Apuntes de clases

Clases de filosofía y ciencias bíblicas del Instituto de Humanidades Luis Campino, y la Parroquia de Guadalupe de Quinta Normal.


jueves, 13 de agosto de 2020

226).-Aristóteles II a

  Esteban Aguilar Orellana ; Giovani Barbatos Epple.; Ismael Barrenechea Samaniego ; Jorge Catalán Nuñez; Boris Díaz Carrasco; -Rafael Díaz del Río Martí ; Alfredo Francisco Eloy Barra ; Rodrigo Farias Picon; -Franco González Fortunatti ; Patricio Hernández Jara; Walter Imilan Ojeda ; Jaime Jamet Rojas ; Gustavo Morales Guajardo ; Francisco Moreno Gallardo ; Boris Ormeño Rojas ; José Oyarzún Villa ; Rodrigo Palacios Marambio; Demetrio Protopsaltis Palma ; Cristian Quezada Moreno ; Edison Reyes Aramburu ; Rodrigo Rivera Hernández; Jorge Rojas Bustos ; Alejandro Suau Figueroa; Cristian Vergara Torrealba ; Rodrigo Villela Díaz; Nicolas Wasiliew Sala ; Marcelo Yañez Garin; 

Filosofía Teórica
Metafísica

La metafísica o, más propiamente dicho, la filosofía primera, es la ciencia del ente en cuanto tal. Es decir, aunque todas las ciencias giran en torno al ser, las otras ciencias se ocupan sólo de parte de la realidad, mientras que esta ciencia contempla toda la realidad; las otras ciencias buscan las causas próximas y particulares, mientras que esta ciencia busca la causa última y universal; las otras ciencias estudian el ser en su determinación inferior (cantidad, movimiento, etc.) mientras que esta ciencia estudia el ente en cuanto tal, es decir, en su más alta determinación (sustancia, causa, bondad, etc.). 
Los matemáticos afirman que un objeto entra dentro del campo de estudio de su ciencia si es circular o cuadrado, o provisto de cantidad de cualquier otra forma. De manera similar, el físico reclama para su ciencia todo aquello que esté dotado de movimiento. Para el metafísico es suficiente que el objeto en cuestión sea un ente. Como el alma humana o Dios, el objeto puede estar desprovisto de cantidad o de todo movimiento físico; sin embargo, en tanto que es, ya entra dentro del campo de la metafísica. Por tanto, la cuestión principal en la Filosofía Primera es:

 ¿Cuáles son los últimos principios del ser, o de la realidad en cuanto que es? 

Aquí, Aristóteles pasa revista a las opiniones de todos sus predecesores de la filosofía griega, desde Tales a Platón, mostrando cómo cada respuesta sucesiva a la pregunta anterior resulta en cierto modo defectuosa. Especial atención le dedica a la teoría platónica, según la cual las ideas eran los últimos principios del ente. El sostiene que dicha teoría fue formulada para explicar cómo son las cosas, y cómo se conocen las cosas; en ambos casos es inadecuada. 
Postular la existencia de las ideas separadas de las cosas es únicamente complicar el problema, ya que, a menos que las ideas tengan algún contacto definido con las cosas, no pueden explicar cómo las cosas llegan a ser, ni tampoco cómo llegan a ser conocidas por nosotros. Platón no mantiene un contacto entre ideas y fenómenos en una forma definida y científica, sino que sólo se refugia en expresiones como participación, imitación, que, si son algo más que metáforas vacías, implican una contradicción.
 En una palabra, Aristóteles opina que Platón, al postular la existencia de las ideas en un mundo separado al de los fenómenos, excluye la posibilidad de resolver mediante las ideas el problema de la naturaleza última de la realidad. ¿Cuáles son, por tanto, según Aristóteles, los principios del ente? En el orden metafísico las determinaciones más altas del ente son el acto (entelecheia) y la potencia (dynamis). El primero es perfección, realización, plenitud del ente; el segundo, imperfección, incompleto, perfectibilidad. El primero es el principio determinante, el segundo el determinable. Acto y potencia están por encima de todas las categorías; se encuentran en todos los entes, con excepción de la Causa Suprema, en la cual no hay imperfección y, por tanto, no hay potencia. El es en realidad Actus Purus.
 Todos los demás entes están compuestos de acto y potencia, un dualismo que es una fórmula metafísica general para el dualismo de materia y forma, cuerpo y mente, sustancia y accidente, el alma y sus facultades, el intelecto pasivo y el activo. En el orden físico, potencia y acto se convierten en materia y forma. A éstos hay que añadir el agente (causa eficiente) y el fin (causa final); pero como la eficiencia y la finalidad han de ser reducidas, en un último análisis, a la forma, nos encontramos con dos últimos principios del ente en el orden físico, a saber, la materia y la forma. Las cuatro causas genéricas - material, formal, eficiente y final - serían, en el caso, por ejemplo, de una estatua:

La causa material, aquella de la cual está hecha la estatua, es el mármol o el bronce.

La causa formal, aquella según la cual se ha hecho la estatua, es la idea que existe en primer lugar como modelo en la mente del escultor, y en segundo lugar como causa intrínseca, determinante, la expresada en la materia.
La causa eficiente, o agente, es el escultor.
La causa final es aquella por la cual se ha hecho la estatua (como, por ejemplo, el precio pagado al escultor, el deseo de agradar a un superior, etc.)
Todas ellas son causas verdaderas en tanto que el efecto depende de ellas para existir o para su modo de existir. La filosofía pre-aristotélica fracasó, bien al intentar discriminar entre los diferentes tipos de causas, confundiendo el principio material con el eficiente, bien al insistir en que sólo las causas formales eran los verdaderos principios del ente, o bien al reconocer que hay un principio de finalidad y dudar al aplicar ese principio a los detalles del proceso cósmico. 
La filosofía aristotélica, al discriminar entre las diferentes causas genéricas y retener al mismo tiempo todos los diferentes tipos de causas que intervenían en el pensamiento filosófico anterior, marca un verdadero desarrollo en la especulación metafísica y se presenta como una auténtica síntesis de las filosofías jónica, eleática, socrática, pitagórica y platónica.
 Un punto que se debería recalcar al exponer esta parte de la filosofía aristotélica es la doctrina de que toda acción consiste en poner en acto aquello que estaba contenido en potencia en el material sobre el que trabaja el agente. Esto es cierto no sólo en el mundo de las cosas animadas, en el que, por ejemplo, el roble está contenido en la bellota, sino también en el mundo inanimado en el que el calor, por ejemplo, está contenido en potencia en el agua, y sólo necesita como agente al fuego para ser puesto en acto. Ex nihilo nihil fit. Este es el principio del desarrollo de la filosofía aristotélica que es tan comentado en relación con la noción moderna de evolución. La mera potencialidad, sin ningún acto o realización - la denominada materia prima - no existe por si misma en ninguna parte, aunque entra en la composición de todas las cosas excepto en la Causa Suprema; está en un polo de la realidad, mientras que ésta última está en el otro. 
Ambas son reales. La materia prima posee lo que pudiera denominarse realidad más atenuada, dado que es pura indeterminación; Dios posee la más alta y completa realidad, ya que El es, en el más alto grado de determinación. Una de las tareas de la metafísica, la ciencia teológica, consiste en demostrar la existencia de una Causa Suprema. Y Aristóteles se embarca en esta tarea en muchas partes de su obra de la Filosofía Primera. En la "Física", adopta y mejora un argumento teleológico de Sócrates cuya premisa mayor es "Aquello que exista para un propósito útil debe ser la obra de una inteligencia". En el mismo tratado él argumenta que, aunque el movimiento es eterno, no puede haber una serie infinita de entes que mueven y entes que son movidos, y que, por tanto, debe haber uno, el primero de la serie, que es inmóvil, to proton kinoun akineton - primum movens immobile. 
En la "Metafísica" sostiene que el acto, por su naturaleza, precede a la potencia, y que, consecuentemente, previo a toda materia y a toda composición de materia y forma, de potencia y acto, debe haber existido un Ente que es acto puro, y cuya existencia consiste en el pensamiento sobre si mismo, que es pensamiento (noesis noeseos). El Ente Supremo imparte movimiento al universo al mover el Primer Cielo; sin embargo, el movimiento que emana de la Primera Causa es el deseo. En otras palabras, el Primer Cielo, atraído por el deseo hacia el Ente Supremo "como el alma es atraída por la belleza", se pone en movimiento e imparte su movimiento a las esferas inferiores, y así, en último lugar, a nuestro mundo terrestre. 
Según esta teoría, Dios nunca abandona el eterno reposo en que El consiste. Voluntad e intelecto son incompatibles con la eterna inmutabilidad de su existencia. Dado que la materia, el movimiento y el tiempo son eternos, el mundo es eterno. Pero ha tenido una causa. La manera en que se ha originado el mundo no está definida en la filosofía aristotélica. Parece aventurado afirmar que él enseñó la doctrina de la creación. Aunque sí se puede afirmar con seguridad que él estableció los principios que, llevados a su conclusión lógica, conducirían a la doctrina de que el mundo fue hecho de la nada.

Física

La física tiene por objeto de su estudio los "entes dotados intrínsecamente de movimiento", en otras palabras, el estudio de la naturaleza. La naturaleza difiere del arte en lo siguiente: la naturaleza esencialmente se determina a si misma desde dentro de ella misma, mientras que el arte permanece externo a los productos artísticos. En su autodeterminación, esto es, en sus procesos, la naturaleza sigue una forma inteligente e inteligible. "La naturaleza está siempre luchando por conseguir lo mejor". El movimiento es una característica del ente, esto es, la condición por la que un ente en potencia se convierte en un ente actual. 
Hay tres tipos de movimiento: cuantitativo (aumentar y disminuir), cualitativo (alteración) y espacial (locomoción). El espacio no es ni materia ni forma, sino "el límite primero e inmóvil del continente en contraste con el contenido". El tiempo es la medida de la sucesión del movimiento. Al tratar las nociones de movimiento, espacio y tiempo, Aristóteles refuta la doctrina eleática de que el movimiento real, el espacio real y la sucesión real implican una contradicción. De acuerdo con Empédocles, también Aristóteles enseña que todos los cuerpos terrestres están compuestos de cuatro elementos o principios radicales, a saber: fuego, aire, tierra y agua. Estos elementos determinan no sólo el calor natural y la humedad de los cuerpos, sino también su movimiento natural, hacia arriba o hacia abajo, según el predominio del aire o de la tierra. Los cuerpos celestes no están constituidos por los cuatro elementos, sino por el éter, cuyo movimiento natural es circular.
 La Tierra es el centro del sistema cósmico; es un cuerpo esférico, inmóvil y alrededor de él giran las esferas en las cuales están fijados los planetas. El Primer Cielo, que juega un papel tan importante en el sistema cosmogónico general aristotélico, es el cielo de las estrellas fijas. Está rodeando todas las demás esferas y, al estar dotado de inteligencia, se volvió hacia Dios como atraído por el deseo hacía El y así comunicó a todos los demás cuerpos celestiales el movimiento circular que les es natural. Estas doctrinas, al igual que el concepto general de naturaleza como dominada por el designio o el propósito, llegaron a darse por sentado en toda filosofía de la naturaleza hasta los tiempos de Newton y Galileo, y hasta el nacimiento de la ciencia física moderna.

La psicología en la filosofía aristotélica es considerada una rama de la ciencia física. Tiene como objeto el estudio del alma, es decir, del principio de la vida. La vida es la facultad de la automoción, o del movimiento desde el interior. Las plantas y los animales, al estar dotados de la facultad de adaptación, tienen almas, y el alma humana es peculiar únicamente en que, a las facultades vegetativas y sensitivas que caracterizan la vida vegetal y animal respectivamente se añade la facultad racional - la capacidad de adquirir conocimiento intelectual y universal. Debe por tanto tenerse en cuenta que, cuando Aristóteles habla del alma, no se refiere solamente al principio del pensamiento; alude al principio de la vida. El define el alma como la forma, realización o actualidad del cuerpo, “la entelequia primera del cuerpo organizado que posee la facultad de la vida". 
No es una sustancia distinta del cuerpo, como pensaba Platón, sino un principio consustancial al cuerpo, y ambos están unidos para formar la sustancia compuesta, el hombre. Las facultades o potencias del alma son cinco: nutritiva, sensorial, apetitiva, locomotiva y racional. La sensación es definida como la facultad "por la cual percibimos las formas de los objetos sensibles sin la materia, como la cera recibe la figura del sello sin el metal del que está compuesto el sello". 
Es "un movimiento del alma", y la "forma sin la materia" es el estímulo que provoca ese movimiento. El typos, como se denomina esta forma, aunque es análogo a los "espectros" sobre los que disertaron los atomistas, no es, como el espectro, un objeto disminuido, sino una forma de movimiento que media entre el objeto y la facultad. Aristóteles distingue entre los cinco sentidos externos y los internos, de los cuales los más importantes son el sentido central y la imaginación. El intelecto (nous) se diferencia de los sentidos en que se ocupa de lo abstracto y universal, mientras que éstos últimos tienen como objeto lo concreto y particular. 
La cualidad natural del intelecto no es el conocimiento en si, sino meramente la facultad de adquirir conocimiento. La mente "no tiene ideas al principio, es como una tabla rasa en la que nada está escrito". Todos nuestros conocimientos se adquieren, por tanto, mediante un proceso de elaboración o desarrollo a partir del conocimiento sensorial. 
En este proceso el intelecto exhibe una doble fase, activa y pasiva. Por ello es costumbre referirse al intelecto pasivo y al activo, aunque no está claro en absoluto lo que Aristóteles quería decir con estos conceptos. La corrupción del texto en algunos de los pasajes más críticos de la obra "De Anima" - la mezcla con el panteísmo estoico en las explicaciones de los primeros comentaristas, por no hablar de las adiciones posteriores de elementos ajenos por parte de los árabes, escolásticos y los modernos comentaristas trascendentalistas del texto - han vuelto imposible afirmar con precisión qué significado se debe atribuir a los términos de intelecto pasivo y activo. Es suficiente subrayar aquí que:

Según los escolásticos, Aristóteles entendía por intelecto activo y pasivo partes o fases de la mente individual.

Según los árabes y algunos de los primeros comentaristas, el primero de los cuales posiblemente haya sido Aristocles, el intelecto activo sería algo divino o, al menos, algo trascendental a la mente individual.
Según algunos intérpretes, el intelecto pasivo no es en ningún caso una facultad intelectual propiamente dicha, sino simplemente un agregado de sensaciones del cual se forman las ideas, como la estatua se elabora a partir del mármol.
A partir del hecho de que el alma alcanza, mediante sus operaciones intelectuales, un conocimiento de lo abstracto y universal, y así trasciende a la materia y a los condicionantes materiales, Aristóteles sostiene que el alma es inmaterial e inmortal. La voluntad, o facultad de elegir, es libre, como lo demuestra el reconocimiento de la voluntariedad de la virtud y la existencia de premios y castigos.

Matemáticas

Aristóteles consideró las matemáticas como una división de la filosofía, coordinada con la física y la metafísica, y la definió como la ciencia del ente inmóvil. Esto viene a significar que se centra en el ente cuantitativo, y no limita su atención, como la física, al ente dotado de movimiento.

Filosofía práctica

Incluye la ética y la política. El punto de partida de los interrogantes éticos es la pregunta: ¿En qué consiste la felicidad? Aristóteles responde que la felicidad del hombre está determinada por el fin o propósito de su existencia, o dicho de otro modo, que su felicidad consiste en "el bien propio de su naturaleza racional", ya que la prerrogativa del hombre es la razón. Su felicidad, por tanto, debe consistir en vivir conforme a la razón, es decir, en vivir una vida de virtud. La virtud es la perfección de la razón y tiene dos vertientes naturales, según consideremos la razón en relación con las facultades inferiores (virtud moral) o en relación a si misma (virtud intelectual o teorética). La virtud moral se define como "un determinado hábito de la facultad de elegir, que consiste en un medio adecuado a nuestra naturaleza y fijado por nuestra razón en la forma en que lo fijaría un hombre prudente". 
Está en la naturaleza de las virtudes morales, por tanto, el evitar todo exceso así como todo defecto; la timidez, por ejemplo, es tan contraria a la virtud de la modestia como el descaro. Las virtudes intelectuales (comprensión, ciencia, sabiduría, arte y conocimiento práctico) son perfecciones de la razón misma, sin relación con las facultades inferiores. Una peculiaridad del sistema ético aristotélico consiste en que sitúa las virtudes intelectuales por encima de las morales, lo teorético sobre lo práctico, lo contemplativo sobre lo activo, lo dianético sobre lo ético. Un constituyente importante de la felicidad, según Aristóteles, es la amistad, el lazo de unión entre el individuo y la agrupación social, entre el hombre y el Estado. 
El hombre es esencialmente, o por naturaleza, un "animal social", es decir, no puede alcanzar una felicidad completa más que en dependencia social y política de sus congéneres. Este es el punto de partida de la ciencia política. Que el Estado no es un absoluto, como enseñaba Platón; que no hay un Estado ideal, sino que nuestro conocimiento de la organización política debe ser adquirido mediante el estudio y la comparación de las diferentes constituciones de los Estados; que la mejor forma de gobierno es aquella que mejor concuerda con el carácter de la gente...son algunas de las doctrinas políticas más características de Aristóteles.

Filosofía poética

Bajo este apartado se encuentra la teoría aristotélica del arte y su análisis de la belleza. Cuando Aristóteles define que el fin del arte es "la imitación de la naturaleza" no quiere decir que las artes plásticas y la poesía deberían limitarse a copiar los productos naturales; él se refiere a que, al igual que la naturaleza da cuerpo a la idea, así mismo hace el arte, pero de forma más perfecta y elevada. De aquí su famosa afirmación que dice que la poesía "es más filosófica y elevada que la historia". De aquí proviene también su igualmente famosa doctrina de que el propósito del arte es calmar, purificar (katharsis) y ennoblecer los afectos. Por esta razón prefiere la música a todas las artes plásticas, ya que posee un valor ético superior.

El concepto de Aristóteles de la belleza es vago e indefinido. A veces considera el orden, la simetría y la limitación y otras meramente el orden y la grandiosidad como componentes de lo bello. Estas últimas cualidades las encuentra especialmente en la belleza moral. Resulta imposible hacer aquí una valoración del conjunto de la filosofía aristotélica o rastrear su influencia sobre los sistemas filosóficos que le siguieron. Bastaría con decir que, tomado como un sistema de conocimiento, es más científico que metafísico; su punto de partida es la observación, más que la intuición, y su objetivo es averiguar la causa última de las cosas, más que determinar el valor (ético o estético) de éstas. 
Su influencia se extendió, y todavía se extiende, más allá de los campos de la ciencia y de la filosofía. Nuestro pensamiento, incluso en asuntos muy lejanos de la ciencia y la filosofía, desemboca naturalmente en las categorías y las fórmulas del aristotelismo, y a menudo encuentra su expresión en términos que fueron inventados por Aristóteles, de forma que "las palabras de Aristóteles, entendidas a medias, se han convertido en leyes de pensamiento para otros tiempos".

puerta del infierno


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