La isla de Skellig Michael en Irlanda es un lugar en el que parece imposible vivir. Sin apenas un palmo de tierra llano, sus inclinadas pendientes y acantilados convierten un simple paseo en una peligrosa aventura los días en los que las tormentas y vientos azotan la roca. Pese a todas estas dificultades, o tal vez por ellas, en el siglo VI una comunidad de monjes ascetas escogieron sus salientes sobre el océano para huir del mundo y construir un austero monasterio. |
(del gaélico irlandés Sceilig Mhíchíl, "Roca de (San) Miguel"), también conocida como Great Skellig, es una empinada isla rocosa situada a 15 km de la península de Iveragh, condado de Kerry, Irlanda. Es la mayor de las dos islas Skellig (la menor es Little Skellig) y se alza a 220 metros sobre el nivel del mar.
El monasterio
Skellig Michael alberga un monasterio paleocristiano, creado en 588 y que durante seis siglos fue un centro importante del fenómeno monástico temprano en Irlanda. Dicho monasterio se encuentra en la ladera sur de la elevación nororiental de la isla, a una altura de 180 metros. Se accede a él a través de una escalinata con 270 escalones directamente tallados por los monjes en la roca.
La tradición local atribuye la fundación del monasterio a San Fionan, que vivió alrededor del año 500. Es uno de los monasterios más remotos de todo el mundo cristiano. La situación de Skellig Michael, separada de Irlanda por unas aguas frecuentemente agitadas, ha desalentado siempre a los visitantes, por lo que el lugar se conserva excepcionalmente bien.
La vida de los monjes del monasterio era muy espartana, en concordancia con el ideal de ascetismo perseguido por los primeros cristianos de Irlanda. Pueden verse las seis chozas cónicas de piedra o clochans donde vivían, así como dos oratorios para rezar. Las chozas son circulares por fuera y rectangulares por dentro. Su construcción se realizó con sumo cuidado para que el agua de lluvia no se filtrara a través de las piedras. Los monjes construyeron también terrazas de cultivo alrededor de sus asentamientos.
Recientemente un equipo de arqueólogos ha descubierto la existencia de otro asentamiento, casi inaccesible y probablemente para una única persona, en el pico más alto de la isla.
Historia
El monasterio de Skellig Michael sobrevivió a varias incursiones vikingas en el siglo IX, especialmente en 823. Alrededor del año 1000 fue significativamente ampliado, reformándose uno de los dos oratorios para convertirlo en una capilla dedicada a San Miguel Arcángel. Al parecer, la comunidad monástica de Skellig Michael nunca fue muy grande: probablemente constaba de unos 12 monjes y un abad. Se cree que su dieta se componía de pescado y marisco obtenido en la costa de la isla, hortalizas y huevos de aves marinas.
A partir del siglo XII, el cambio climático conocido como la Pequeña Edad de Hielo hizo aún más dura la vida en el lugar. Era imposible residir en la isla durante todo el año, así que los monjes la abandonaron y se trasladaron al monasterio agustiniano de Ballinskelligs, en la cercana costa irlandesa, para no regresar jamás.
A partir de 1500, Skellig Michael se convirtió en un destino popular para peregrinaciones anuales, pero ya no tenía habitantes permanentes.
En 1986 se iniciaron trabajos de restauración en Skellig Michael y se estableció una oficina de turismo oficial asociada con la isla. Recientemente se han impuesto restricciones al acceso de turistas, ante el temor de que su elevada afluencia pueda dañar el conjunto (especialmente los antiguos escalones de piedra que conducen a la cima), y se están considerando procedimientos alternativos que permitan la conservación del lugar al mismo tiempo que las visitas turísticas.
Nota
La vida monástica cristiana tiene su origen en la creencia que la unión con Dios es más fácil de alcanzar escapando de la civilización a áreas aisladas, donde la supervivencia es difícil. En el siglo III los cristianos egipcios huían de las tentaciones y distracciones que abundaban en las ciudades al desierto para llevar una vida solitaria de oración, meditación y ayuno. En el siglo IV, sin embargo, estos grupos de de ascetas empezaron organizarse en comunidades en las que aún seguían viviendo separados, pero en proximidad unos de los otros, reuniéndose los sábados y domingos para las celebraciones religiosas.
Con el tiempo aparecieron las primeras comunidades de monjes que llevaban una vida en común, aunque la vida monástica aislada en zonas desoladas, inaccesibles y duras siguió siendo considerada la forma más pura. En toda Europa se admiraba a los primeros anacoretas del desierto, pero en ningún otro lugar se les imitó tan fielmente durante tanto tiempo ni a tan gran escala, como en Irlanda. El primer paso para imitar a los eremitas del desierto era encontrar un equivalente irlandés del desierto egipcio. Algunos lo buscaron en tierra firme en los desiertos de árboles, los bosques, pero los más decididos lo buscaron en las islas del “mar sin caminos”.
La segunda mitad del siglo VI vio el comienzo de otra forma de vida monástica irlandesa, comunidades de monjes dispersas geográficamente, pero unidas bajo el abad del monasterio principal. Con el tiempo algunas de estas comunidades pasaron a depender de las familias aristocráticas y empezaron a alejarse de sus valores. Durante el siglo VII las confederaciones monásticas se hicieron aún más importantes y habituales en Irlanda. Pero los ideales de simplicidad ascética y austeridad no se habían olvidado, y los monasterios seguían animando y apoyando a los que se decidían a seguirlos.
Es el algún momento del siglo VI cuando la isla de Skellig Michael un grupo de monjes ascetas desembarcó en la isla y tras escalar sus acantilados la convierte en su refugio. Skellig Michael es un islote rocoso y abrupto, y aún hoy es un lugar de difícil acceso y bastante inhóspito a 15 kilómetros de la costa de Kerry. Al ser la cima de una montaña submarina, ofrecía pocas zonas llanas, excepto pequeños y peligrosos salientes. La isla cuenta con dos picos, uno a cada lado de “el valle de Cristo”, una pequeña depresión con forma de U. El pico del noreste es de 185 y otro en el sudoeste de 218 metros.
El nombre de la isla viene del irlandés “Sceilig Mhichil”, la roca de Miguel, refiriéndose al Arcángel Miguel, que según cuenta la leyenda acudió a Irlanda en ayuda de San Patricio en su lucha contra las serpientes y demonios. El eremitorio se construyó en un saliente de la cara sur de la cumbre del noreste, buscando así la protección de los vientos. El conjunto se encuentra dividido entre dos terrazas situadas a 168 y 183 metros sobre el nivel del mar, la inferior está delimitada por un muro de contención. Era un monasterio muy sencillo, compuesto sólo por seis clocháns (barracas de piedra típicas de Irlanda) con forma de colmena y dos oratorios.
Los dos oratorios parecen la aplicación de la arquitectura típica de los clochán sobre una planta rectangular. Son estructuras pequeñas con una puerta en la parte oeste y una pequeña ventana en la este. Uno de los oratorios está situado entre las celdas, mientras que el otro un poco más al noreste. Bastante cerca del primer oratorio se encuentran las ruinas de la iglesia de Saint Michael, aunque tradicionalmente se cree que esta construcción es posterior a los demás edificios del monasterio, las pruebas del carbono-14 han permitido datarlo en el siglo VIII.
Para la construcción de los edificios y muros de contención del monasterio se utilizó el único material que abundaba en la isla, las piedras, que fueron encajadas cuidadosamente unas con otras mediante el uso de la técnica de la piedra seca, sin cemento o mortero. El único edificio en el que se usó con mortero de la isla fue el de la Iglesia de Saint Michael.
El conjunto no es muy grande, probablemente jamás vivieran en él más de doces monjes y el abad simultáneamente. El monasterio lo completaban cruces de piedra, lápidas y unas cuantas estructuras con forma de “leacht”, la mayor de las cuales es conocida como el “Cementerio de los Monjes” y dos cisternas para recoger y purificar el agua de la lluvia. Los leacht son estructuras de forma cuadrada o rectangular construidas habitualmente también en piedra seca y muy habituales en las islas monasterio de Irlanda. Aunque su función exacta aún se desconoce, se cree que podían servir para señalar los lugares de entierro de santos o para guardar sus reliquias. También sería posible que hubieran sido usados como altares o tal vez para ambas cosas.
Los clocháns del monasterio fueron construidos en al menos dos fases. El primer núcleo está compuesto por cuatro clocháns circulares en su planta exterior pero cuadrangulares internamente. Posteriormente se construyeron otros dos, que además podían haber estado cubiertos por un manto de césped para mejorar su aislamiento térmico.
Los monjes también construyeron una serie de peldaños y tramos de escaleras, para subir al monasterio se dice que hay que subir 600, que partían de los tres puntos de desembarco, lo cual y debido a la pendiente del terreno fue toda una proeza. Más alta que el monasterio, en el pico sur, se encontraba una ermita que se agarraba a los salientes de la roca para no caerse. Al no existir una superficie llana donde construir, esta se tuvo que crear construyendo muros en el borde los salientes naturales. Como en la construcción del resto de terrazas, manipular piedras pesadas al borde de un precipicio era una tarea arriesgada y habría requerido del uso de sogas para asegurar a los monjes mientras las construían.
El pico sur cuenta también con tres terrazas, una de ellas con una pequeña iglesia, una cruz de piedra y otro leacht. La inferior de todas ellas es conocida como la “del jardín” y hubiera sido desde luego el mejor sitio de este pico para esa función. Eran tres trozos de tierra nivelados gracias a muros de contención, ninguno de ellos muy grande. La del jardín tenía una longitud de 13 metros de largo por una anchura que iba de entre los 2 a los 4 metros.
Las condiciones de vida en Skellig debieron ser siempre muy difíciles hasta el punto de que algunos historiadores sostienen que los monjes abandonaban el lugar en invierno. El acceso debió de ser también un problema y la comunidad podría haber permanecido aislada durante largos periodos, incluso en verano. La dieta de los monjes, adaptada al entorno, habría estado compuesta de pescado, huevos y aves marinas. Según algunos historiadores los monjes llevaron vacas y ovejas a la isla, aunque estas acabaron cayendo por sus laderas. En cualquier caso, es probable que los monjes intentaron complementar su dieta con verduras mediante el cultivo de la terraza “del jardín”. El resto de alimentos, tales como el trigo, les tenía que ser traído desde tierra firme, aunque se desconoce hasta qué punto los monjes eran dependientes del suministro externo de provisiones.
Por si el duro entorno no fuera suficiente, los monjes de la isla fueron visitados por los vikingos. El primer saqueo del que se tiene constancia es del año 824, durante el cual los vikingos se llevaron consigo al abad Etgal, que, según se cuenta en el “Annals of Inisfallen”, acabó muriendo de hambre. Era una creencia habitual entre los vikingos que todos los monasterios poseían valiosos objetos de oro y plana, o hombres importantes, como el abad, por los que se podía obtener un buen rescate.
Los vikingos repetirían, al menos, la visita en el 850. Los monjes del monasterio tenían motivos para temerlos, los accesos al monasterio no eran fáciles de defender. El monasterio, de hecho, era accesible a través de tres tramos de escaleras diferentes situados en los diferentes lados de la isla, que aparte de su inclinación, no ofrecían ningún otro obstáculo. Sin embargo, la situación era muy diferente en el pico sur, su único acceso era un pasaje obscuro, una chimenea estrecha y fácil de defender, el “Needle’s Eye”, en el que un único monje arrojando piedras podía detener el ascenso de los saqueadores.
La ermita situada en el pico sur, y que además era invisible desde los niveles inferiores de la isla, habría podido constituir así un refugio seguro durante períodos de tiempo cortos, siempre y cuando lo monjes hubieran tenido suficiente tiempo para prepararse y esconder sus tesoros. Como en otros monasterios costeros irlandeses la protección más efectiva la ofrecía el mar y sus tormentas, como cuenta un poema irlandés del siglo IX: “El viento es violento esta noche – agitando el rizado blanco océano. – No tengo que temer que los fieros vikingos – crucen el Mar de Irlanda.”.
En el siglo XIII, las ya duras condiciones de vida de las islas atlánticas de Irlanda empeoraron de tal manera que muy probablemente pasar todo el año en Skellig Michael, entonces sí, se convirtió del todo en imposible. Un deterioro general de clima producido por un desplazamiento hacia el sur del vórtice circumpolar, había comenzado en torno al 1200 y trajo como resultado una expansión del casquete polar. Un tiempo más frío y unas tormentas marinas más frecuentes y severas parece que podían haber obligado a los monjes a abandonar el lugar y mudarse a tierra firme, al monasterio agustino de la bahía de Ballinskelligs, en el Condado de Kerry.
Existen también otras razones históricas para que el monasterio dejara de ser ocupado permanentemente. Por un lado la búsqueda del “desierto marino”, llevó a los imitadores de los primeros ascetas a fundar monasterios en sitios cada vez más alejados de Irlanda. Los monjes irlandeses fundaron monasterios en las islas de la vecina Escocia, Inglaterra, las Feroe o incluso Islandia. El ideal monástico de ir al exilio por el amor a Dios prendió entre la iglesia irlandesa. Al mismo tiempo, se empezaron a implantar en Irlanda nuevas órdenes monacales provenientes de Europa que nada tenían que ver con la tradición de las islas monásticas. La gran época de las colonias eremíticas de Irlanda tocaba a su fin.
A partir del siglo XVI la peregrinación a Skellig se convirtió en habitual, y la isla atraía numerosos penitentes que acudían de toda Irlanda y Europa para buscar la reparación por sus pecados. Por si lo remoto del monasterio no fuera suficiente, los peregrinos ascendían aún más alto, hasta los 218 metros del pico sur. En este pico, conocido como el “nido del águila” había una losa de piedra (desaparecida en torno al 1977) que tenía que ser besada como culminación de la peregrinación. Muchos sólo se atrevían a llegar a la losa gateando y aún así los fuertes vientos y la altura lo convertían en todo un desafío a la muerte. Además la cresta del pico, que es conocida como “the spit”, es de unos 3 metros de longitud y su anchura es variable, siendo en su punto más estrecha de tan sólo 20 centímetros.
Durante este tiempo, los monjes del vecino monasterio de Ballinskelligs, seguían cuidando y usando el monasterio, aunque sólo de manera intermitente, tal vez como retiro estival. El Skellig Michael permanecería en mano de los monjes de Ballinskelligs hasta el 1578, cuando la reina Elizabeth I disolvió algunos monasterios y la isla pasó a manos privadas, en las que permaneció hasta que en 1820 fue comprada por una corporación del puerto de Dublín con objeto de construir dos faros en ella. De este manera la isla volvió a estar habitada de manera permanente, esta vez por turnos de guardafaros.
Finnian de Clonard
Finnian de Clonard ('Cluain Eraird'), también llamado Finian, Fionán o Fionnán en irlandés; o Vennianus y Vinniaus en latín (470 - 549) fue un monje irlandés. Es santo de la iglesia católica. Se conmemora su festividad el 12 de diciembre, al menos desde el siglo IX, cuando está testificada en un martirologio español.
Fundó el monasterio o abadía de Clonard (en el actual County Meath). Se le considera el maestro de los Doce Apóstoles de Irlanda. Junto con San Enda de Aran está considerado el fundador del monacato irlandés.
Nació en Myshall (actualmente en County Carlow). Su padre fue Rudraigh, un noble de Ulster; su madre, Telach de Leinster. A temprana edad fue puesto al cuidado de San Fortchern, bajo cuya dirección viajó a Gales para perfeccionarse en las virtudes y sabiduría cristianas que le proporcionaron los grandes santos de ese país. Allí estudió con San Cadoc en Llancarfan (Glamorganshire).
Según el Codex Salmanticensis (donde se recopilan las hagiografías irlandesas), tras una larga estancia en Gales, a los treinta años de edad, volvió a su tierra natal y fue recorriendo lugares predicando, enseñando y fundando iglesias. Entre ellas estuvo Skellig Michael o Great Skellig a ocho millas de la costa de County Kerry, hoy declarada Patrimonio de la Humanidad. Su primer monasterio lo fundó en Aghowle (County Wicklow). Hacia el año 520, un ángel le guió hacia Cluain Eraird o Clonard (County Meath) a orillas del Boyne, donde el ángel le dijo que estaría el lugar de su resurrección. Allí construyó una pequeña celda y una iglesia de barro y cañas, que tiempo después se reformó en piedra. Comenzó una vida de estudio, mortificación y oración. La fama de su sabiduría y santidad se extendió, y acudieron muchos para aprender de él (tanto jóvenes como adultos, laicos como eclesiásticos, abades y obispos). En tal escuela llegaron a recibir instrucción tres mil discípulos. No se conoce la fecha de su muerte, pero probablemente coincidió con la peste de 549. Se le enterró en su propia iglesia de Clonard.
Clonard se convirtió en una escuela monástica importante, que pervivió siglos tras la muerte de San Finnian; aunque sufrió las invasiones danesas, especialmente en el siglo XI, donde también sufrió el ataque de dos irlandeses: O'Rorke de Breifney y Diarmait Mac Murchada (o Dermod McMurrough). Las reliquias de San Finnian fueron destruidas en 887. La importancia de Clonard decayó con la transferencia de la sede episcopal de Meath desde Clonard a Trim, que realizó el obispo de Rochfort, en 1206 (tras la conquista normanda de Irlanda). El monasterio de Clonard pasó posteriormente a la jurisdicción de Uí Néill, compartiendo abad con Kildare o con Clonmacnoise.
Skellig Michael alberga un monasterio paleocristiano, creado en 588 y que durante seis siglos fue un centro importante del fenómeno monástico temprano en Irlanda. Dicho monasterio se encuentra en la ladera sur de la elevación nororiental de la isla, a una altura de 180 metros. Se accede a él a través de una escalinata con 270 escalones directamente tallados por los monjes en la roca.
La tradición local atribuye la fundación del monasterio a San Fionan, que vivió alrededor del año 500. Es uno de los monasterios más remotos de todo el mundo cristiano. La situación de Skellig Michael, separada de Irlanda por unas aguas frecuentemente agitadas, ha desalentado siempre a los visitantes, por lo que el lugar se conserva excepcionalmente bien.
La vida de los monjes del monasterio era muy espartana, en concordancia con el ideal de ascetismo perseguido por los primeros cristianos de Irlanda. Pueden verse las seis chozas cónicas de piedra o clochans donde vivían, así como dos oratorios para rezar. Las chozas son circulares por fuera y rectangulares por dentro. Su construcción se realizó con sumo cuidado para que el agua de lluvia no se filtrara a través de las piedras. Los monjes construyeron también terrazas de cultivo alrededor de sus asentamientos.
Recientemente un equipo de arqueólogos ha descubierto la existencia de otro asentamiento, casi inaccesible y probablemente para una única persona, en el pico más alto de la isla.
Historia
El monasterio de Skellig Michael sobrevivió a varias incursiones vikingas en el siglo IX, especialmente en 823. Alrededor del año 1000 fue significativamente ampliado, reformándose uno de los dos oratorios para convertirlo en una capilla dedicada a San Miguel Arcángel. Al parecer, la comunidad monástica de Skellig Michael nunca fue muy grande: probablemente constaba de unos 12 monjes y un abad. Se cree que su dieta se componía de pescado y marisco obtenido en la costa de la isla, hortalizas y huevos de aves marinas.
A partir del siglo XII, el cambio climático conocido como la Pequeña Edad de Hielo hizo aún más dura la vida en el lugar. Era imposible residir en la isla durante todo el año, así que los monjes la abandonaron y se trasladaron al monasterio agustiniano de Ballinskelligs, en la cercana costa irlandesa, para no regresar jamás.
A partir de 1500, Skellig Michael se convirtió en un destino popular para peregrinaciones anuales, pero ya no tenía habitantes permanentes.
En 1986 se iniciaron trabajos de restauración en Skellig Michael y se estableció una oficina de turismo oficial asociada con la isla. Recientemente se han impuesto restricciones al acceso de turistas, ante el temor de que su elevada afluencia pueda dañar el conjunto (especialmente los antiguos escalones de piedra que conducen a la cima), y se están considerando procedimientos alternativos que permitan la conservación del lugar al mismo tiempo que las visitas turísticas.
Nota
La vida monástica cristiana tiene su origen en la creencia que la unión con Dios es más fácil de alcanzar escapando de la civilización a áreas aisladas, donde la supervivencia es difícil. En el siglo III los cristianos egipcios huían de las tentaciones y distracciones que abundaban en las ciudades al desierto para llevar una vida solitaria de oración, meditación y ayuno. En el siglo IV, sin embargo, estos grupos de de ascetas empezaron organizarse en comunidades en las que aún seguían viviendo separados, pero en proximidad unos de los otros, reuniéndose los sábados y domingos para las celebraciones religiosas.
Con el tiempo aparecieron las primeras comunidades de monjes que llevaban una vida en común, aunque la vida monástica aislada en zonas desoladas, inaccesibles y duras siguió siendo considerada la forma más pura. En toda Europa se admiraba a los primeros anacoretas del desierto, pero en ningún otro lugar se les imitó tan fielmente durante tanto tiempo ni a tan gran escala, como en Irlanda. El primer paso para imitar a los eremitas del desierto era encontrar un equivalente irlandés del desierto egipcio. Algunos lo buscaron en tierra firme en los desiertos de árboles, los bosques, pero los más decididos lo buscaron en las islas del “mar sin caminos”.
plano de la isla |
La segunda mitad del siglo VI vio el comienzo de otra forma de vida monástica irlandesa, comunidades de monjes dispersas geográficamente, pero unidas bajo el abad del monasterio principal. Con el tiempo algunas de estas comunidades pasaron a depender de las familias aristocráticas y empezaron a alejarse de sus valores. Durante el siglo VII las confederaciones monásticas se hicieron aún más importantes y habituales en Irlanda. Pero los ideales de simplicidad ascética y austeridad no se habían olvidado, y los monasterios seguían animando y apoyando a los que se decidían a seguirlos.
Es el algún momento del siglo VI cuando la isla de Skellig Michael un grupo de monjes ascetas desembarcó en la isla y tras escalar sus acantilados la convierte en su refugio. Skellig Michael es un islote rocoso y abrupto, y aún hoy es un lugar de difícil acceso y bastante inhóspito a 15 kilómetros de la costa de Kerry. Al ser la cima de una montaña submarina, ofrecía pocas zonas llanas, excepto pequeños y peligrosos salientes. La isla cuenta con dos picos, uno a cada lado de “el valle de Cristo”, una pequeña depresión con forma de U. El pico del noreste es de 185 y otro en el sudoeste de 218 metros.
El nombre de la isla viene del irlandés “Sceilig Mhichil”, la roca de Miguel, refiriéndose al Arcángel Miguel, que según cuenta la leyenda acudió a Irlanda en ayuda de San Patricio en su lucha contra las serpientes y demonios. El eremitorio se construyó en un saliente de la cara sur de la cumbre del noreste, buscando así la protección de los vientos. El conjunto se encuentra dividido entre dos terrazas situadas a 168 y 183 metros sobre el nivel del mar, la inferior está delimitada por un muro de contención. Era un monasterio muy sencillo, compuesto sólo por seis clocháns (barracas de piedra típicas de Irlanda) con forma de colmena y dos oratorios.
Los dos oratorios parecen la aplicación de la arquitectura típica de los clochán sobre una planta rectangular. Son estructuras pequeñas con una puerta en la parte oeste y una pequeña ventana en la este. Uno de los oratorios está situado entre las celdas, mientras que el otro un poco más al noreste. Bastante cerca del primer oratorio se encuentran las ruinas de la iglesia de Saint Michael, aunque tradicionalmente se cree que esta construcción es posterior a los demás edificios del monasterio, las pruebas del carbono-14 han permitido datarlo en el siglo VIII.
Para la construcción de los edificios y muros de contención del monasterio se utilizó el único material que abundaba en la isla, las piedras, que fueron encajadas cuidadosamente unas con otras mediante el uso de la técnica de la piedra seca, sin cemento o mortero. El único edificio en el que se usó con mortero de la isla fue el de la Iglesia de Saint Michael.
El conjunto no es muy grande, probablemente jamás vivieran en él más de doces monjes y el abad simultáneamente. El monasterio lo completaban cruces de piedra, lápidas y unas cuantas estructuras con forma de “leacht”, la mayor de las cuales es conocida como el “Cementerio de los Monjes” y dos cisternas para recoger y purificar el agua de la lluvia. Los leacht son estructuras de forma cuadrada o rectangular construidas habitualmente también en piedra seca y muy habituales en las islas monasterio de Irlanda. Aunque su función exacta aún se desconoce, se cree que podían servir para señalar los lugares de entierro de santos o para guardar sus reliquias. También sería posible que hubieran sido usados como altares o tal vez para ambas cosas.
Los clocháns del monasterio fueron construidos en al menos dos fases. El primer núcleo está compuesto por cuatro clocháns circulares en su planta exterior pero cuadrangulares internamente. Posteriormente se construyeron otros dos, que además podían haber estado cubiertos por un manto de césped para mejorar su aislamiento térmico.
Los monjes también construyeron una serie de peldaños y tramos de escaleras, para subir al monasterio se dice que hay que subir 600, que partían de los tres puntos de desembarco, lo cual y debido a la pendiente del terreno fue toda una proeza. Más alta que el monasterio, en el pico sur, se encontraba una ermita que se agarraba a los salientes de la roca para no caerse. Al no existir una superficie llana donde construir, esta se tuvo que crear construyendo muros en el borde los salientes naturales. Como en la construcción del resto de terrazas, manipular piedras pesadas al borde de un precipicio era una tarea arriesgada y habría requerido del uso de sogas para asegurar a los monjes mientras las construían.
El pico sur cuenta también con tres terrazas, una de ellas con una pequeña iglesia, una cruz de piedra y otro leacht. La inferior de todas ellas es conocida como la “del jardín” y hubiera sido desde luego el mejor sitio de este pico para esa función. Eran tres trozos de tierra nivelados gracias a muros de contención, ninguno de ellos muy grande. La del jardín tenía una longitud de 13 metros de largo por una anchura que iba de entre los 2 a los 4 metros.
Las condiciones de vida en Skellig debieron ser siempre muy difíciles hasta el punto de que algunos historiadores sostienen que los monjes abandonaban el lugar en invierno. El acceso debió de ser también un problema y la comunidad podría haber permanecido aislada durante largos periodos, incluso en verano. La dieta de los monjes, adaptada al entorno, habría estado compuesta de pescado, huevos y aves marinas. Según algunos historiadores los monjes llevaron vacas y ovejas a la isla, aunque estas acabaron cayendo por sus laderas. En cualquier caso, es probable que los monjes intentaron complementar su dieta con verduras mediante el cultivo de la terraza “del jardín”. El resto de alimentos, tales como el trigo, les tenía que ser traído desde tierra firme, aunque se desconoce hasta qué punto los monjes eran dependientes del suministro externo de provisiones.
Por si el duro entorno no fuera suficiente, los monjes de la isla fueron visitados por los vikingos. El primer saqueo del que se tiene constancia es del año 824, durante el cual los vikingos se llevaron consigo al abad Etgal, que, según se cuenta en el “Annals of Inisfallen”, acabó muriendo de hambre. Era una creencia habitual entre los vikingos que todos los monasterios poseían valiosos objetos de oro y plana, o hombres importantes, como el abad, por los que se podía obtener un buen rescate.
Los vikingos repetirían, al menos, la visita en el 850. Los monjes del monasterio tenían motivos para temerlos, los accesos al monasterio no eran fáciles de defender. El monasterio, de hecho, era accesible a través de tres tramos de escaleras diferentes situados en los diferentes lados de la isla, que aparte de su inclinación, no ofrecían ningún otro obstáculo. Sin embargo, la situación era muy diferente en el pico sur, su único acceso era un pasaje obscuro, una chimenea estrecha y fácil de defender, el “Needle’s Eye”, en el que un único monje arrojando piedras podía detener el ascenso de los saqueadores.
La ermita situada en el pico sur, y que además era invisible desde los niveles inferiores de la isla, habría podido constituir así un refugio seguro durante períodos de tiempo cortos, siempre y cuando lo monjes hubieran tenido suficiente tiempo para prepararse y esconder sus tesoros. Como en otros monasterios costeros irlandeses la protección más efectiva la ofrecía el mar y sus tormentas, como cuenta un poema irlandés del siglo IX: “El viento es violento esta noche – agitando el rizado blanco océano. – No tengo que temer que los fieros vikingos – crucen el Mar de Irlanda.”.
En el siglo XIII, las ya duras condiciones de vida de las islas atlánticas de Irlanda empeoraron de tal manera que muy probablemente pasar todo el año en Skellig Michael, entonces sí, se convirtió del todo en imposible. Un deterioro general de clima producido por un desplazamiento hacia el sur del vórtice circumpolar, había comenzado en torno al 1200 y trajo como resultado una expansión del casquete polar. Un tiempo más frío y unas tormentas marinas más frecuentes y severas parece que podían haber obligado a los monjes a abandonar el lugar y mudarse a tierra firme, al monasterio agustino de la bahía de Ballinskelligs, en el Condado de Kerry.
Existen también otras razones históricas para que el monasterio dejara de ser ocupado permanentemente. Por un lado la búsqueda del “desierto marino”, llevó a los imitadores de los primeros ascetas a fundar monasterios en sitios cada vez más alejados de Irlanda. Los monjes irlandeses fundaron monasterios en las islas de la vecina Escocia, Inglaterra, las Feroe o incluso Islandia. El ideal monástico de ir al exilio por el amor a Dios prendió entre la iglesia irlandesa. Al mismo tiempo, se empezaron a implantar en Irlanda nuevas órdenes monacales provenientes de Europa que nada tenían que ver con la tradición de las islas monásticas. La gran época de las colonias eremíticas de Irlanda tocaba a su fin.
A partir del siglo XVI la peregrinación a Skellig se convirtió en habitual, y la isla atraía numerosos penitentes que acudían de toda Irlanda y Europa para buscar la reparación por sus pecados. Por si lo remoto del monasterio no fuera suficiente, los peregrinos ascendían aún más alto, hasta los 218 metros del pico sur. En este pico, conocido como el “nido del águila” había una losa de piedra (desaparecida en torno al 1977) que tenía que ser besada como culminación de la peregrinación. Muchos sólo se atrevían a llegar a la losa gateando y aún así los fuertes vientos y la altura lo convertían en todo un desafío a la muerte. Además la cresta del pico, que es conocida como “the spit”, es de unos 3 metros de longitud y su anchura es variable, siendo en su punto más estrecha de tan sólo 20 centímetros.
Durante este tiempo, los monjes del vecino monasterio de Ballinskelligs, seguían cuidando y usando el monasterio, aunque sólo de manera intermitente, tal vez como retiro estival. El Skellig Michael permanecería en mano de los monjes de Ballinskelligs hasta el 1578, cuando la reina Elizabeth I disolvió algunos monasterios y la isla pasó a manos privadas, en las que permaneció hasta que en 1820 fue comprada por una corporación del puerto de Dublín con objeto de construir dos faros en ella. De este manera la isla volvió a estar habitada de manera permanente, esta vez por turnos de guardafaros.
Finnian de Clonard
Finnian de Clonard ('Cluain Eraird'), también llamado Finian, Fionán o Fionnán en irlandés; o Vennianus y Vinniaus en latín (470 - 549) fue un monje irlandés. Es santo de la iglesia católica. Se conmemora su festividad el 12 de diciembre, al menos desde el siglo IX, cuando está testificada en un martirologio español.
Fundó el monasterio o abadía de Clonard (en el actual County Meath). Se le considera el maestro de los Doce Apóstoles de Irlanda. Junto con San Enda de Aran está considerado el fundador del monacato irlandés.
Nació en Myshall (actualmente en County Carlow). Su padre fue Rudraigh, un noble de Ulster; su madre, Telach de Leinster. A temprana edad fue puesto al cuidado de San Fortchern, bajo cuya dirección viajó a Gales para perfeccionarse en las virtudes y sabiduría cristianas que le proporcionaron los grandes santos de ese país. Allí estudió con San Cadoc en Llancarfan (Glamorganshire).
Según el Codex Salmanticensis (donde se recopilan las hagiografías irlandesas), tras una larga estancia en Gales, a los treinta años de edad, volvió a su tierra natal y fue recorriendo lugares predicando, enseñando y fundando iglesias. Entre ellas estuvo Skellig Michael o Great Skellig a ocho millas de la costa de County Kerry, hoy declarada Patrimonio de la Humanidad. Su primer monasterio lo fundó en Aghowle (County Wicklow). Hacia el año 520, un ángel le guió hacia Cluain Eraird o Clonard (County Meath) a orillas del Boyne, donde el ángel le dijo que estaría el lugar de su resurrección. Allí construyó una pequeña celda y una iglesia de barro y cañas, que tiempo después se reformó en piedra. Comenzó una vida de estudio, mortificación y oración. La fama de su sabiduría y santidad se extendió, y acudieron muchos para aprender de él (tanto jóvenes como adultos, laicos como eclesiásticos, abades y obispos). En tal escuela llegaron a recibir instrucción tres mil discípulos. No se conoce la fecha de su muerte, pero probablemente coincidió con la peste de 549. Se le enterró en su propia iglesia de Clonard.
Clonard se convirtió en una escuela monástica importante, que pervivió siglos tras la muerte de San Finnian; aunque sufrió las invasiones danesas, especialmente en el siglo XI, donde también sufrió el ataque de dos irlandeses: O'Rorke de Breifney y Diarmait Mac Murchada (o Dermod McMurrough). Las reliquias de San Finnian fueron destruidas en 887. La importancia de Clonard decayó con la transferencia de la sede episcopal de Meath desde Clonard a Trim, que realizó el obispo de Rochfort, en 1206 (tras la conquista normanda de Irlanda). El monasterio de Clonard pasó posteriormente a la jurisdicción de Uí Néill, compartiendo abad con Kildare o con Clonmacnoise.
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