Apuntes de clases

Clases de filosofía y ciencias bíblicas del Instituto de Humanidades Luis Campino, y la Parroquia de Guadalupe de Quinta Normal.


sábado, 20 de agosto de 2016

63).-El Codex Argenteus (Biblia de plata) a


Esteban Aguilar Orellana; Giovani Barbatos Epple;Ismael Barrenechea Samaniego; Jorge Catalán Nuñez; Boris Díaz Carrasco; Rafael Díaz del Río Martí;Alfredo Francisco Eloy Barra ;Rodrigo Farias Picon; Franco Antonio González Fortunatti;Patricio Ernesto Hernández Jara; Walter Imilan Ojeda;Jaime Jamet Rojas;Gustavo Morales Guajardo;Francisco Moreno Gallardo; Boris Ormeño Rojas;José Oyarzún Villa;Rodrigo Palacios Marambio;Demetrio Protopsaltis Palma;Cristian Quezada Moreno;Edison Reyes Aramburu; Rodrigo Rivera Hernández;Jorge Rojas Bustos; Alejandro Suau Figueroa; Cristian Vergara Torrealba; Rodrigo Villela Díaz; Nicolas Wasiliew Sala;Marcelo Yañez Garin;Katherine Alejandra del Carmen  Lafoy Guzmán; Franco Natalino; 


El Codex Argenteus (Biblia de plata) es un manuscrito del siglo VI que originalmente contenía la copia de parte de la Biblia traducida en el siglo IV del idioma griego al idioma gótico por el obispo godo arriano Ulfilas. En concreto el Codex Argenteus es un evangeliarium, un libro sagrado cristiano con los cuatro evangelios (propiamente no es una Biblia, ni siquiera un Nuevo Testamento). De los 336 folios originales del Codex, se conservan 188 (incluyendo el fragmento descubierto en 1970 en la catedral de Espira), escritos por ambas caras, conteniendo la traducción al godo de la mayor parte de los cuatro evangelios, siendo el texto más grande conocido en este idioma extinto y una de las principales fuentes de conocimiento de la más antigua lengua germánica de la que se tenga evidencia escrita, el idioma gótico.

La mayor parte del Codex Argenteus (187 folios) está en exhibición permanente en la biblioteca Carolina Rediviva de la Universidad de Upsala, Suecia. El último folio se encuentra en la Catedral de Espira, Alemania.

Historia

La Biblia de plata fue escrita probablemente en Rávena al comienzo del siglo VI para el rey de los ostrogodos, Teodorico el Grande. Fue realizada como un libro sagrado especial para la corte del Rey de los godos y de los romanos, con algunas letras escritas con tinta de oro (las que en los evangelios copiados corresponden al canon o regla del obispo Eusebio de Cesarea y en las Tablas de Concordancia de los cuatro evangelistas que aparecen en los cuatro arcos de plata dibujados en cada página) y el resto de letras trazadas con tinta de plata (de ahí el nombre argenteus, de plata en latín), en un pergamino de alta calidad teñido de púrpura con tintes vegetales, con un lomo adornado y probablemente encuadernado con perlas y piedras preciosas. Después de la muerte de Teodorico en el año 526 la Biblia de plata no es mencionada en inventarios o listas de libros durante más de mil años, cuando fue redescubierta en la abadía benedictina de Werden, cerca de Essen, en Renania (Alemania) por dos teólogos de Colonia, Georg Cassander y Cornelius Wouters (según la correspondencia que cruzaron a mediados del siglo XVI con otros estudiosos).

El Misterio de los mil años

Treinta años después de la muerte de Teodorico el Grande, el reino ostrogodo en Italia llegó a su fin con la conquista del mismo por el Imperio bizantino de Justiniano, que hizo de Rávena su capital en Italia. El Codex Argenteus pertenecía a una fe perseguida por herética, escrito en un idioma muerto, y los estudiosos se preguntan cómo llegó a la abadía de Werden en Renania desde Rávena, en la Padania, y sobre todo, cómo un folio se separó y llegó a Espira.

Existen tres teorías principales: la separación temprana, en la que el folio de Espira fue separado del códice en la temprana Edad Media y siguiendo a distintas reliquias de santos de la Iglesia, los restos del manuscrito fueron desperdigados por Europa, llegando a los lugares de culto de sus portadores; la separación posterior supone que el folio de Espira ha estado junto al resto del códice en Werden hasta mediados del siglo XV por lo menos, cuando sus poseedores separaron la última hoja del resto para enviarla a Maguncia, quizá para pedir una opinión experta sobre la naturaleza del códice (hay que recordar, en un idioma desconocido), quizá como muestra para su venta. En Maguncia, la hoja suelta fue puesta junto con las reliquias de San Erasmo, con las que llegó a Espira cuando las propiedades del príncipe-arzobispo de Maguncia Alberto de Brandeburgo se pusieron en orden tras su muerte en 1545. La vía carolingia supone que el Codex Argenteus estaba todavía en Rávena cuando fue tomado por Carlomagno y llevado a su capital en Aquisgrán, a poca distancia de la abadía de Werden.

Redescubrimiento

En la abadía benedictina de Werden fueron preservadas 187 hojas del pergamino (no antes del año 799, fecha de su fundación por San Ludgero), que se encontraba entre los monasterios más ricos del Sacro Imperio Romano Germánico y cuyos abades poseían el título de príncipes imperiales. El libro, o la parte restante de él, vino a aparecer en la biblioteca del emperador Rodolfo II en su sede imperial de Praga en Bohemia. En 1648, al final de la guerra de los Treinta Años, fue tomado como botín de guerra y llevado a Estocolmo, a la biblioteca de la reina Cristina de Suecia. Después de su conversión al catolicismo y su posterior abdicación (1654), el libro desaparece de su biblioteca cuando el librero de la reina, Isaac Vossius, lo lleva a los Países Bajos. En 1662 el Canciller sueco Magnus Gabriel De la Gardie se lo compró a Vossius, le proporcionó la actual encuadernación y lo donó a la Universidad de Upsala. Olaus Rudbeck, que era rector de la universidad en esa época, es sospechoso de la falsificación hecha al manuscrito en la década de 1670 con el fin de aportar documentos antiguos que probaran sus teorías políticas sobre la Gran Suecia.
El códice permanece a día de hoy en la biblioteca Carolina Rediviva de la citada universidad. En marzo de 1995, la cubierta y algunos folios del Códice fueron robados de la exposición pública que se estaba celebrando en la biblioteca Carolina Rediviva, aprovechando fallos de seguridad. Aparecieron un mes más tarde en una de las taquillas de la consigna de la Estación Central de Ferrocarriles de la capital sueca Estocolmo.
Se desconoce si sobrevivió el resto del libro, las peripecias de su desaparición por mil años y además el posible paradero de los otros fragmentos siguen siendo un misterio.

El fragmento de Espira

La hoja final del códice, el folio 336, fue descubierta en octubre de 1970 por Franz Haffner en la Catedral de Espira, Alemania. Fue encontrada al restaurar la capilla de Santa Afra de Augsburgo, enrollada alrededor de un marco de madera delgado, contenido en un pequeño relicario originario del taller de Aschaffenburg. La hoja contiene los 9 últimos versículos del capítulo 16 del Evangelio de San Marcos.

Publicaciones

La primera publicación que mencionaba el códice apareció en 1569, por Johannes Goropius Becanus de Amberes (probablemente debido a sus contactos con Georg Cassander y Cornelius Wouters). En 1597, Bonaventura Vulcanius, otro holandés, publicó el texto, siendo la primera publicación del texto gótico que lo denomina Codex Argenteus. Franciscus Junius, tío de Isaac Vossius, imprimió en Holanda la edición príncipe del códice en 1665. En 1737, Lars Roberg, médico de Upsala, hizo una xilografía de una página del manuscrito; fue incluido en la edición de Benzelius de 1750, y la plancha xilográfica se preserva en la Biblioteca Diocesana y Regional de Linköping.
La edición estándar fue hecha por el profesor de la Universidad de Upsala Anders Uppström, entre 1854 y 1857. En 1927, se realizó la última y más importante edición tipo facsímil del códice, debida al profesor de Química (y premio Nobel el año anterior) Theodor Svedberg y a Hugo Andersson.

Idioma Visigodo

Los visigodos eran una rama de los pueblos godos, pertenecientes  a su vez a las tribus germánicas orientales que entre los años  600 y 300 a.C. emigraron desde Escandinavia hasta la región comprendida entre los ríos Oder y Vístula.
Algunos investigadores opinan que los visigodos son el mismo pueblo que los tervingios, ya que el historiador del siglo VI  d.C. Jordanes dice que sus reyes, desde Alarico I a Alarico  II eran herederos del juez tervingio Atanarico. Pero el asunto lleva siendo objeto de debate desde hace mucho tiempo.
Herwig Wolfram afirma que vesi sería el término con el que la
 tribu se designaba a sí misma, mientras que tervingi no era
más que un identificador geográfico. Ello explicaría por qué
 el término tervingios dejó de usarse cuando los visigodos
 fueron desplazados por las invasiones de los Hunos.
En cualquier caso sabemos que los visigodos invadieron la
península itálica, saqueando Roma en 410 d.C. Luego se
asentaron al sur de la Galia como foederati (federados)
 del Imperio Romano, y en 507 d.C., tras la derrota frente
 a los francos, se establecieron definitivamente en Hispania
(parcialmente dominada desde 415) donde crearían el reino
visigodo de Toledo.

Los visigodos entraron en contacto con el Imperio Romano, y
su lengua, hacia el siglo IV, posiblemente antes de su invasión
de 376 y su victoria en la batalla de Adrianópolis en 378.
 El idioma que hablaban, y al que nosotros conocemos como
 gótico, ellos lo llamaban gutisko razda y era hablado tanto
por los visigodos como por los ostrogodos.
Lo conocemos porque, a diferencia de otros lenguajes
germánicos como el burgundio o el vándalo de los cuales
 no han sobrevivido textos escritos, del gótico sí han
llegado algunos fragmentos hasta nuestros días. El más
antiguo de todos esos textos es la traducción de la Biblia
 realizada del griego por el obispo godo Ulfilas en el siglo
 IV, que se conserva en el Codex Argenteus o Biblia de Plata.
Tanto la Biblia de Plata como otros documentos posteriores,
 por ejemplo los Skeireins (palabra gótica que significa
explicación) del Codex Ambrosianus de Milán, se escribieron
en gótico utilizando un alfabeto cuya invención se atribuye
al propio obispo Ulfilas, con 25 letras adaptadas
del alfabeto griego con aportaciones de runas y caracteres
 latinos.

El idioma gótico quedó reducido a los visigodos de la
Península Ibérica tras la eliminación de los ostrogodos
 de la Península Itálica con la conquista bizantina,
 entrando en declive a partir de mediados del siglo VI.
 La conversión de los visigodos al catolicismo en 589
fue uno de los principales factores de su progresivo
 abandono. Pero con todo, se siguió hablando hasta el
siglo VIII, probablemente hasta el momento de la invasión
 musulmana.

Un dialecto del gótico se siguió hablando en la península
 de Crimea hasta finales del siglo XVIII. Lo menciona el
 monje Walafrido Strabo, que escribió en la primera mitad
 del siglo IX y fue abad del monasterio de Reichenau.
Y posteriormente una carta del embajador flamenco ante
 el imperio Otomano Ogier Ghiselin de Busbecq, fechada
en 1562, incluye una lista de 80 palabras y una canción
 en Gótico de Crimea.

El gótico está considerada la lengua germánica más
 antigua de la que hay evidencias documentales. Se
 extinguió sin dejar lenguas derivadas y, en el caso
de la Península Ibérica, tras la conquista musulmana
 los visigodos que se quedaron se diluyeron entre la
mezcla de pueblos de los diferentes reinos que fueron
 surgiendo (también en Al-Andalus) y fueron sustituyendo
su lengua original por las nuevas lenguas romances.

Pero que el gótico sea una lengua extinta no quiere decir
que haya desaparecido para siempre. Existe hasta una versión
de la Wikipedia en gótico, y J.R.R. Tolkien publicó un
poema en ese idioma titulado Bagme Bloma (La flor de los árboles)
 en el volumen de 1936 Songs for the Philologists.
Más recientemente, en 2015, apareció una traducción al gótico de
 Alicia en el País de las Maravillas titulada
Balþos Gadedeis Aþalhaidais in Sildaleikalanda, obra de David Carlton.

Jaindre, qaþ Katta, biwagjands taihswon pauta seinana,
 bauiþ Hattareis: jah aljaþ, wagjands pauta anþara,
 bauiþ Martjuhasa. Gaweisos ƕaþar saei leikaiþ þus:
 bajoþs woþs

(En esa dirección, dijo el Gato, agitando
 su pata derecha, vive un sombrerero, y en esa dirección,
 agitando la otra pata, vive una liebre de marzo. Visítalos
como quieras: los dos están locos)

Quien esté interesado en aprender gótico tiene muchos
recursos a su disposición online, incluyendo la Gramática
 de la lengua gótica escrita por Joseph Wright en 1910.
 E incluso lecciones gratuitas en Youtube.

Pero ¿cómo sonaba el gótico?

Gracias a que Ulfilas  utilizó las mismas convenciones
de escritura  que las  del griego de su época, y éste está bien
documentado,  ha sido posible reconstruir en gran medida la
pronunciación gótica a través de la fonética comparada,
 y atendiendo a cómo los nombres no griegos son transcritos
 en la Biblia de Plata.
El gótico utilizaba un acento prosódico u oracional,
esto es, que dependía de la composición de la frase,
en lugar del acento tonal típico indo-europeo
(aplicado a la sílaba de una palabra).
Así, por regla general, el acento era fijo
 en la primera sílaba de las palabras sencillas.
 En las compuestas dependía de si la segunda palabra
era un nombre, en cuyo caso se acentuaba la primera
sílaba de la primera palabra, o si era un verbo,
 acentuándose la primera sílaba del verbo.

lunes, 1 de agosto de 2016

62).-Códices bíblicos : Códice Alejandrino; Códice de Beza; El Codex Ephraemi Rescriptus.-a


Esteban Aguilar Orellana; Giovani Barbatos Epple;Ismael Barrenechea Samaniego; Jorge Catalán Nuñez; Boris Díaz Carrasco; Rafael Díaz del Río Martí;Alfredo Francisco Eloy Barra ;Rodrigo Farias Picon; Franco Antonio González Fortunatti;Patricio Ernesto Hernández Jara; Walter Imilan Ojeda;Jaime Jamet Rojas;Gustavo Morales Guajardo;Francisco Moreno Gallardo; Boris Ormeño Rojas;José Oyarzún Villa;Rodrigo Palacios Marambio;Demetrio Protopsaltis Palma;Cristian Quezada Moreno;Edison Reyes Aramburu; Rodrigo Rivera Hernández;Jorge Rojas Bustos; Alejandro Suau Figueroa; Cristian Vergara Torrealba; Rodrigo Villela Díaz; Nicolas Wasiliew Sala;Marcelo Yañez Garin;Katherine Alejandra del Carmen  Lafoy Guzmán; Franco Natalino; 


BREVE INTRODUCCIÓN AL TEXTO GRIEGO 
DEL NUEVO TESTAMENTO  

Flavio H. Arrué 

Breve reseña de la historia del texto  

Repasemos brevemente algunas de las principales fuentes que dieron lugar al texto crítico del Nuevo Testamento, o sea a las ediciones del Nuevo Testamento griego, sobre cuya base se realizan las traducciones a los diversos idiomas.
Alrededor del año 200 d. de C., Tertuliano declaró que todos los manuscritos griegos originales del Nuevo Testamento habían sido preservados, pero hoy, como dijimos, no tenemos ninguno de ellos.
En lo que respecta a los escritos de los llamados « Padres de la Iglesia », en todas sus obras, cuando citan el Nuevo Testamento en griego, la mayoría de las veces de memoria y no literalmente, se deslizaron errores en diversa medida, por lo que no son de gran utilidad.

Versiones

Las antiguas traducciones que se hicieron del griego a otros idiomas, se llaman versiones, y ellas constituyen también valiosos testigos del texto original, sobre todo por la antigüedad de algunas de ellas. Sólo en latín se ha dicho que hay unas 8000 versiones de la Biblia.

Siglo II

La versión Siríaca sinaítica, de la que tenemos sólo algunos fragmentos (unos tres cuartos de los Evangelios), se estima que es una de las más antiguas que tenemos, la que data probablemente del siglo segundo. La versión Peshitta siríaca (la cual significa «simple o común») es altamente venerada por aquellos que hablan esa lengua oriental hasta hoy. Le falta 2.ª Pedro y 2.ª Juan. Es muy valiosa a causa de su antigüedad.

384 d. de C.

La Vulgata latina (la cual significa «lengua común») fue traducida por Jerónimo, quien primero revisó el viejo Nuevo Testamento en Latín. Desde el año 387 hasta el 405, él y Hereford tradujeron el Antiguo Testamento del hebreo al latín. Fue usado por cerca de 1000 años, pero fue siendo gradualmente corrompido por los copistas. En 1592 la Vulgata sixto-clementina se convirtió en la Biblia oficial de Roma, pero sólo recién en 1943, el papa Pío XII declaró que no debía ser considerada superior a los textos originales.

Manuscritos griegos

Como mencionamos, existen cerca de 5000 manuscritos griegos y leccionarios (libros que consisten en selecciones de las Escrituras para la lectura pública en los servicios), ya sea completos o fragmentarios; y todos con más o menos variantes. Pero lo importante a tener en cuenta, como ya lo hemos adelantado al principio, es que esas variantes (que no son porcentualmente significativas; y cuya cantidad se ha calculado que no son más que una palabra por cada mil aproximadamente), en el conjunto del mensaje, no afectan en lo más mínimo ninguna doctrina fundamental, ni la claridad, precisión ni sustancia de ninguna enseñanza divina, sino que, en general, dan un amplio testimonio a la certeza del texto griego y a la preservación que Dios hizo de su Palabra.

Hay cuatro clases de manuscritos griegos: Los unciales y los minúsculos (códices), los leccionarios y los papiros (fragmentarios).

Los códices son manuscritos encuadernados en forma de libro, y su importancia como testimonios radica en que muchos de ellos contienen el Nuevo Testamento de forma completa. Se dividen en cursivos y unciales.
Los cursivos o minúsculos son manuscritos escritos en pequeñas letras en estilo corrido («cursivas»), superando los 2500 en número, y que datan desde el siglo IX hasta el siglo XV. Cada uno es conocido por su número. Algunos son de particular valor.
Los unciales están formados por mayúsculas griegas sin espacio entre las palabras y sin signos de puntuación. Estas copias van del siglo IV al siglo X, y son en número cerca de 700.



Scherezada Jacqueline Alvear Godoy

Codex Alexandrinus

Luke 12:54-13:4, extracted from the manuscript of the Codex Alexandrinus. B


(Codex Alexandrinus) es un manuscrito del siglo V de la Biblia Griega, conteniendo la mayor parte de la Septuaginta y del Nuevo Testamento. Junto con el Codex Sinaiticus y el Codex Vaticanus, es uno de los primeros y más completos manuscritos de la Biblia. Deriva su nombre de la ciudad de Alejandría, donde se cree que fue hecho. En 1627 el patriarca de Constantinopla, Cirilo Lukaris, quien fue previamente patriarca de Alejandría, presentó el Codex a Carlos I de Inglaterra.
Está escrito con letras correspondientes a la llamada caligrafía uncial. El texto está escrito en dos columnas. Hay entre 46 y 52 líneas por columna y 20 a 25 letras por línea. Las líneas iniciales de cada libro fueron escritas en tinta roja. Secciones en el libro están marcadas con una letra más grande puestas en el margen.
Hay 773 folios de pergamino (630 en el Antiguo Testamento y 143 en el Nuevo Testamento). El manuscrito mide 32 por 26.42 centímetros. La mayoría de los folios fueron agrupados originalmente en fojas de 8 hojas cada uno, pero el manuscrito fue reagrupado en tiempos modernos en fojas de 6 hojas cada uno.
El Antiguo Testamento del manuscrito contiene los libros deuterocanónicos, incluyendo III Macabeos, IV Macabeos, y el salmo 151 (una copia corta del Libro de los Salmos). Al mismo tiempo, algunos folios están perdidos. Como resultado, los libros de Génesis, I Reyes y Salmos tienen saltos. La "Epístola a Marcelino" atribuida a san Atanasio y el sumario de los Salmos de Eusebio de Cesarea están insertados antes del Libro de los Salmos.
El manuscrito contiene todos los libros del Nuevo Testamento. Una carta conocida como I Clemente y la homilía conocida como II Clemente son añadidas al Nuevo Testamento, y fueron, aparentemente, consideradas por el escriba como canónicas. El Nuevo Testamento también tiene folios perdidos. Alrededor de 25 folios desde el principio de Mateo, 2 folios de Juan, y 3 folios de II Corintios están perdidos. Un folio de I Clemente y dos folios de II Clemente también están perdidos.

Códice de Beza

Al Códice de Beza se le denomina así, por su descubridor Théodore de Bèze (conocido comúnmente en español por Teodoro de Beza), humanista y teólogo francés, conocedor del Nuevo Testamento que vivió en la época de Calvino, siendo asociado y sucesor de éste. Beza afirmó que el códice lo encontró en el monasterio de "San Ireneo" en Lyon (Francia), después del saqueo de la ciudad por los hugonotes.

Características

El Códice de Beza data del siglo V, consta de 406 hojas y contiene los Evangelios, los Hechos de los Apóstoles (aunque faltan porciones) y también se cree que el códice incluía algunas cartas, pues existe un fragmento de la Tercera Carta de Juan.
El códice está escrito en unciales (mayúsculas), ordenado en líneas de longitud desigual para que al final de la línea represente una pausa en la lectura. El texto es bilingüe, en la página izquierda está escrito en griego y en la derecha, en latín; pero en un latín escrito al estilo de los caracteres griegos, observándose que el texto ha sido ajustado a lecturas griegas. Con respecto al texto griego se nota que ha sido corregido muchas veces.
También se piensa que el Códice de Beza puede ser una copia de un manuscrito en papiro de un texto primitivo. Con respecto a su contenido, el códice coincide muchas veces con los textos del Códice Vaticano, el Códice Sinaítico y el Códice Alejandrino, aunque otras veces discrepa de ellos; pero lo más importante de este códice o manuscrito estriba en que confirma otros códices importantes, no en sus añadiduras u omisiones particulares.
El texto griego de este códice es una representación del tipo textual occidental. Kurt Aland lo ubicó en la Categoría IV.
El Códice de Beza se conserva en la Universidad de Cambridge, y Beza lo presentó a esa institución en 1581. Actualmente se le designa como "D" .

Teodoro de Beza o Théodore de Bèze



(Vézelay, 1519-Ginebra, 1605) Teólogo protestante francés. Perteneciente a una familia aristocrática y católica, tras una crisis religiosa en París en 1548, se adhirió a la Reforma protestante. En 1559 marchó a Ginebra como profesor de teología. En 1564, a la muerte de Calvino, le sustituyó como rector de la Academia, el foco cultural más importante del calvinismo, y, buen discípulo del reformador, defendió contra Castellion la intolerancia religiosa. Escribió muchos libros en latín y en francés. Entre ellos, cabe destacar una tragedia sobre Abraham, un misterio con prólogo y coros y La comedia del papa enfermo. Dirigió la redacción de la Historia eclesiástica de las Iglesias reformadas del reino de Francia (1580).
No menos importancia son las contribuciones de Beza a la erudición bíblica. En 1565 publicó una edición del Nuevo Testamento griego, acompañada en columnas paralelas por el texto de la Vulgata y una traducción propia (ya publicada desde 1556). Se agregaron anotaciones, también publicadas anteriormente, pero ahora las enriqueció y amplió enormemente. En la preparación de esta edición del texto griego, pero mucho más en la preparación de la segunda edición que publicó en 1582, Beza pudo haber recurrido a la ayuda de dos manuscritos muy valiosos. Uno se conoce como el Codex Bezae o Cantabrigensis, y más tarde fue presentado por Beza a la Universidad de Cambridge, donde permanece en la Biblioteca de la Universidad de Cambridge; el segundo es el Codex Claromontanus, que Beza había encontrado en Clermont (ahora en la Bibliothèque Nationale de France en París). Sin embargo, no fue a estas fuentes que Beza estaba principalmente endeudado, sino más bien a la edición anterior del eminente Robert Estienne (1550), basada en gran medida en una de las ediciones posteriores de Erasmus. Las labores de Beza en esta dirección fueron sumamente útiles para quienes vinieron después. Lo mismo puede afirmarse con la misma verdad de su versión latina y de las copiosas notas con las que se acompañó. Se dice que el primero ha sido publicado más de cien veces. Aunque algunos sostienen que el punto de vista de Beza sobre la doctrina de la predestinación ejerció una influencia excesivamente dominante sobre su interpretación de las Escrituras, no hay duda de que agregó mucho a una comprensión clara del Nuevo Testamento.

El Codex Ephraemi Rescriptus

El Codex Ephraemi Rescriptus conocido también por Códice Ephraemi Syri Rescriptus (París, Biblioteca Nacional de Francia, Gr. 9; Gregory-Aland no. C o 04) es un manuscrito uncial del siglo V, junto con los códices vaticanus, alexandrinus y sinaiticus, forma el grupo de los cuatro manuscritos unciales de la Biblia Griega.

Descripción

Este códice recibe su nombre de los tratados, 38 sermones, de San Efren el Sirio (traducido al griego) que se sobreescribieron (rescriptus) al texto original durante el siglo XII, eliminando parcialmente la escritura anterior, lo que formó un documento palimpsesto.
Son un total de 209 hojas de 33 x 27 cm (otras fuentes señalan 30 cm x 25 cm1 ). El texto está escrito en una sola columna, con entre 40 y 46 líneas por columna.2
Se cree que originalmente el códice se trataba de una biblia completa, aunque hasta nuestros días solo sobreviven únicamente 64 hojas del Antiguo Testamento, escrituras hebreas, (parte del Eclesiastés y el libro de la Sabiduría, algunos fragmentos de los Proverbios y los Cánticos) y 145 hojas del Nuevo Testamento, escrituras griegas, pero sin encontrarse ningún libro completo. Es interesante mencionar que los textos del nuevo testamento están muy mezclados; parece que el escriba copió los textos de diferentes manuscritos, estando en algunas partes de acuerdo con el estilo alejandrino y más frecuentemente con el estilo Sirio. Tras la caída de Constantinopla, el manuscrito fue llevado a Florencia, donde Catalina de Médicis lo tomó, llevándolo a París, donde posteriormente pasó a formar parte de la colección de la Biblioteca Nacional de Francia.

El descifrado

En el siglo XVII se descubrió que debajo de los sermones de Efrén de Siria había una escritura bíblica. El descifrado fue una tarea difícil al añadirse al hecho de que los textos estaba superpuestos que la tinta del original era muy tenue y las hojas estaban en mal estado. Se llegaron a utilizar métodos químicos para hacer que destacara la tinta original pero los resultados fueron escasos.
Ya en el siglo XIX, a principios de 1840 el lingüista alemán Konstantin von Tischendorf logró descifrar el códice después de 2 años de trabajo. Se basó en el tipo de letra que se usaba en la escritura griega uncial que era el uso de letras mayúsculas sin unión alguna y aprovechando que el texto original destacaba cuando las hojas eran puestas al contraluz.
En 1843 Tischendorf publicó una parte de los textos descifrados y dos años más tarde, en 1845, el resto.

Konstantin von Tischendorf


Konstantin von Tischendorf (18 de enero de 1815 - 7 de diciembre de 1874) fue un lingüista alemán.
Tischendorf teólogo y filósofo logró descifrar en 1842 el Códice Ephraemi Syri Rescriptus y estudió otros muchos de esos documentos fundamentales en el estudio de la Biblia.

Konstantin von Tischendorf nació en Sajonia en el año 1815, era hijo de un médico forense. En 1834 con tan solo 18 años empieza a estudiar Teología y Filosofía, doctorándose en la especialidad crítico textual en el año 1838.
Desde los inicios (incluso antes) de su doctorado le preocupaba la alta critica (corriente que intentaba socavar la autoridad de la Biblia, poniendo en duda la autenticidad del texto bíblico en sí) que teólogos vertían hacia las Escrituras.
Tischendorf, como eminente erudito, investigador de las Escrituras tenía que rebatir esas ideas hacia la Biblia. La única forma de demostrarlo fue el estudio de escritos, libros, códices, etc., de la Escrituras.1​ Por lo tanto toma la determinación de abandonar su vida cómoda como profesor, y se lanza a la búsqueda de estos por las bibliotecas, monasterios, de Europa e incluso fuera de ese continente.

Códice Sinaítico

En 1844, llegó al monasterio de Santa Catalina en el Monte Sinaí, allí halló 129 hojas, de un códice, escrito en griego, perteneciente a las Escrituras Hebreas o Antiguo Testamento del siglo IV. Se conocería posteriormente como Códice Sinaítico, los monjes del monasterio le dieron 43 hojas del preciado manuscrito. En 1853, vuelve de nuevo al monasterio, y esta vez descubrió un fragmento del libro de Génesis del mismo códice.
Ese mismo año, se le acaban sus recursos (de su propio bolsillo pagaba sus hallazgos e investigaciones), se ve en la necesidad de conseguir el patrocinio de alguien acaudalado que crea en sus investigaciones, abandona su país natal, fijándose en Rusia y en la persona del Zar.
(Rusia, había entrado en una era de cambios y reformas, el énfasis en la educación era primordial, la emperatriz Catalina II, era la promotora, había enviado a eruditos para que aprendieran hebreo en las universidades europeas, además fundó la Biblioteca Imperial de San Petersburgo, pero existía una deficiencia, solo contaban con seis manuscritos hebreos, los eruditos empezaban a traducir del hebreo al ruso las Escrituras)
El Zar Alejandro II, se dio cuenta enseguida de lo positivo que eran las demandas de Tischendorf, para sus propósitos, que auspicio la misma.
En 1859, por tercera vez visita el monasterio, esta vez, los monjes le dan más facilidades para sus investigaciones, hallando el resto del códice. Tischendorf que dedicó su vida y talentos a buscar manuscritos antiguos de la Biblia, descubrió el Codex Sinaiticus una verdadera 'joya'. Las pretensiones de Tischendorf, eran publicar el códice, propuso a los monjes que entregaran el códice al Zar, este a cambio podría utilizar sus influencias a favor del monasterio. Los monjes aceptaron pero, dejaron claro que el códice tendría que regresar al monasterio, (al final no se devolvió, el Gobierno Ruso pagó 7000 rublos, por el mismo a los monjes ortodoxos).
Una vez en Rusia, Tischendorf se dirigió al Palacio de Invierno del Zar; allí le comentó que seria muy provechosa la publicación del manuscrito, el Zar aceptó sin dilación.
Tischendorf, eufórico escribiría:

"La Providencia ha dado a nuestra generación [...] La Biblia Sinaítica para que sea una luz clara y completa en cuanto al verdadero texto de la palabra escrita de Dios y por ayudarnos a defender la verdad estableciendo su auténtico contenido".

Nuevo Testamento

En el invierno de 1849 fue publicada la primera edición de su gran obra titulada Novum Testamentum Graece. Ad antiquos testículos recensuit. Apparatum MODIS multis criticum (traducido como Nuevo Testamento griego. Los antiguos testigos revisados).
Estos fueron en parte el resultado de los incansables viajes que había comenzado en 1839 en busca de manuscritos del Nuevo Testamento, "para aclarar de esta manera la historia del texto sagrado, y para recuperar en lo posible el texto apostólica genuino, que es el fundamento de nuestra fe".
En 1850 apareció su edición del Codex Amiatinus (corregida en 1854)​ y de la versión Septuaginta del Antiguo Testamento (7ª ed, 1887.); en 1852, entre otras obras, fue publicada su edición del Codex Claromontanus. En 1859 fue nombrado profesor de teología y de paleografía bíblica. Un libro sobre sus viajes, Aus dem Lande heiligen (Desde la Tierra Santa) apareció en 1862; los trayectos orientales de Tischendorf fueron lo suficientemente ricos en descubrimientos como para merecer el mayor elogio.
Entre 1869 y 1872 apareció la gran edición, octava, de su obra magna "Edición crítica del Nuevo Testamento", que alcanzó 21 ediciones pero este número se eleva a veinte o veintiún años, si se incluyen las meras reimpresiones de placas de estereotipos y las ediciones de menor importancia de sus grandes textos críticos; grabados póstumos alcanzar un total de cuarenta y uno.
El testimonio del manuscrito Sinaítico recibió gran peso. Las lecturas del manuscrito Vaticano se administraron con más exactitud y certeza que en las ediciones anteriores y el editor tuvo también la ventaja de utilizar los trabajos publicados de su colega y amigo Samuel Prideaux Tregelles. Moriría en 1874, después de toda una vida dedicada a la investigación bíblica.

Santa Juana de Arco.-a

Santa Juana de Arcos (Domrémy, Francia, 1412 - Ruán, id., 1431) Santa y heroína francesa. Nacida en el seno de una familia campesina acomoda...