a Dios (en hebreo tehilim), a sus obras a favor de Israel o a su creación . Otros son lamentaciones de la comunidad a modo de súplica, entonadas por el pueblo cuando se veía enfrentado a una situación difícil como podía ser la muerte.


Una vez que la nación o el individuo han sido salvados de sus infortunios, se cantan poesías de acción de gracias.


Para concluir, cómo no hablar del lenguaje místico- poético que envuelve el libro del cantar de los cantares (en hebreo shir hashirim), con sus frecuentes alusiones al Edén, plagado de paisajes y envuelto en aromas. Es también una epopeya del pueblo judío, desde su salida de Egipto y, por otro lado, un canto de amor cuya consumación implica la íntima fusión de cuerpo y alma...

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 Masoretas



Los masoretas eran judíos que trabajaron entre los siglos VII y X de nuestra era en las ciudades de Tiberíades y Jerusalén como sucesores de los soferim o escribas en la responsabilidad de hacer copias fidedignas de las escrituras sagradas.
El término hebreo masoret significa "tradición". Designa la compilación de tradiciones rabínicas relativas al texto bíblico que los masoretas recogieron en los márgenes superior e inferior de cada página de un manuscrito.

Contexto

Eran rabinos y escribas estudiosos que compilaban el llamado texto masorético, que es el texto más usado para hacer traducciones visto por muchos estudiosos como el más fiable del Antiguo Testamento. Los masoretas empezaron su trabajo siglos después de Cristo y lo siguieron hasta el siglo XI, con unas adiciones hasta el siglo XVI.
El Códex de Aleppo, del siglo X, es la versión más antigua conocida del texto masorético de la Biblia hebrea. Desafortunadamente una parte de él se quemó en 1947. El Códex Leningradense que data del año 1008 es la versión masorética completa más antigua que se conserva actualmente.

Etimología

La palabra masoreta tiene su raíz en la palabra hebrea mesoret (מסורת), que quiere decir 'tradición' y cómo estaba pasando a lo largo del tiempo. Llegó a usarse para referirse a las notas que los masoretas pusieron en los textos. Estas notas generalmente tenían información sobre como deletrear palabras, pronunciación, palabras con letras perdidas, ciertas palabras que eran ofensivas y se tenían que leer de otro forma.

También se aplica el nombre de mesoret a la doctrina rabínica que seguían para conservar la pureza de los textos.

Lengua y forma

La lengua de las notas es en parte hebreo y en parte arameo. Las anotaciones se encuentran en diversas formas:

en trabajos separados, como el Sefer Olah ve-Olah,
en forma de notas escritas en los márgenes y al final de los códices. Las notas introducidas en los márgenes superior o inferior reciben el nombre de masoret magna, las situadas en los laterales son la masoret parva y al final de un texto masoret finalis.

Estilo


Los masoretas también agregaron vocales, acentos, y marcaciones sobre el canto al texto, y notas marginales. El idioma hebreo no tuvo la mayoría de las vocales gráficas hasta mucho después que se escribieran los textos originales de la Biblia, y no fue hasta mucho después a partir del X.
Los masoretas eran muy cuidadosos en su forma de copiar las Escrituras. Aun replicaba a las letras que se escribían más grande o pequeña, o chuecas. También incluyeron otras cosas irregulares como unos puntos extraordinarios con que los soferim marcaron ciertas letras o palabras en quince pasajes del texto hebreo. No hay consenso sobre el significado de estos puntos extraordinarios.
La masoret de los textos hebreos, es decir, la escritura en letra pequeña al margen de la página y al final del texto, contiene una nota al lado de varios pasajes hebreos en la que se lee:

 «Esta es una de las dieciocho enmiendas de los soferim», u otra frase similar.

Obras

Con el transcurso del tiempo los soferim o copistas del Tanaj, habían comenzado a introducir cambios en las Escrituras: Cambiaron el texto hebreo primitivo en 134 pasajes a fin de que leyese ´Adho·nái en lugar de YHWH (el nombre de Dios). En otros pasajes se utilizó como sustituto la palabra ´Elo·hím. Los masoretas se dieron cuenta de las alteraciones que habían hecho los soferim y las registraron en el margen o al final del texto hebreo. Estas notas marginales llegaron a conocerse como la masoret, (del hebr. "masoret", tradición) f. Doctrina de los rabinos que fija la interpretación de los textos sagrados judíos para conservar su pureza.
Gracias a los masoretas, tenemos todavía hoy copias del Antiguo Testamento que son muy similares a los antiguos libros. Ese hecho fue probado cuando se descubrieron los rollos del Mar Muerto, que coinciden en una alta proporción con las versiones masoréticas y aún más que las copias más nuevas que se nos habían trasmitido sobre el tiempo por otras fuentes. Cerca del 60% de los rollos encontrados en Qumrán, son versiones proto-masoréticas; un 20% más son variantes con estilo propio; en tanto el restante 20% se relaciona con la Septuaginta, la versíon Samaritana y otras fuentes.
 La coincidencia entre el Texto masorético y la mayoría de los rollos de Qumrán no debe entenderse letra por letra, sino en líneas generales. Lo que se concluye es que textos correspondientes a una versión antepasada del Texto Masorético ya se divulgaba en el siglo II a. C. y que además circulaban otras versiones.

A partir del trabajo de los masoretas se aseguró que cada copia del Tanaj era igual, y hasta también se podía leer de la misma forma.

Escuelas

Las escuelas de escribas y eruditos de la Torá de trabajo entre los siglos VII y XI radicaban principalmente en Palestina, en las ciudades de Tiberíades y Jerusalén, y en Babilonia.

Los masoretas no eran todos de la misma familia y aun entre ellos había diferentes escuelas, entre ellos los de Aarón ben Moisés ben Ashur y Ben Neftalí, que vivieron en el siglo X y compilaron dos versiones distintas del texto masorético.

 


 El Códice de Aleppo


El Códice, considerado como la copia más antigua que se conserva de la Biblia Hebrea ha sido reconocido oficialmente por la UNESCO como valioso patrimonio documental y se ha incluido en el Registro de la Memoria del Mundo.
El manuscrito, conocido como el Códice Aleppo o simplemente la “Corona” (Keter), es considerado por los estudiosos como la Biblia hebrea más exacta y fidedigna y ha servido como fuente de texto, entonación y vocalización de la antiguo testamento de la Biblia. El Códice fue escrito en el norte de Israel hacia 930 d.C. Se encuentra en exposición permanente en el Santuario del Libro del Museo de Israel.

Las consonantes usadas en el códice fueron recopiadas por el escritor Shlomo ben Buya'a en Israel, 920. El texto fue vocalizado con puntos consonantales en el estilo masorético por Aaron ben Moses ben Asher. Bem Moses fue el último y mayor miembro prominente de la dinastía de Ben-Asher, que dio forma a la versión más exacta de la Masorá y, consecuentemente, del Tanaj.
El Códice de Leningrado, que data aproximadamente de la misma época que el Códice de Alepo, fue reivindicado también como obra de Ben-Asher.

El Códice de Alepo fue el manuscrito usado por el rabino y académico Maimónides (1135-1204) cuando estableció los parámetros exactos para la escritura de los rollos de la Torá, de Hilkhot Sefer Torah (“las leyes de los rollos de la Torá”) en su Mishneh Tora.

Al comienzo y al final del manuscrito le faltan algunas páginas. Visto que el Códice de Alepo estaba completo (hasta 1947, año en el que fue incendiada la sinagoga en la que se encontraba), se seguía la tradición textual tiberiana en el orden de sus libros, similar al Códice de Leningrado, y que combina con la tradición más antigua de los manuscritos bíblicos. Tora y Nevi'im aparecen en el mismo orden encontrado en la mayoría de las bíblias impresas, pero difiere en el orden para los libros según el Ketuvim. En el Códice de Aleppo, el orden de Ketuvim es:
 I Crónicas, Libro de los Salmos, Job, Proverbios, Rut, Cantar de los Cantares, Eclesiastés, Lamentaciones, Ester, Daniel, Esdras-Nehemías. Al texto actual le falta casi entera la Tora (Genesis y la mayor parte del Deuteronomio). Comienza con la última palabra del Deuteronomio 28:17 (ומשארתך). Después de este, en los libros de Nevi'im se publican en su orden tradicional (Josué, Jueces, Samuel, I Reyes, Isaías, Jeremías, Ezequiel, y los doce profetas menores). Faltan Eclesiastés, Lamentaciones, Ester, Daniel, y Esdras-Nehemías.

 

 Eliezer Ben-Yehuda

1905

(7 de enero de 1858, Luschki - 16 de diciembre de 1922, Jerusalén) fue el responsable principal de la resurrección de la lengua hebrea como lengua hablada a partir de su estado previo de lengua litúrgica.
En 1881 emigró a Palestina, entonces una provincia del Imperio Otomano. Motivado por las ideas de renovación y por el rechazo al estilo de vida de la diáspora, Ben-Yehuda se puso a trabajar en una nueva lengua que pudiese reemplazar al yiddish y otros dialectos como medio de comunicación habitual entre los judíos.
Ben-Yehuda crió a su hijo, Ben-Zion Ben-Yehuda (su nombre significa "hijo de Sion"), íntegramente en hebreo. Rechazó exponerlo a otras lenguas durante su niñez. Se dice que en una ocasión golpeó a su mujer tras descubrirla cantándole una canción en ruso a su hijo. Ben-Zion fue el primer hablante nativo de hebreo moderno. Su autobiografía, escrita bajo el seudónimo de Itamar Ben-Avi ("Itamar, hijo de Avi" es una abreviatura creada a partir de las primeras tres letras del nombre Eliezer Ben Yehuda en hebreo), se sigue leyendo habitualmente en Israel.
Mientras que al principio muchos consideraron su trabajo utópico, la necesidad de contar con una lengua común obtuvo el apoyo de muchos. En 1884 empezó a publicar El ciervo, un periódico en hebreo que abogaba por el Sionismo. Se fundó el Comité de la Lengua Hebrea, que más tarde pasaría a ser la Academia de la Lengua Hebrea. Los resultados de su obra y del Comité fueron publicados en un diccionario (El diccionario completo del hebreo antiguo y moderno).

El trabajo de Ben-Yehuda fue sembrado en un suelo fértil, pues al principio del siglo XX el hebreo había avanzado un gran camino hacia convertirse en la lengua principal de la población judía en Palestina durante el Gobierno británico de Palestina y la posterior fundación del Estado de Israel.

 


 La Academia del Idioma Hebreo 


La Academia del Idioma Hebreo (hebreo, הַאֲקָדֶמְיָה לַלָּשׁוֹן הַעִבְרִית, Ha'academia Lalashón Ha'ivrit), instituida por legislación de la Knéset de 1953 como la institución superior para la lengua hebrea, define estándares para la gramática, la ortografía, las reglas de transliteración y la puntuación diacrítica hebreas, basadas en el desarrollo histórico del idioma.
La Academia está integrada por 23 miembros, entre ellos lingüistas, profesores en estudios judaicos y bíblicos, así como catedráticos de otras disciplinas, poetas, escritores y traductores, entre otros.
Las decisiones de la Academia en materia lingüística, léxica e idiomática, son de carácter obligatorio para todas las reparticiones oficiales de Israel.

Funciones

Como se define en su acta fundacional, las funciones de la Academia son las siguientes:

1) Investigar y compilar el léxico del idioma hebreo, de acuerdo a sus diversos estratos y capas históricas.
2) Estudiar la historia y la estructura del idioma.



3) Dirigir y encauzar el desarrollo del hebreo de acuerdo a su naturaleza, sus necesidades y su potencial, en todos los ámbitos de la vida cotidiana y académica.

Historia

La Academia reemplazó al Comité de Lengua Hebrea (Vaʻad ha-lashon ha-ʻIvrit) establecido en 1890 por Eliezer Ben-Yehuda , quien fue su primer presidente. A medida que el hebreo se convirtió en el idioma hablado en Palestina y fue adoptado por el sistema educativo , el Comité del Idioma Hebreo publicó boletines y diccionarios. Acuñó miles de palabras que se usan hoy en día.

 

  

גלעד צוקרמן


 Ghil'ad Zuckermann  (Tel Aviv, Israel, 1 de junio de 1971), D.Phil. (Oxon.), Ph.D. (Cantab.), M.A. (summa cum laude) (Tel Aviv), es un lingüista israeli​ italiano inglés australiano. Es profesor de Lingüística en la Universidad de Adelaida, Australia Meridional, Australia.

Zuckermann sostiene que el hebreo moderno actual debería llamarse "israelí" y abandonar su reivindicación como descendiente puro de las santas escrituras.
Zuckermann es el promotor e impulsor de ‘’revivalistics’’, nuevo campo de estudio sobre la revitalización lingüística.

Idioma hebreo 

La lengua que hoy se habla en el centro de Tel Aviv, dice Zuckermann, es en un sentido tipológico y genético muy distinta a la lengua en que está escrito el Antiguo Testamento o la Mishná, lengua que comenzó a utilizarse hacia el siglo XIV a C. “Tras una lenta decadencia, el hebreo se dejó de hablar hacia el segundo siglo d.C.”. 
Y así se mantuvo por 1750 años, como lengua de liturgia y lengua literaria, utilizada solo en ciertas circunstancias como instrumento de comunicación en la diáspora, hasta fines del siglo XIX cuando Eliezer Ben-Yehdua decidió revivirla en el marco del proyecto sionista. El “israelí”, como lo llama Zuckermann, es un idioma sintético. 
Ni semítico, como aseguran los tradicionalistas, ni “indo-europeo” como dicen los revisionistas. Está determinado por la ruptura de una cadena continua de hablantes nativos entre el antiguo y el moderno, por las lenguas no semíticas de quienes lo revivieron –ante todo el yidish– y por el impacto europeo sobre la literatura escrita en el hebreo de hoy. De todas formas, Zuckermann concede:
 “Llamar hoy a la lengua hablada en Israel ‘hebreo’ puede ser una actitud purista pero no es errónea completamente, puesto que el israelí, como lengua híbrida, está basado en el hebreo antiguo tanto como en el yidish”. 

Pues es imposible recuperar una lengua “clínicamente muerta” sin que se mezcle en el proceso buena parte de la lengua materna del lingüista o de los futuros hablantes.

Hebreo o israelí? 
Lingüista suscita debate sionista

Ghil'ad Zuckermann argumenta que el hebreo moderno debería ser rebautizado como 'israelí'
29.11.2006

En un Israel que a menudo se traba la lengua al tratar de definir la identidad nacional, se puede decir que el hebreo habla por todos.
Al remontarse a la Biblia, el lenguaje ofrece para muchos israelíes un sentido de continuidad y renovación, así como un contrapeso vibrante y vocal a los debates contemporáneos divisivos.
Pero un lingüista inconformista quiere que eso cambie, y su campaña ha provocado la ira de académicos establecidos que lo ven como una amenaza politizada para un pilar del estado judío.
Ghil'ad Zuckermann, un graduado de 35 años de la Universidad de Tel Aviv con doctorados de Oxford y Cambridge, sostiene que el hebreo moderno debería ser rebautizado como "israelí" y renunciar a su afirmación de descendencia pura de las sagradas escrituras.
"A los israelíes se les lava el cerebro para creer que hablan el mismo idioma que (el profeta) Isaías, un idioma puramente semítico, pero esto es falso", dijo Zuckermann a Reuters durante una gira de conferencias para promover su polémica que pronto será publicada "El hebreo como Mito".

"Es hora de que reconozcamos que el israelí es muy diferente del hebreo del pasado", dijo Zuckermann, quien señala la influencia perdurable de los dialectos europeos modernos, especialmente el yiddish, el ruso y el polaco, importados por los fundadores de Israel.

Dura crítica

Las conferencias de Zuckermann están repletas, con la flor y nata de la academia israelí invariablemente insegura sobre si respaldar su racha innovadora o levantarse en defensa de la lengua materna.
Algunos críticos incluyen a Zuckermann con académicos revisionistas que se hicieron famosos cuestionando la justicia de la guerra de 1948 de la fundación de Israel en lo que había sido el Mandato Británico de Palestina.
Los primeros sionistas se apresuraron a asumir el hebreo como parte de un antiguo derecho de nacimiento a la tierra también reclamada por los árabes palestinos.
"Su actitud hacia el hebreo moderno es menos la de un lingüista profesional que la de alguien impulsado por la agenda del post- (si no anti) sionismo", escribió un colaborador israelí del periódico estadounidense Jewish Daily Forward.
El profesor Moshe Bar-Asher, presidente de la Academia de la Lengua Hebrea de Israel, comparó a Zuckermann con Noam Chomsky, un renombrado lingüista del Instituto de Tecnología de Massachusetts que en las últimas décadas se convirtió en un crítico despreocupado de la política exterior de Estados Unidos.
"Creo que Zuckermann es un muy buen erudito, pero corre el riesgo de desperdiciar sus esfuerzos al mezclar la lingüística con la política", dijo Bar-Asher. "Suscita mucho antagonismo".

¿Antisionista o ultranacionalista?

Aunque no se avergüenza de la controversia, Zuckermann, un oficial militar exaltado que presionó contra un impulso pro palestino de los académicos británicos para boicotear a sus homólogos israelíes, expresa consternación por haber sido censurado por motivos patrióticos.
Dice que sus puntos de vista también fueron rechazados por los israelíes de izquierda por ser "ultranacionalistas", ya que piden cambiar "hebreo", un término que puede divorciarse de la política, por algo que estaría aún más identificado con el sionismo.
Para Zuckermann, la prueba de la discontinuidad lingüística entre el Israel antiguo y el moderno es que el hebreo tuvo que ser revivido por pioneros y lexicógrafos sionistas del siglo XIX.

El hebreo había estado en declive desde el siglo I, cuando Judea tenía una soberanía limitada bajo el dominio romano: era más probable que Jesús, al igual que otros judíos, hablara el arameo popularizado.

"La resurrección contemporánea es notable, por supuesto, pero significa que la evolución natural que se ve, digamos, entre el anglosajón y el inglés medio y el inglés moderno no existe entre el hebreo y el israelí", dijo Zuckermann.
Aquellos que no están de acuerdo con Zuckermann notan que un israelí promedio puede adivinar el significado de gran parte del hebreo de la Biblia sin ayuda; no es el caso, por ejemplo, de los angloparlantes que intentan abrir un clásico anglosajón como "Beowulf".
Bar-Asher describió el hebreo moderno como la última entrega histórica de un idioma que siempre se había conservado en los seminarios rabínicos judíos, si no en las calles de Tel Aviv.

"Había hebreo bíblico y luego vino el hebreo de la Mishna y así sucesivamente. Hoy tenemos una nueva forma israelí de hebreo. Llamarlo simplemente 'israelí' tiene demasiadas connotaciones desafortunadas".

Zuckermann dijo que su hebreo reflejaba su propia idea de Israel
"'Israelí' no es en absoluto despectivo. Celebra el idioma más joven del mundo, hablado en un país que se está reinventando para siempre", dijo. "¿Qué está mal con eso?"

 



¿Es hebreo o "israelita"?


No todo el mundo comparte la opinión "purista" sobre idioma. En un libro provocativo, pero fascinante, publicado recientemente en hebreo por el lingüista nacido en Israel, Ghil'ad Zuckermann, bajo el título "Israelit Safa Yafa" (Israelit, un idioma hermoso), se afirma que el idioma que se habla hoy en Israel no es “hebreo”, sino “israelita” y, por lo tanto, no se le debe imponer la gramática hebrea.


Según la teoría del autor, no existen los "errores" en un idioma hablado, por lo que es simplemente imposible que un nativo de "israelita" lo hable incorrectamente. Además, Zuckermann continúa culpando a quienes se relacionan con el hebreo moderno como una continuación del hebreo bíblico, de ser impulsados ​​política e ideológicamente, actuando para reforzar los conceptos sionistas de regresar a nuestra tierra antigua y al idioma de nuestros antepasados. Ésta es una de las muchas razones por las que su libro fue recibido con mucha emoción, a menudo con algo de rabia. Otros lo percibieron como legitimador de una tendencia que acepta, incluso adora, la inelcuencia como representación de la autenticidad. La forma en que hablamos, la estética de nuestro lenguaje, dicen muchos de sus críticos, refleja nuestra cultura, nuestros modales, nuestro respeto por nosotros mismos y por los demás, y por tanto debe ser salvaguardado.


Cualquiera que sea su postura, el hecho de que el hebreo hoy en día sea el idioma hablado de al menos el 75% de todos los israelíes no puede darse por sentado. De hecho, es casi un milagro. Con nuevas palabras que ingresan al idioma todos los días, adaptadas del yiddish, árabe, ruso, inglés, el mundo de Internet, jerga militar y muchas otras fuentes, el hebreo es jugoso, ingenioso y, a menudo, sorprendente. 


1 comentario:

  1. una de las leguas mas importantes de humanidad, por ser lengua religiosa del judaísmos y cristianismo

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