Ivo nació en Kenmartin, cerca de Tréguier de Bretaña, donde su padre era señor feudal Helori. En el año 1267 fue enviado a estudiar a la universidad de París, donde a los 24 años había ya obtenido títulos en filosofía, teología y derecho canónico. El santo se trasladó a Orléans a estudiar derecho civil bajo la dirección del célebre jurista Pedro de la Chapelle.
El joven con mucha fe practicaba mortificaciones y aumentaba sus austeridades. Cundo Ivón termino sus estudios el archidiácono de Renes le nombró Juez del Tribunal Eclesiástico. En el ejercicio de su cargo, el santo protegió a los huérfanos, defendió a los pobres y administró justicia con tanta imparcialidad y bondad, que aún aquellos a quienes castigaba le tenían afecto. Regresó a su tierra natal y en 1284 fue ordenado sacerdote y se le concedió el beneficio de Trédrez.
Visitaba las cárceles y llevaba regalos a los presos y les hacía gratuitamente memoriales de defensa a los que no podían conseguirse un abogado.
En aquel tiempo los que querían ganar un pleito les llevaban costosos regalos a los jueces. San Ivo no aceptó jamás ni el más pequeño regalo de ninguno de sus clientes, porque no quería dejarse comprar ni inclinarse con parcialidad hacia ninguno.
Cuando le llevaban un pleito, él se esmeraba por tratar de obtener que los dos litigantes arreglaran todo amigablemente en privado, sin tener que hacerlo por medio de demandas públicas. Así obtuvo que muchos litigantes terminaran siendo amigos y se evitaran los grandes gastos que les podían ocasionar los pleitos judiciales.
Por su caridad, se ganó pronto el título de abogado de los pobres. Los últimos quince años de su vida los dedicó al trabajo parroquial, primero en Trédrez y luego en Lovannec, donde construyó un hospital asistiendo personalmente a los enfermos, además vivió una vida de trabajo duro y constante ayuno.
San Ivo de Kermartin recibió los últimos sacramentos en víspera de la Ascensión y falleció de muerte natural el 19 de mayo de 1303, a los 50 años de edad. Fue canonizado en el año 1347 por el papa Clemente VI.
ORACIÓN A SAN IVO
Glorioso San Ivo, tú has sido abogado de los pobres,
defensor de los que injustamente fueron acusados,
tú que fuiste bueno con los huérfanos,
y la providencia de todos los necesitados.
Te pedimos que escuches nuestras súplicas:
ayúdanos a amar la justicia como tú la amaste,
que sepamos defender nuestros derechos,
sin hacerle mal a nadie y buscando ante todo la reconciliación y la paz.
Danos un corazón humilde y desinteresado,
capaz de compadecerse de la miseria de los demás,
danos un espíritu lleno de amor hacia nuestro prójimo
y que seamos capaces de compartir nuestros bienes
tanto materiales como espirituales con los que están más necesitados.
Ayúdanos a solucionar los problemas que tanto nos angustian y preocupan,
intercede por nosotros para obtener la gracia para remediar lo que hoy nos aflige e inquieta.
(Hacer la petición)
San Ivo Ruega por nosotros!
Amén.
REFLEXIONES:
Máximas de San Ivo. Patrono de los abogados. Sus vecinos le compusieron un epitafio que dice: “Era abogado y no era ladrón. Santo Dios ¡qué admiración! Destacado
Máximas de San Ivo. Patrono de los abogados. Sus vecinos le compusieron un epitafio que dice: “Era abogado y no era ladrón. Santo Dios ¡qué admiración! Destacado
1. “No aceptar nunca causas injustas, dado que son peligrosas para la conciencia y la dignidad propias”.
2. “No defender causa alguna con medios ilícitos”.
3. “No cargar sobre el cliente expensas inútiles; de lo contrario, deberás reembolsarle”.
4. ”Defiende la causa de tu cliente con el mismo calor que si lo fuera tuya propia”.
5. “Estudia concienzudamente las piezas de los autos con el fin de sacarles los argumentos útiles a la defensa de la causa”.
6. “El retraso o la negligencia pueden comprometer los intereses del cliente; de ahí, que debe éste ser indemnizado de los perjuicios resultantes, si no se quiere contravenir la justicia”.
7. “Ha de implorar el abogado la ayuda divina para defender las causas porque Dios es el primer amparo de la Justicia”.
8. “No es digno de elogio el abogado que se empeña en la defensa de causas superiores a su talento, a sus fuerzas y al tiempo de que dispone, a fin de aparejarse para defenderlas concienzudamente”.
9. “Ha de tener siempre muy presentes el abogado la justicia y la honradez y guardarlas como la pupila de los ojos”.
10. “El abogado que por su propio descuido pierde la causa, queda en deuda con su cliente y debe resarcirle todos los daños que le ha ocasionado”.
11. “En su informe debe el abogado ser veraz, sincero, respetuoso y razonador”.
12. “Por último, las virtudes propias de un abogado han de ser la competencia, el estudio, la verdad, la fidelidad y la justicia”.
La Puerta de San Ivo
La Puerta de San Ivo es la puerta más antigua de la Catedral de Barcelona. Durante quinientos años fue el acceso principal de la Catedral. Está situada debajo de una de las torres-campanario.
La Puerta de San Ivo fue construida con mármol y piedra de Montjuïc el año 1298. Se caracteriza por sus arquivoltas apuntadas en degradación, que descansan sobre nervaduras con capiteles florales.
En cada lado de la puerta hay dos inscripciones con el mismo texto que conmemoran el inicio de las obras de la catedral gótica el 1 de mayo de 1298, y también dos relieves que representan la lucha del hombre contra las fieras, que parecen proceder de la antigua catedral románica, ya que datan del siglo XII.
La puerta recibe el nombre de San Ivo, patrón de los abogados, desde el siglo XV
La Puerta de San Ivo
La Puerta de San Ivo es la puerta más antigua de la Catedral de Barcelona. Durante quinientos años fue el acceso principal de la Catedral. Está situada debajo de una de las torres-campanario.
La Puerta de San Ivo fue construida con mármol y piedra de Montjuïc el año 1298. Se caracteriza por sus arquivoltas apuntadas en degradación, que descansan sobre nervaduras con capiteles florales.
En cada lado de la puerta hay dos inscripciones con el mismo texto que conmemoran el inicio de las obras de la catedral gótica el 1 de mayo de 1298, y también dos relieves que representan la lucha del hombre contra las fieras, que parecen proceder de la antigua catedral románica, ya que datan del siglo XII.
La puerta recibe el nombre de San Ivo, patrón de los abogados, desde el siglo XV
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