Apuntes de clases

Clases de filosofía y ciencias bíblicas del Instituto de Humanidades Luis Campino, y la Parroquia de Guadalupe de Quinta Normal.


miércoles, 5 de abril de 2017

81).-La Biblia de Gutenberg IV Primera impresión.-a


Esteban Aguilar Orellana; Giovani Barbatos Epple;Ismael Barrenechea Samaniego; Jorge Catalán Nuñez; Boris Díaz Carrasco; Rafael Díaz del Río Martí;Alfredo Francisco Eloy Barra ;Rodrigo Farias Picon; Franco Antonio González Fortunatti;Patricio Ernesto Hernández Jara; Walter Imilan Ojeda;Jaime Jamet Rojas;Gustavo Morales Guajardo;Francisco Moreno Gallardo; Boris Ormeño Rojas;José Oyarzún Villa;Rodrigo Palacios Marambio;Demetrio Protopsaltis Palma;Cristian Quezada Moreno;Edison Reyes Aramburu; Rodrigo Rivera Hernández;Jorge Rojas Bustos; Alejandro Suau Figueroa; Cristian Vergara Torrealba; Rodrigo Villela Díaz; Nicolas Wasiliew Sala;Marcelo Yañez Garin;Katherine Alejandra del Carmen  Lafoy Guzmán;Paula Flores Vargas;


      
  Primera impresión.


partes de la hojas 


La Biblia de Gutenberg se trata sin duda del libro más valioso de un fondo bibliográfico y documental que merece figurar entre los más importantes de España. Valioso porque es el libro que inaugura la era de la imprenta, en torno a 1454, y porque está considerado por muchos como el libro más hermoso jamás impreso.
Es la Biblia de Gutenberg, también conocida como Biblia de las 42 Líneas, paradigma del fruto de la imprenta primitiva, un objeto a medio camino entre lo industrial y lo artesanal, pues aunque a partir del nacimiento de la imprenta los libros se producen en serie, cada ejemplar exhibe cierto número de rasgos diferenciadores que determinan su “individualización” que es un elemento casi definitorio del libro impreso del siglo XV.
Una parte de la tirada –de unos 200 ejemplares—de la Biblia de Gutenberg se hizo en papel y otra en vitela, presentando algunos ejemplares cuadernillos con variantes en la composición de las páginas y el número de líneas. Súmese a ello que en aquel tiempo los libros salían del taller sin encuadernar, y con los espacios para las iniciales en blanco, para que fuera el propietario quien en función de su poder adquisitivo y sus gustos eligiera una encuadernación y una decoración miniada para su libro.

La Biblia de las 42 líneas.



El ejemplar sevillano de la Biblia de Gutenberg es sólo el volumen segundo, correspondiente al Nuevo Testamento. La encuadernación en holandesa, del siglo XIX probablemente, es pobre pero digna. La decoración miniada de las capitales, sin llegar a la profusión y exuberancia de orlas que se prolongan por toda la página de otros ejemplares, es de un gusto exquisito y de una enorme elegancia. 
La Biblia ha regresado a los anaqueles de la Biblioteca de la Universidad de Sevilla, tras haber permanecido por espacio de seis meses, para su restauración, en el Monasterio de Santa María de las Cuevas, sede del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico. Aunque el estado de conservación es razonablemente bueno, la detección de pequeños signos de deterioro hizo que la Biblioteca solicitara a los técnicos del Instituto la realización de los estudios y análisis pertinentes y la intervención, si se estimaba necesaria, para detener posibles procesos de deterioro.
El diagnóstico del equipo de restauradores del IAPH confirmó la existencia de problemas menores de conservación, relacionados fundamentalmente con las cubiertas de la encuadernación que viste al volumen, la suciedad en algunas hojas y la pérdida de sustancias de sustentación en los pigmentos de algunas iniciales miniadas. Todo ello determinó la naturaleza de la intervención, limitada básicamente a la limpieza de todo el volumen, la reparación de las cubiertas y la fijación de los pigmentos. Se trata, por tanto, de una intervención menor, pero necesaria. A ello se suma la confección de una caja de conservación acorde con la importancia del ejemplar. 
Se da la circunstancia de que la Biblia de Gutenberg pasó a formar parte de la colección de la Biblioteca universitaria en 1770,  cuando la recién creada Universidad Literaria de Sevilla, ya separada del Colegio de Santa María de Jesús, ocupaba la que sería su sede durante doscientos años, en el edificio de la Casa Profesa de la Compañía, hoy Facultad de Bellas Artes, en la calle Laraña. 

                   


La mayor colección de Biblias de Gutenberg
El museo Morgan de Nueva York expone sus tres ejemplares del padre de la imprenta.
 20 MAY 2008 
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Tres biblias impresas por Johannes Gutenberg en el siglo XV y un libro de plegarias de Claudia de Valois (creado en 1517 para su coronación como reina de Francia) protagonizan las dos nuevas exposiciones que abrieron hoy sus puertas en la Biblioteca y Museo Morgan de Nueva York. Tres biblias de Gutenberg es el título de la exposición que se podrá disfrutar en la Gran Manzana hasta el 28 de septiembre, mientras que el libro de plegarias de la reina francesa (1499-1524) forma parte de la exhibición permanente como nueva adquisición de la prestigiosa institución neoyorquina.
"Somos el único lugar del mundo que tiene tres de estas biblias al mismo tiempo", dijo hoy a Efe el comisario de la muestra, John Bidwell, mientras que el director del Museo Morgan, William Griswold, indicó que se sentían "muy afortunados por haber reunido esta colección sin igual del gran trabajo que hizo Gutenberg". Griswold explicó que cada una de ellas "tiene características que la hacen diferente de las demás, pero reunidas ofrecen una fascinante visión de los ambiciosos planes que Gutenberg tenía para su obra impresa".
 El herrero alemán Johannes Gutenberg (1398-1468) fue el inventor hacia 1450 de la imprenta en Europa, que desarrolló mediante la invención de la técnica de tipos metálicos móviles y con una composición de letra por letra y línea a línea, con la que páginaspodían ser impresas en papel y en pergamino (vellum).
Los expertos de la Morgan explicaron que en las tres copias, propiedad de la institución, se observan las diferentes técnicas utilizadas por el inventor y los artistas, que "al realizar un libro muy bello también iniciaron un nuevo capítulo en las historia de la comunicación visual"
En ellas se pueden ver importantes diferencias del que fue el primer libro impreso en Europa occidental, así como las innovaciones en el arte del diseño gráfico de la época. Los bibliógrafos creen que Gutenberg y sus sucesores llegaron a imprimir en papel entre 120 y 135 copias de la Biblia y entre 40 y 45 en pergamino, pero de todas ellas sólo unas 50 han resistido el paso del tiempo y la mayoría en no muy buen estado.
"Cada una de las tres copias que hay aquí tiene una historia especial que contar sobre el diseño y la producción de este famoso libro", agregó Griswold. El comisario de la muestra subrayó que "estas biblias se imprimieron muchos años antes del descubrimiento de América y representan el libro más importante de Occidente".
De esas preciosas posesiones del museo neoyorquino una está impresa en papel y en buen estado de conservación y, aunque le faltan dos hojas, "se puede ver la composición de las páginas tal como las veía el inventor", dijeron los expertos.
La segunda copia en papel del museo contiene el Antiguo Testamento en 22 páginas y con un solo tipo de letra, pues, según los expertos, podría haber sido confeccionada con los restos del papel de las imprentas, "como un trabajo de último minuto sobre páginas que faltaban o estaban incompletas". Esta copia se le atribuye a Johann Fust (1400-1466), un artesano que decoró buena parte de las primeras impresiones hechas por Gutenberg en Maguncia y a quien ayudó a financiar las impresiones cuando el inventor de la imprenta estaba endeudado. Dicho ejemplar de la Biblia es muy similar a la que existe en la Biblioteca Nacional de Burgos (España) y, según la Morgan, "son casi gemelas".
La tercera está realizada en papel pergamino, contiene algunas iniciales decoradas y bordes ornamentales, de los que algunos habrían sido eliminados y reemplazados en el siglo XIX con facsímiles, que estaba tan bien confeccionados que (según los expertos del museo) engañaron a más de un erudito incauto. Esa copia de la Biblia de Gutenberg pasó por diferentes manos, pues estuvo a cargo de un artesano alemán del área de Maguncia y cuando la retomó otro, cambió el estilo incluyendo elaboradas iniciales en dorado, motivos botánicos y unos bordes muy complejos que se atribuyeron a un taller de la localidad belga de Brujas.
Además de estas valiosas biblias, el museo neoyorquino exhibe otra de sus adquisiciones: un bellísimo, raro y delicado manuscrito de la época renacentista que perteneció a Claudia de Francia. "Es el manuscrito decorado más importante adquirido por la Morgan en los últimos 25 años", aseveró Griswold de este libro-joya que mide poco más de 5 centímetros y que está ilustrado con 132 escenas de la vida de Jesús, la Virgen María, los apóstoles y numerosos santos. 
Este manuscrito -cuyo último propietario fue el neoyorquino Alexandre Rosenberg y ha sido donado al centro por su viuda- incluye un ex-libris diseñado por el pintor español Pablo Picasso y se expone junto a otro libro de plegarias que perteneció a otra reina de Francia, Ana de Bretaña, madre de Claudia y esposa de Carlos VIII y Luis XII.

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La imprenta

Mucho se ha discutido sobre cuál fue la verdadera aportación de Johannes Gutenberg a la industria de las artes gráficas. En sentido estricto no se le puede atribuir la invención de la imprenta, pues sus principios eran explotados con anterioridad a sus descubrimientos. Ya a comienzos del siglo XV se imprimían naipes y estampas con motivos religiosos mediante la aplicación de una plancha (de madera grabada y embadurnada con tinta grasa) sobre el papel o el pergamino. Este procedimiento de impresión, la xilografía, era originario de Extremo Oriente, China o Corea, y entró en Europa a través de Italia.
Tampoco fue mérito de Gutenberg la composición de textos con caracteres móviles, es decir, la fabricación de letras o símbolos individuales. Esta práctica surgió de un modo natural, a través de la necesidad de introducir correcciones en los textos de las planchas xilográficas, ya que era necesario extraer la letra a sustituir y reemplazarla por un taquillo o dado de madera que llevase grabado en relieve el nuevo carácter.
El verdadero mérito de Gutenberg fue perfeccionar estas técnicas hasta conseguir un procedimiento tipográfico que permanecería sin apenas cambios hasta los primeros compases del siglo XX. Para ello procedió a sustituir la madera por el metal, fabricando moldes de fundición capaces de reproducir tipos metálicos suficientemente regulares como para permitir la composición de textos. Fue esta invención, la impresión tipográfica con tipos móviles metálicos, la que dio origen al libro moderno.

Imprenta de la época

La autenticidad de sus aportaciones también es objeto de debates. El hecho de no haber dejado su nombre en ninguno de los libros por él impresos, junto con las sombras que existen en torno a su vida, ha dado pie a atribuir a otros los méritos de su invención. El principal adversario en disputarle el descubrimiento ha sido, y para algunos sigue siendo, Laurens Janszoon Coster, un impresor de Haarlem del que se dice que inventó el tipo móvil metálico unas dos décadas antes que Gutenberg. De hecho, se han encontrado incunables en Holanda, confeccionados con tipos móviles, que muy bien pudieran haber salido de su taller. No obstante, lo defectuoso de la impresión ha llevado a muchos eruditos a pensar que Coster se sirvió de punzones de madera y de moldes de arena fina o de arcilla para fabricar los tipos de imprenta, atribuyendo a Gutenberg el punzón metálico y el molde de fundición, sin cuyo concurso la tipografía no hubiese sido posible.
La invención de la imprenta con caracteres móviles es uno de los grandes hitos de la historia de la cultura. Basta con mencionar algunas cifras para corroborar la intuitiva impresión de que el impacto había de ser inmenso: se calcula, por ejemplo, que la producción de libros durante los primeros cincuenta años después de la decisiva aportación de Johannes Gutenberg fue, casi con toda seguridad, mayor que en los mil años precedentes.
La imprenta, en efecto, provocó una verdadera revolución en la cultura. La posibilidad de realizar tiradas de múltiples ejemplares de libros facilitó el acceso de un mayor número de personas en todo el mundo al saber escrito y conllevó radicales transformaciones en la política, la religión y las artes. El saber escrito dejó de ser patrimonio de una élite y se extendió a amplias capas de la población. La escritura fue sustituyendo a la tradición oral como forma privilegiada para transmitir conocimientos, a la par que las publicaciones impresas, como libros o periódicos, se generalizaron. En pocas centurias la escritura impresa se convertiría en el medio predominante en Occidente para la difusión del saber.
Los cambios que trajo consigo la imprenta de Gutenberg sólo son comparables a los que originaron los nuevos medios surgidos en el siglo XX (la radio, el cine, la televisión) y a los que está originando la generalización de la informática en el umbral del siglo XXI. Los ordenadores están sustituyendo a los documentos impresos como instrumentos para transmitir y conservar los textos. 
Aunque el libro, tal como lo hemos entendido hasta la actualidad, continuará siendo de gran utilidad durante mucho tiempo, la época de la historia marcada por el predominio de la letra impresa (siglos XV-XX) puede darse por finalizada; al menos, éste fue el parecer de Marshall McLuhan, el sociólogo canadiense que acuñó la expresión «galaxia Gutenberg» como designación de ese periodo de abrumador predominio de los medios impresos.



Historia de la primera biblia impresa.

Paula Flores Vargas
Gutenberg estuvo trabajando en su invento durante años en el más absoluto secreto. Con la excusa de fabricar espejos, se proveía de todos los instrumentos necesarios en la imprenta (prensas, moldes, plomo, etc.). Al parecer, aunque llevaba años dedicado a imprimir (incluso se cree que vendía libros impresos por manuscritos, cobrándolos lógicamente más caros), trataba por todos los medios de que su invención no fuera conocida (hasta el punto de destruir sus propios trabajos).
Se supone que en 1445 imprimió mediante esta técnica "El Juicio Final", del que sólo se conserva un fragmento. En 1450 se asocia con Johann Fust, prestamista y editor alemán, que le financia un taller tipográfico, del que sale el "Misal de Constanza", considerado como el primer libro tipográfico. 
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En 1452 realiza la "Biblia de las 42 líneas" (primera obra completa realizada con esta nueva técnica), también conocida como Biblia Latina, de "Gutenberg" o "Mazarina". Surgen desavenencias y problemas económicos entre Fust y Gutenberg y el primero se asocia con un empleado de Gutenberg, Peter Schöeffer.
 De este nuevo taller saldrá "El Salterio de Maguncia" (1457), primera obra que lleva colofón con año y lugar de impresión, está ilustrada con letras grabadas, se imprimió a más de un color y lleva marca de impresor. En 1462 imprimen la "Biblia de las 48 líneas"
Mientras tanto, Gutenberg rehace su taller y continúa su actividad como impresor. En 1460 Gutenberg abandona la imprenta, probablemente a causa de la ceguera, y muere en Maguncia en 1468.

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Paula Flores Vargas


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 COPIAS DE LA BIBLIA 


Se cree que se imprimieron 180 copias de la Biblia, pero esta información se basa en una única carta de Enea Silvio Piccolomini (el futuro Papa Pío II), quien vio muestras del trabajo de Gutenberg en Frankfurt en 1455. Actualmente los académicos, tras examinar las copias existentes, consideran que se pudieron imprimir entre 158 y 180 copias.


De las 49 copias más o menos completas que se conservan de la Biblia de Gutenberg (12 en vitela, 37 en papel), la de la Biblioteca del Congreso, junto a la de la Biblioteca Nacional de Francia y la de la Biblioteca Británica, son las tres copias más perfectas impresas en vitela de las que se tiene conocimiento.

PaísInstituciónHubay
n.°
EstadoMaterial
Austria (1)Biblioteca Nacional
 de Austria, Viena
27completapapel
Bélgica (1)Bibliothèque
universitaire, Mons
1incompletapapel
Dinamarca (1)Kongelige Bibliotek,
 Copenhague
12incompletapapel
Francia (4)Biblioteca Nacional
de Francia, París
15completapergamino
17incompletapapel
Biblioteca Mazarino,
 París
16completapapel
Bibliothèque
 Municipale,
 Saint-Omer
18incompletapapel
Alemania (12)Museo Gutenberg,
Maguncia
8incompletapapel
9
Landesbibliothek,
Fulda
4incompletapergamino
Universitätsbibliothek,
Leipzig
14incompletapergamino
Niedersächsische
Staats-und
 Universitätsbibliothek,
Göttingen
2completapergamino
Biblioteca Estatal de
Berlín
3incompletapergamino
Biblioteca Estatal de
 Baviera, Múnich
5completapapel
Universitätsbibliothek
Johann Christian
Senckenberg,
Fráncfort del Meno
6completapapel
Hofbibliothek,
Aschaffenburg
7incompletapapel
Württembergische
 Landesbibliothek,
Stuttgart
10incompletapapel
Stadtbibliothek,
 Tréveris
11incompletapapel
Landesbibliothek,
 Kassel
12incompletapapel
Japón (1)Universidad de Keiō,
 Tokio
45incompletapapel
Polonia (1)Biblioteka
Seminarium
 Duchownego,
 Pelplin
28incompletapapel
Portugal (1)Biblioteca
 Nacional de
 Portugal,
Lisboa
29completapapel
Rusia (2)Biblioteca
 Nacional
 Rusa,
 San
Petersburgo
-incompletapergamino
Universidad Estatal
de Moscú,
 Moscú
-completapapel
España (2)Biblioteca
 General.
Universidad
de Sevilla
32incompletapapel
Biblioteca
 Pública
 Provincial,
 Burgos
31completa​papel
Suiza (1)Biblioteca
Bodmeriana
30incompletapapel
Reino 
Unido (8)
British Library,
 Londres
?completapergamino
?completapapel
Biblioteca
Nacional
de Escocia,
 Edimburgo
26completapapel
Biblioteca del
Palacio de
 Lambeth,
 Londres
20incompletapergamino
Eton College
Library,
Eton
23completapapel
Biblioteca
Universitaria
John Rylands,
 Mánchester
25completapapel
Biblioteca
 Bodleiana,
Oxford
24completapapel
Biblioteca de la
Universidad
 de Cambridge
22completapapel
Estados
 Unidos (11)
The Morgan
Library &
Museum,
 Nueva York
37incompletapergamino
38completapapel
44incompletapapel
Biblioteca
 del Congreso
de Estados
Unidos,
 Washington D. C.
35completapergamino
Biblioteca Pública
 de Nueva York
42incompletapapel
Widener Library,
 Universidad de
 Harvard
40completapapel
Beinecke Library,
 Universidad
de Yale
41completapapel
Scheide Library, 
Universidad
de Princeton
43papel
Lilly Library,
Universidad
de Indiana
46incompletapapel
Henry E. Huntington
 Library,
San Marino,
 California
36incompletapergamino
Harry Ransom
 Humanities
 Research
 Center, 
Universidad
de Texas
 en Austin
39completapapel
Vaticano (2)Biblioteca
 Apostólica
 Vaticana
33incompletapergamino
34incompletapapel

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La Biblia gigante de Maguncia.


La Biblia gigante de Maguncia es un manuscrito iluminado de la Biblia Vulgata en dos volúmenes, de grandes dimensiones, realizado hacia los años 1452-1453, probablemente en Maguncia o alrededores.

Destaca por su belleza, por ser una de las últimas biblias manuscritas realizada antes de la invención de la imprenta en Occidente, y por sus posibles conexiones con la Biblia de Gutenberg.


Lugar y fecha de realización


El colofón de la biblia registra que el escriba comenzó a trabajar el 4 de abril de 1452 y terminó el 9 de julio de 1453. En torno a estas fechas, las grandes biblias, diseñadas para ser leídas desde un atril, estaban recuperando su popularidad por primera vez desde el siglo XII. En el período intermedio, habían sido habituales pequeñas biblias de mano.

Aunque no se puede conocer con certeza el lugar de confección, varios indicios lo vinculan con Maguncia, incluido el estilo de decoración. El estilo de la escritura también sugiere un origen en algún lugar de la región del Medio o Bajo Rin, y se sabe que la biblia fue propiedad de la Catedral de Maguncia desde al menos 1566.


La biblia fue escrita por un solo escriba en pergamino de alta calidad. Las páginas miden 576 x 405 mm (22,6 x 15,9 pulgadas) y el texto está organizado en 2 columnas de 60 líneas, con amplios márgenes. Hay decoraciones en una variedad de estilos, por más de un artista. La decoración nunca se completó, por razones desconocidas. Solo unas pocas páginas en el primer volumen tienen los bordes iluminados complejos y finamente dibujados por los que la Biblia es conocida.

La biblia está encuadernada en 2 volúmenes, con 244 hojas en el primero y 214 en el segundo. Es probable que falten una hoja preliminar y dos finales. La encuadernación es de piel de cerdo lisa sobre tablas de madera y es más o menos contemporánea al resto del libro.​ El bloque de texto está asegurado por nueve cuerdas con bandas en la cabeza y la cola de seda roja, blanca y verde.

El texto de la biblia ha sido poco estudiado pero está cerca de otras Biblias Vulgata del período.


La procedencia de la biblia se conoce desde 1566 en adelante. En ese año, Heinrich von Stockheim de la catedral de Maguncia depositó en la biblioteca de la catedral. No está claro si lo donó a la catedral o simplemente lo transfirió a la biblioteca desde la capilla.

En 1631 la biblioteca fue confiscada como premio de guerra por Gustavus Adolphus II de Suecia, quien entregó la Biblia a uno de sus oficiales, Bernardo de Sajonia-Weimar. Permaneció en la familia de Bernard hasta que se vendió a Lessing J. Rosenwald, a través del librero Hans P. Kraus, en 1951. En 1952 Rosenwald lo donó a la Biblioteca del Congreso.

La biblia está en muy buenas condiciones, lo que sugiere que nunca se leyó con regularidad. No hay marcas del pulgar y muy poca decoloración en los márgenes exteriores. Fue paginada en el siglo XIX.


La Biblia gigante se escribió al mismo tiempo que Johannes Gutenberg imprimía su Biblia, y posiblemente en la misma ciudad. La Biblia de Gutenberg se inspiró claramente en las Biblias manuscritas de gran formato que se estaban escribiendo en este momento, por ejemplo, en su tamaño de página y sus amplios márgenes. Se ha especulado que la Biblia gigante fue una influencia particular en Gutenberg, pero la evidencia de esto es limitada.​ La tipografía de Gutenberg tiene el mismo estilo de textura, pero no parece que la mano del escriba de la Biblia Gigante fuera el modelo. El texto de la Biblia Gigante no está especialmente próximo de la Biblia de Gutenberg.

Varios animales, humanos y flores que aparecen en los bordes decorados añadidos a algunas páginas están estrechamente relacionados con las figuras de la copia de la Biblia de Gutenberg de la Universidad de Princeton y también con la obra del Maestro de los naipes.​ Se asume que se utilizó el mismo libro modelo en cada caso. 

Se ha especulado que el maestro de los naipes trabajó en la Biblia gigante y que también pudo haber sido un socio de Gutenberg, aunque no hay pruebas contundentes de esto. ​ La copia de Princeton de la Biblia de Gutenberg parece haber sido decorada por un artista diferente a la Biblia gigante.


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