Santiago de Zebedeo o Jacobo de Zebedeo (en griego antiguo: Ἰάκωβος Ya'akov) fue, según diversos textos neotestamentarios (Evangelios sinópticos, Hechos de los Apóstoles), uno de los apóstoles más destacados de Jesús de Nazaret. Se lo conoció en la tradición cristiana como Santiago el Mayor para distinguirlo de otro miembro del grupo de los doce, Santiago el Menor. Nacido probablemente en Betsaida (Galilea), fue hijo de Zebedeo y Salomé, y hermano de Juan. Santiago de Zebedeo perteneció al llamado «círculo de dilectos» de Jesús que estuvo con él en ocasiones especiales: en la resurrección de la hija de Jairo, en la transfiguración, y en el huerto de Getsemaní, donde Jesús se retiró a orar en agonía ante la perspectiva de su pasión y muerte. También fue testigo privilegiado de las apariciones de Jesús resucitado y de la pesca milagrosa en el mar de Tiberíades. Según el libro de los Hechos de los Apóstoles, Pentecostés encontró a Santiago en espera orante, siempre como uno de los máximos referentes de la primera comunidad cristiana, junto con Simón Pedro y Juan. Murió a manos de Herodes Agripa I en Jerusalén entre los años 41 y 44 de nuestra era. Es el patrono de España.
Santiago fue uno de los doce Apóstoles de Jesús. Vivió con Él, lo conoció y se encargó de extender su Reino y la Palabra de Dios.
Dos de los Apóstoles de Jesús se llamaban Santiago. Para distinguirlos, de acuerdo con su edad, se les ha llamado Santiago, el Mayor y Santiago, el Menor. Hoy es la fiesta de Santiago, el Mayor.
Santiago, el Mayor, era hijo de Zebedeo y Salomé, y hermano mayor del también apóstol y evangelista, San Juan. Ambos habían nacido en Galilea y se dedicaban a la pesca. Su posición social era acomodada: su padre tenía una industria pesquera con muchos empleados. Él y Juan eran, además, conocidos en la capital.
Cuando Jesús caminaba por la orilla del lago de Genesaret, también llamado mar de Galilea, vio a dos hermanos, Pedro y Andrés, que estaban pescando, los llamó para seguirle y convertirlos en pescadores de hombres. También, llamó a los hermanos Santiago y Juan, que en una barca, con su padre Zebedeo, estaban remendando redes.
Los dos abandonaron lo que estaban haciendo dejando a su padre, que no se opuso a su vocación, y siguieron al Maestro. Ellos eran discípulos de Juan Bautista.
Jesús les puso a ambos, el sobrenombre de “Boanerges”, que significa “hijos del trueno”, porque eran muy impulsivos, francos y fogosos. En una ocasión, Jesús no fue bien recibido por los samaritanos y los hermanos le preguntaron a Jesús si quería que hicieran bajar fuego del cielo para consumirlos en él.
Durante la vida pública de Jesucristo, Santiago fue uno de los predilectos: Estuvo presente, junto con su hermano Juan y con Pedro, en la curación milagrosa de la suegra de Pedro y en la resurrección de la hija de Jairo. Con ellos, fue testigo ocular de la Transfiguración de Jesús. Lo acompañó de cerca durante su agonía en el huerto de Getsemaní. Además, fue uno de los cuatro Apóstoles privilegiados que oyeron de labios de Cristo la historia profética del Reino de Dios.
Fue el primer mártir entre los Apóstoles. Murió en Jerusalén en el año 44, por orden de Herodes Agripa I, quien persiguió a los cristianos para quedar bien con los judíos. Se cuenta que un escriba amigo suyo, lo traicionó, pero luego éste se arrepintió y le pidió perdón antes de la ejecución. Santiago le dijo: “La paz sea contigo”, lo abrazó y lo bautizó. Ambos fueron decapitados juntos
Algunos investigadores afirman que los restos de Santiago, el Mayor, fueron trasladados a España y se encuentran en Campus Stellae (Campo de Estrellas), actualmente, Santiago de Compostela. Es el Santo patrono de España, por la doble creencia de que España fue evangelizada por Santiago y posee sus reliquias. Sin embargo, no se sabe a ciencia cierta si predicó ahí porque los primeros escritores de la Iglesia no lo dicen.
Existe una leyenda española del siglo IX que cuenta que Santiago se apareció cerca del lugar donde se veneraban sus reliquias, montado sobre un caballo blanco, con varias estrellas, llevando un libro en la mano, como símbolo de su misión evangelizadora. Según las narraciones de la época, Santiago Apóstol se aparecía en las batallas contra los infieles moros, sobre un caballo blanco, en imponente aspecto y llevando un gran estandarte blanco y también espada, conduciendo a los cristianos españoles a la victoria, quienes decían como grito de batalla: “Santiago y cierra España”.
¿Qué nos enseña Santiago, el Mayor?
A vivir nuestra fe con autenticidad; a ser testigos del Evangelio con nuestra vida. A cumplir con nuestra misión dentro de la Iglesia: extender la Palabra de Dios a todos los que nos rodean.
A cumplir con nuestra misión cueste lo que cueste, ya que a él le costó el martirio.
A ser fieles a Jesús y su Iglesia. Nosotros somos fieles a la Iglesia obedeciendo al Papa y ayudándolo en la tarea de la Nueva Evangelización.
A confiar en Dios y a sabernos abandonar en sus manos.
A perdonar a nuestros enemigos, a amar a aquél que me ofendió, a aquél que me ha hecho sufrir.
Oración
Virgen María y Santiago Apóstol, les pido en este día me ayuden a dar un buen ejemplo de mi fe católica. Que aprenda a perdonar de corazón a los que me ofenden y sepa predicar el Evangelio entre mis hermanos.
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