Témpera sobre madera por Ramon Destorrents, Arnau Bassa y Ferrer Bassa, c. 1350. Museo Nacional de Arte Antiguo de Lisboa. |
La tradición cristiana dice que Santa Ana, casada con Joaquín, fue la madre de María y por tanto la abuela materna de Jesús de Nazaret.
Ana es patrona de muchas ciudades en diversos países, así como patrona de las mujeres trabajadoras y de los mineros, pues se considera a Jesús el oro y María la plata. También es patrona de las mujeres embarazadas a la hora del parto. Su fiesta es el 26 de julio.
La tradición
Una antigua tradición le atribuye el nombre de Santa Ana o Ana (en hebreo es Hannah), casada con Joaquín, siendo la madre de la Virgen María y por tanto la abuela de Jesús de Nazaret. Santa Ana era natural de Belén. Sus padres eran Mathan y Emerenciana. Descendía de David y de Levi (Línea sacerdotal).
Todo lo que se conoce de su vida, incluso su nombre, procede de literatura apócrifa: el Evangelio de la Natividad de María, el Evangelio apócrifo de Mateo y el Protoevangelium de Santiago. El más antiguo de estos se remonta alrededor del 150 a.n.e.
Los evangelios apócrifos como también son conocidos no fueron admitidos por la Iglesia dentro de sus libros canónicos porque contienen muchos datos que no son confiables. Pero si contienen algunos datos de documentos históricos.
Según estos en Nazaret vivían Joaquín y Ana, una pareja acomodada pero que no tenía hijos. Joaquín fue rechazado cuando se presentó en el Templo para llevar una ofrenda, bajo el pretexto de que hombres sin descendencia no eran dignos de ser admitidos. Este apenado no volvió a su casa sino que se fue a las montañas donde rogó a Dios que le diera un hijo; ayunando durante 40 días y 40 noches.
Ana, mientras tanto, habiendo conocido la razón de la prolongada ausencia de su esposo, clamó al Señor pidiéndole que retirase de ella la maldición de la esterilidad y prometiéndole dedicar su descendencia a Su servicio. Entonces un ángel se les apareció simultáneamente, anunciando que sus ruegos habían sido escuchados y el fruto del vientre de Ana sería bendecido por todo el mundo. Ana dio a luz a una hija llamada Miriam (María).
Según una tradición antigua, Ana y Joaquín, siendo Galileos, se mudaron a Jerusalén. Allí, según la misma tradición, nació y se crió la Virgen María. Allí también murieron estos. La cripta, que originalmente contenía las santas tumbas, fue descubierta el 18 de marzo de 1889.
Veneración a Santa Ana
En la Iglesia del Oriente ya se veneraba a Santa Ana en el siglo IV. La devoción a Santa Ana se encuentra en los más antiguos documentos litúrgicos de la Iglesia griega. En el Occidente no se venera a Santa Ana, excepto quizás en el sur de Francia, hasta el siglo XIII. Su fiesta, bajo la influencia de la "Leyenda Dorada", aparece en el siglo XIII donde se celebraba el 26 de julio.
En 1382, Urbano VI publicó el primer decreto pontificio referente a Santa Ana, concediendo la celebración de la fiesta de la santa a los obispos de Inglaterra exclusivamente, tal como se lo habían pedido algunos ingleses. Muy probablemente la ocasión de dicho decreto fue el matrimonio del rey Ricardo II con Ana de Bohemia, que tuvo lugar en ese año. La fiesta fue extendida a toda la Iglesia de Occidente en 1584.
En la actualidad cientos de ciudades y pueblos la tienen como patrona. Santa Ana es venerada en Notre Dame D'Auray, en la diócesis de Vannes. También en Canadá, donde es la principal patrona de la provincia de Quebec. En España es venerada en diversas provincias o departamentos como en Cuenca, Burgos, Asturias, Tenerife. En muchos otros países es también motivo de culto como en Estados Unidos,Puerto Rico, Francia, Italia, Cuba, Austria, Alemania, El Salvador, México.
Santa Ana es considerada como la patrona contra pobreza, de los carpinteros, las personas sin hijos, caseros, amas de casa, abuelas, trabajadores del cordón, artículos perdidos, mineros, madres, pobreza, mujeres embarazadas, Quebec, Santa Ana Pueblo indio, costureras, esterilidad, mujeres trabajadoras.
Iconografía
En la iconografía occidental, Ana puede reconocerse por la larga túnica, generalmente roja y un manto que le cubre la cabeza, a menudo sosteniendo un libro. También puedenencontrarse a Ana acompañada por una pequeña María, quien sostiene, a veces, al Niño Jesús en brazos.3 Tales representaciones trinitarias reflejan de manera especular a representaciones similares de la Trinidad y a veces se producían en parejas.
El tema iconográfico de El encuentro en la Puerta de Oro aúna ambos puntos de vista, y fue un componente regular de ciclos artísticos de la Vida de la Virgen. La pareja se encuentra en la «Puerta de Oro» de Jerusalén y se abrazan. Son conscientes del embarazo de Ana, del que ya les había informado un arcángel por separado. El nacimiento de la Virgen, la Presentación de María y el Matrimonio de la Virgen eran componentes usuales de ciclos de la Vida de la Virgen en la que se muestra normalmente a Ana.
No se suele mostrar a Ana en el Nacimiento de Cristo, pero frecuentemente se la representa con el Niño Jesús en varios temas. Se cree que se la representa a veces en escenas de la Presentación de Jesús en el Templo y la Circuncisión de Cristo pero en el primer caso esto probablemente sea una identificación errónea por confusión con Ana la Profetisa. Ana no es representada con Cristo adulto, así que se considera que murió durante la juventud de Jesús. Ana también es mostrada como la matriarca de la Sagrada Familia, la familia amplia de Jesús, un tema popular en la Alemania de la Baja Edad Media. En esta época, eran frecuentes las imágenes de santa Ana en una imagen triple, es decir, santa Ana, en sus brazos la Virgen María y en los brazos de ésta el Niño Jesús.
Esta iconografía familiar de la Santa con su hija y nieto en una misma imagen fue muy usual durante la Edad Media y la Edad Moderna, siendo repetidas las veces que aparece en esculturas o pinturas; esta tipología se conoce también como Triple santa Ana, o Sagrada Parentela. Leonardo da Vinci o Rafael Sanzio cultivaron este tipo de representaciones, entre otros muchos artistas.
La tradición
Una antigua tradición le atribuye el nombre de Santa Ana o Ana (en hebreo es Hannah), casada con Joaquín, siendo la madre de la Virgen María y por tanto la abuela de Jesús de Nazaret. Santa Ana era natural de Belén. Sus padres eran Mathan y Emerenciana. Descendía de David y de Levi (Línea sacerdotal).
Todo lo que se conoce de su vida, incluso su nombre, procede de literatura apócrifa: el Evangelio de la Natividad de María, el Evangelio apócrifo de Mateo y el Protoevangelium de Santiago. El más antiguo de estos se remonta alrededor del 150 a.n.e.
Los evangelios apócrifos como también son conocidos no fueron admitidos por la Iglesia dentro de sus libros canónicos porque contienen muchos datos que no son confiables. Pero si contienen algunos datos de documentos históricos.
Según estos en Nazaret vivían Joaquín y Ana, una pareja acomodada pero que no tenía hijos. Joaquín fue rechazado cuando se presentó en el Templo para llevar una ofrenda, bajo el pretexto de que hombres sin descendencia no eran dignos de ser admitidos. Este apenado no volvió a su casa sino que se fue a las montañas donde rogó a Dios que le diera un hijo; ayunando durante 40 días y 40 noches.
Ana, mientras tanto, habiendo conocido la razón de la prolongada ausencia de su esposo, clamó al Señor pidiéndole que retirase de ella la maldición de la esterilidad y prometiéndole dedicar su descendencia a Su servicio. Entonces un ángel se les apareció simultáneamente, anunciando que sus ruegos habían sido escuchados y el fruto del vientre de Ana sería bendecido por todo el mundo. Ana dio a luz a una hija llamada Miriam (María).
Según una tradición antigua, Ana y Joaquín, siendo Galileos, se mudaron a Jerusalén. Allí, según la misma tradición, nació y se crió la Virgen María. Allí también murieron estos. La cripta, que originalmente contenía las santas tumbas, fue descubierta el 18 de marzo de 1889.
Veneración a Santa Ana
En la Iglesia del Oriente ya se veneraba a Santa Ana en el siglo IV. La devoción a Santa Ana se encuentra en los más antiguos documentos litúrgicos de la Iglesia griega. En el Occidente no se venera a Santa Ana, excepto quizás en el sur de Francia, hasta el siglo XIII. Su fiesta, bajo la influencia de la "Leyenda Dorada", aparece en el siglo XIII donde se celebraba el 26 de julio.
En 1382, Urbano VI publicó el primer decreto pontificio referente a Santa Ana, concediendo la celebración de la fiesta de la santa a los obispos de Inglaterra exclusivamente, tal como se lo habían pedido algunos ingleses. Muy probablemente la ocasión de dicho decreto fue el matrimonio del rey Ricardo II con Ana de Bohemia, que tuvo lugar en ese año. La fiesta fue extendida a toda la Iglesia de Occidente en 1584.
En la actualidad cientos de ciudades y pueblos la tienen como patrona. Santa Ana es venerada en Notre Dame D'Auray, en la diócesis de Vannes. También en Canadá, donde es la principal patrona de la provincia de Quebec. En España es venerada en diversas provincias o departamentos como en Cuenca, Burgos, Asturias, Tenerife. En muchos otros países es también motivo de culto como en Estados Unidos,Puerto Rico, Francia, Italia, Cuba, Austria, Alemania, El Salvador, México.
Santa Ana es considerada como la patrona contra pobreza, de los carpinteros, las personas sin hijos, caseros, amas de casa, abuelas, trabajadores del cordón, artículos perdidos, mineros, madres, pobreza, mujeres embarazadas, Quebec, Santa Ana Pueblo indio, costureras, esterilidad, mujeres trabajadoras.
Iconografía
En la iconografía occidental, Ana puede reconocerse por la larga túnica, generalmente roja y un manto que le cubre la cabeza, a menudo sosteniendo un libro. También puedenencontrarse a Ana acompañada por una pequeña María, quien sostiene, a veces, al Niño Jesús en brazos.3 Tales representaciones trinitarias reflejan de manera especular a representaciones similares de la Trinidad y a veces se producían en parejas.
El tema iconográfico de El encuentro en la Puerta de Oro aúna ambos puntos de vista, y fue un componente regular de ciclos artísticos de la Vida de la Virgen. La pareja se encuentra en la «Puerta de Oro» de Jerusalén y se abrazan. Son conscientes del embarazo de Ana, del que ya les había informado un arcángel por separado. El nacimiento de la Virgen, la Presentación de María y el Matrimonio de la Virgen eran componentes usuales de ciclos de la Vida de la Virgen en la que se muestra normalmente a Ana.
No se suele mostrar a Ana en el Nacimiento de Cristo, pero frecuentemente se la representa con el Niño Jesús en varios temas. Se cree que se la representa a veces en escenas de la Presentación de Jesús en el Templo y la Circuncisión de Cristo pero en el primer caso esto probablemente sea una identificación errónea por confusión con Ana la Profetisa. Ana no es representada con Cristo adulto, así que se considera que murió durante la juventud de Jesús. Ana también es mostrada como la matriarca de la Sagrada Familia, la familia amplia de Jesús, un tema popular en la Alemania de la Baja Edad Media. En esta época, eran frecuentes las imágenes de santa Ana en una imagen triple, es decir, santa Ana, en sus brazos la Virgen María y en los brazos de ésta el Niño Jesús.
Esta iconografía familiar de la Santa con su hija y nieto en una misma imagen fue muy usual durante la Edad Media y la Edad Moderna, siendo repetidas las veces que aparece en esculturas o pinturas; esta tipología se conoce también como Triple santa Ana, o Sagrada Parentela. Leonardo da Vinci o Rafael Sanzio cultivaron este tipo de representaciones, entre otros muchos artistas.
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