El Codex Argenteus (Biblia de plata) es un manuscrito del siglo VI que originalmente contenía la copia de parte de la Biblia traducida en el siglo IV del idioma griego al idioma gótico por el obispo godo arriano Ulfilas. En concreto el Codex Argenteus es un evangeliarium, un libro sagrado cristiano con los cuatro evangelios (propiamente no es una Biblia, ni siquiera un Nuevo Testamento). De los 336 folios originales del Codex, se conservan 188 (incluyendo el fragmento descubierto en 1970 en la catedral de Espira), escritos por ambas caras, conteniendo la traducción al godo de la mayor parte de los cuatro evangelios, siendo el texto más grande conocido en este idioma extinto y una de las principales fuentes de conocimiento de la más antigua lengua germánica de la que se tenga evidencia escrita, el idioma gótico.
La mayor parte del Codex Argenteus (187 folios) está en exhibición permanente en la biblioteca Carolina Rediviva de la Universidad de Upsala, Suecia. El último folio se encuentra en la Catedral de Espira, Alemania.
Historia
La Biblia de plata fue escrita probablemente en Rávena al comienzo del siglo VI para el rey de los ostrogodos, Teodorico el Grande. Fue realizada como un libro sagrado especial para la corte del Rey de los godos y de los romanos, con algunas letras escritas con tinta de oro (las que en los evangelios copiados corresponden al canon o regla del obispo Eusebio de Cesarea y en las Tablas de Concordancia de los cuatro evangelistas que aparecen en los cuatro arcos de plata dibujados en cada página) y el resto de letras trazadas con tinta de plata (de ahí el nombre argenteus, de plata en latín), en un pergamino de alta calidad teñido de púrpura con tintes vegetales, con un lomo adornado y probablemente encuadernado con perlas y piedras preciosas. Después de la muerte de Teodorico en el año 526 la Biblia de plata no es mencionada en inventarios o listas de libros durante más de mil años, cuando fue redescubierta en la abadía benedictina de Werden, cerca de Essen, en Renania (Alemania) por dos teólogos de Colonia, Georg Cassander y Cornelius Wouters (según la correspondencia que cruzaron a mediados del siglo XVI con otros estudiosos).
El Misterio de los mil años
Treinta años después de la muerte de Teodorico el Grande, el reino ostrogodo en Italia llegó a su fin con la conquista del mismo por el Imperio bizantino de Justiniano, que hizo de Rávena su capital en Italia. El Codex Argenteus pertenecía a una fe perseguida por herética, escrito en un idioma muerto, y los estudiosos se preguntan cómo llegó a la abadía de Werden en Renania desde Rávena, en la Padania, y sobre todo, cómo un folio se separó y llegó a Espira.
Existen tres teorías principales: la separación temprana, en la que el folio de Espira fue separado del códice en la temprana Edad Media y siguiendo a distintas reliquias de santos de la Iglesia, los restos del manuscrito fueron desperdigados por Europa, llegando a los lugares de culto de sus portadores; la separación posterior supone que el folio de Espira ha estado junto al resto del códice en Werden hasta mediados del siglo XV por lo menos, cuando sus poseedores separaron la última hoja del resto para enviarla a Maguncia, quizá para pedir una opinión experta sobre la naturaleza del códice (hay que recordar, en un idioma desconocido), quizá como muestra para su venta. En Maguncia, la hoja suelta fue puesta junto con las reliquias de San Erasmo, con las que llegó a Espira cuando las propiedades del príncipe-arzobispo de Maguncia Alberto de Brandeburgo se pusieron en orden tras su muerte en 1545. La vía carolingia supone que el Codex Argenteus estaba todavía en Rávena cuando fue tomado por Carlomagno y llevado a su capital en Aquisgrán, a poca distancia de la abadía de Werden.
Redescubrimiento
En la abadía benedictina de Werden fueron preservadas 187 hojas del pergamino (no antes del año 799, fecha de su fundación por San Ludgero), que se encontraba entre los monasterios más ricos del Sacro Imperio Romano Germánico y cuyos abades poseían el título de príncipes imperiales. El libro, o la parte restante de él, vino a aparecer en la biblioteca del emperador Rodolfo II en su sede imperial de Praga en Bohemia. En 1648, al final de la guerra de los Treinta Años, fue tomado como botín de guerra y llevado a Estocolmo, a la biblioteca de la reina Cristina de Suecia. Después de su conversión al catolicismo y su posterior abdicación (1654), el libro desaparece de su biblioteca cuando el librero de la reina, Isaac Vossius, lo lleva a los Países Bajos. En 1662 el Canciller sueco Magnus Gabriel De la Gardie se lo compró a Vossius, le proporcionó la actual encuadernación y lo donó a la Universidad de Upsala. Olaus Rudbeck, que era rector de la universidad en esa época, es sospechoso de la falsificación hecha al manuscrito en la década de 1670 con el fin de aportar documentos antiguos que probaran sus teorías políticas sobre la Gran Suecia.
El códice permanece a día de hoy en la biblioteca Carolina Rediviva de la citada universidad. En marzo de 1995, la cubierta y algunos folios del Códice fueron robados de la exposición pública que se estaba celebrando en la biblioteca Carolina Rediviva, aprovechando fallos de seguridad. Aparecieron un mes más tarde en una de las taquillas de la consigna de la Estación Central de Ferrocarriles de la capital sueca Estocolmo.
Se desconoce si sobrevivió el resto del libro, las peripecias de su desaparición por mil años y además el posible paradero de los otros fragmentos siguen siendo un misterio.
El fragmento de Espira
La hoja final del códice, el folio 336, fue descubierta en octubre de 1970 por Franz Haffner en la Catedral de Espira, Alemania. Fue encontrada al restaurar la capilla de Santa Afra de Augsburgo, enrollada alrededor de un marco de madera delgado, contenido en un pequeño relicario originario del taller de Aschaffenburg. La hoja contiene los 9 últimos versículos del capítulo 16 del Evangelio de San Marcos.
Publicaciones
La primera publicación que mencionaba el códice apareció en 1569, por Johannes Goropius Becanus de Amberes (probablemente debido a sus contactos con Georg Cassander y Cornelius Wouters). En 1597, Bonaventura Vulcanius, otro holandés, publicó el texto, siendo la primera publicación del texto gótico que lo denomina Codex Argenteus. Franciscus Junius, tío de Isaac Vossius, imprimió en Holanda la edición príncipe del códice en 1665. En 1737, Lars Roberg, médico de Upsala, hizo una xilografía de una página del manuscrito; fue incluido en la edición de Benzelius de 1750, y la plancha xilográfica se preserva en la Biblioteca Diocesana y Regional de Linköping.
La edición estándar fue hecha por el profesor de la Universidad de Upsala Anders Uppström, entre 1854 y 1857. En 1927, se realizó la última y más importante edición tipo facsímil del códice, debida al profesor de Química (y premio Nobel el año anterior) Theodor Svedberg y a Hugo Andersson.
Idioma Visigodo
Los visigodos eran una rama de los pueblos godos, pertenecientes a su vez a las tribus germánicas orientales que entre los años 600 y 300 a.C. emigraron desde Escandinavia hasta la región comprendida entre los ríos Oder y Vístula.
Algunos investigadores opinan que los visigodos son el mismo pueblo que los tervingios, ya que el historiador del siglo VI d.C. Jordanes dice que sus reyes, desde Alarico I a Alarico II eran herederos del juez tervingio Atanarico. Pero el asunto lleva siendo objeto de debate desde hace mucho tiempo.
Herwig Wolfram afirma que vesi sería el término con el que la
tribu se designaba a sí misma, mientras que tervingi no era
más que un identificador geográfico. Ello explicaría por qué
el término tervingios dejó de usarse cuando los visigodos
fueron desplazados por las invasiones de los Hunos.
En cualquier caso sabemos que los visigodos invadieron la
península itálica, saqueando Roma en 410 d.C. Luego se
asentaron al sur de la Galia como foederati (federados)
del Imperio Romano, y en 507 d.C., tras la derrota frente
a los francos, se establecieron definitivamente en Hispania
(parcialmente dominada desde 415) donde crearían el reino
visigodo de Toledo.
Los visigodos entraron en contacto con el Imperio Romano, y
su lengua, hacia el siglo IV, posiblemente antes de su invasión
de 376 y su victoria en la batalla de Adrianópolis en 378.
El idioma que hablaban, y al que nosotros conocemos como
gótico, ellos lo llamaban gutisko razda y era hablado tanto
por los visigodos como por los ostrogodos.
Lo conocemos porque, a diferencia de otros lenguajes
germánicos como el burgundio o el vándalo de los cuales
no han sobrevivido textos escritos, del gótico sí han
llegado algunos fragmentos hasta nuestros días. El más
antiguo de todos esos textos es la traducción de la Biblia
realizada del griego por el obispo godo Ulfilas en el siglo
IV, que se conserva en el Codex Argenteus o Biblia de Plata.
Tanto la Biblia de Plata como otros documentos posteriores,
por ejemplo los Skeireins (palabra gótica que significa
explicación) del Codex Ambrosianus de Milán, se escribieron
en gótico utilizando un alfabeto cuya invención se atribuye
al propio obispo Ulfilas, con 25 letras adaptadas
del alfabeto griego con aportaciones de runas y caracteres
latinos.
El idioma gótico quedó reducido a los visigodos de la
Península Ibérica tras la eliminación de los ostrogodos
de la Península Itálica con la conquista bizantina,
entrando en declive a partir de mediados del siglo VI.
La conversión de los visigodos al catolicismo en 589
fue uno de los principales factores de su progresivo
abandono. Pero con todo, se siguió hablando hasta el
siglo VIII, probablemente hasta el momento de la invasión
musulmana.
Un dialecto del gótico se siguió hablando en la península
de Crimea hasta finales del siglo XVIII. Lo menciona el
monje Walafrido Strabo, que escribió en la primera mitad
del siglo IX y fue abad del monasterio de Reichenau.
Y posteriormente una carta del embajador flamenco ante
el imperio Otomano Ogier Ghiselin de Busbecq, fechada
en 1562, incluye una lista de 80 palabras y una canción
en Gótico de Crimea.
El gótico está considerada la lengua germánica más
antigua de la que hay evidencias documentales. Se
extinguió sin dejar lenguas derivadas y, en el caso
de la Península Ibérica, tras la conquista musulmana
los visigodos que se quedaron se diluyeron entre la
mezcla de pueblos de los diferentes reinos que fueron
surgiendo (también en Al-Andalus) y fueron sustituyendo
su lengua original por las nuevas lenguas romances.
Pero que el gótico sea una lengua extinta no quiere decir
que haya desaparecido para siempre. Existe hasta una versión
de la Wikipedia en gótico, y J.R.R. Tolkien publicó un
poema en ese idioma titulado Bagme Bloma (La flor de los árboles)
en el volumen de 1936 Songs for the Philologists.
Más recientemente, en 2015, apareció una traducción al gótico de
Alicia en el País de las Maravillas titulada
Balþos Gadedeis Aþalhaidais in Sildaleikalanda, obra de David Carlton.
Jaindre, qaþ Katta, biwagjands taihswon pauta seinana,
bauiþ Hattareis: jah aljaþ, wagjands pauta anþara,
bauiþ Martjuhasa. Gaweisos ƕaþar saei leikaiþ þus:
bajoþs woþs
(En esa dirección, dijo el Gato, agitando
su pata derecha, vive un sombrerero, y en esa dirección,
agitando la otra pata, vive una liebre de marzo. Visítalos
como quieras: los dos están locos)
Quien esté interesado en aprender gótico tiene muchos
recursos a su disposición online, incluyendo la Gramática
de la lengua gótica escrita por Joseph Wright en 1910.
E incluso lecciones gratuitas en Youtube.
Pero ¿cómo sonaba el gótico?
Gracias a que Ulfilas utilizó las mismas convenciones
de escritura que las del griego de su época, y éste está bien
documentado, ha sido posible reconstruir en gran medida la
pronunciación gótica a través de la fonética comparada,
y atendiendo a cómo los nombres no griegos son transcritos
en la Biblia de Plata.
El gótico utilizaba un acento prosódico u oracional,
esto es, que dependía de la composición de la frase,
en lugar del acento tonal típico indo-europeo
(aplicado a la sílaba de una palabra).
Así, por regla general, el acento era fijo
en la primera sílaba de las palabras sencillas.
En las compuestas dependía de si la segunda palabra
era un nombre, en cuyo caso se acentuaba la primera
sílaba de la primera palabra, o si era un verbo,
acentuándose la primera sílaba del verbo.
La edición estándar fue hecha por el profesor de la Universidad de Upsala Anders Uppström, entre 1854 y 1857. En 1927, se realizó la última y más importante edición tipo facsímil del códice, debida al profesor de Química (y premio Nobel el año anterior) Theodor Svedberg y a Hugo Andersson.
Idioma Visigodo
Los visigodos eran una rama de los pueblos godos, pertenecientes a su vez a las tribus germánicas orientales que entre los años 600 y 300 a.C. emigraron desde Escandinavia hasta la región comprendida entre los ríos Oder y Vístula.
Algunos investigadores opinan que los visigodos son el mismo pueblo que los tervingios, ya que el historiador del siglo VI d.C. Jordanes dice que sus reyes, desde Alarico I a Alarico II eran herederos del juez tervingio Atanarico. Pero el asunto lleva siendo objeto de debate desde hace mucho tiempo.
Herwig Wolfram afirma que vesi sería el término con el que la
tribu se designaba a sí misma, mientras que tervingi no era
más que un identificador geográfico. Ello explicaría por qué
el término tervingios dejó de usarse cuando los visigodos
fueron desplazados por las invasiones de los Hunos.
En cualquier caso sabemos que los visigodos invadieron la
península itálica, saqueando Roma en 410 d.C. Luego se
asentaron al sur de la Galia como foederati (federados)
del Imperio Romano, y en 507 d.C., tras la derrota frente
a los francos, se establecieron definitivamente en Hispania
(parcialmente dominada desde 415) donde crearían el reino
visigodo de Toledo.
Los visigodos entraron en contacto con el Imperio Romano, y
su lengua, hacia el siglo IV, posiblemente antes de su invasión
de 376 y su victoria en la batalla de Adrianópolis en 378.
El idioma que hablaban, y al que nosotros conocemos como
gótico, ellos lo llamaban gutisko razda y era hablado tanto
por los visigodos como por los ostrogodos.
Lo conocemos porque, a diferencia de otros lenguajes
germánicos como el burgundio o el vándalo de los cuales
no han sobrevivido textos escritos, del gótico sí han
llegado algunos fragmentos hasta nuestros días. El más
antiguo de todos esos textos es la traducción de la Biblia
realizada del griego por el obispo godo Ulfilas en el siglo
IV, que se conserva en el Codex Argenteus o Biblia de Plata.
Tanto la Biblia de Plata como otros documentos posteriores,
por ejemplo los Skeireins (palabra gótica que significa
explicación) del Codex Ambrosianus de Milán, se escribieron
en gótico utilizando un alfabeto cuya invención se atribuye
al propio obispo Ulfilas, con 25 letras adaptadas
del alfabeto griego con aportaciones de runas y caracteres
latinos.
El idioma gótico quedó reducido a los visigodos de la
Península Ibérica tras la eliminación de los ostrogodos
de la Península Itálica con la conquista bizantina,
entrando en declive a partir de mediados del siglo VI.
La conversión de los visigodos al catolicismo en 589
fue uno de los principales factores de su progresivo
abandono. Pero con todo, se siguió hablando hasta el
siglo VIII, probablemente hasta el momento de la invasión
musulmana.
Un dialecto del gótico se siguió hablando en la península
de Crimea hasta finales del siglo XVIII. Lo menciona el
monje Walafrido Strabo, que escribió en la primera mitad
del siglo IX y fue abad del monasterio de Reichenau.
Y posteriormente una carta del embajador flamenco ante
el imperio Otomano Ogier Ghiselin de Busbecq, fechada
en 1562, incluye una lista de 80 palabras y una canción
en Gótico de Crimea.
El gótico está considerada la lengua germánica más
antigua de la que hay evidencias documentales. Se
extinguió sin dejar lenguas derivadas y, en el caso
de la Península Ibérica, tras la conquista musulmana
los visigodos que se quedaron se diluyeron entre la
mezcla de pueblos de los diferentes reinos que fueron
surgiendo (también en Al-Andalus) y fueron sustituyendo
su lengua original por las nuevas lenguas romances.
Pero que el gótico sea una lengua extinta no quiere decir
que haya desaparecido para siempre. Existe hasta una versión
de la Wikipedia en gótico, y J.R.R. Tolkien publicó un
poema en ese idioma titulado Bagme Bloma (La flor de los árboles)
en el volumen de 1936 Songs for the Philologists.
Más recientemente, en 2015, apareció una traducción al gótico de
Alicia en el País de las Maravillas titulada
Balþos Gadedeis Aþalhaidais in Sildaleikalanda, obra de David Carlton.
Jaindre, qaþ Katta, biwagjands taihswon pauta seinana,
bauiþ Hattareis: jah aljaþ, wagjands pauta anþara,
bauiþ Martjuhasa. Gaweisos ƕaþar saei leikaiþ þus:
bajoþs woþs
(En esa dirección, dijo el Gato, agitando
su pata derecha, vive un sombrerero, y en esa dirección,
agitando la otra pata, vive una liebre de marzo. Visítalos
como quieras: los dos están locos)
Quien esté interesado en aprender gótico tiene muchos
recursos a su disposición online, incluyendo la Gramática
de la lengua gótica escrita por Joseph Wright en 1910.
E incluso lecciones gratuitas en Youtube.
Pero ¿cómo sonaba el gótico?
Gracias a que Ulfilas utilizó las mismas convenciones
de escritura que las del griego de su época, y éste está bien
documentado, ha sido posible reconstruir en gran medida la
pronunciación gótica a través de la fonética comparada,
y atendiendo a cómo los nombres no griegos son transcritos
en la Biblia de Plata.
El gótico utilizaba un acento prosódico u oracional,
esto es, que dependía de la composición de la frase,
en lugar del acento tonal típico indo-europeo
(aplicado a la sílaba de una palabra).
Así, por regla general, el acento era fijo
en la primera sílaba de las palabras sencillas.
En las compuestas dependía de si la segunda palabra
era un nombre, en cuyo caso se acentuaba la primera
sílaba de la primera palabra, o si era un verbo,
acentuándose la primera sílaba del verbo.