Comentarios No Católicos
En General | hoja |
Los comentarios de los primeros reformadores, Lutero, Melanchton, Calvino, Zuinglio, etc., son en su mayoría polémicos, y actualmente los eruditos los citan muy poco. Sus sucesores inmediatos se involucraron demasiado enérgicamente en polémicas entre ellos como para dedicar mucho tiempo a las obras regulares de exégesis. Los siguientes escribieron sobre la Sagrada Escritura durante los siglos XVII y XVIII. Luteranos: Gerhard; Geier; Calov; S. Schmid; J. H. Michaelis; Lange. Calvinistas: Drusius; Louis de Dieu (gran erudito oriental); Cappel; Bochart; Cocceius; Vitringa. Socinianos: John Crell y Jonas Schlichting. Arminianos: Hugo Grocios (un hombre de gran erudición); Limbroch; John le Clerc (racionalista). Escritores ingleses: Brian Walton (Políglota de Londres), John Lightfoot (Horæ Heb. et Talm.), ambos minas de conocimiento; Pearson, etc., editores de "Critici Sacri" (compilado a partir de los mejores escritores continentales, católicos y protestantes); Mayer; S. Clarke (breves notas juiciosas); Wells; Gill; John Wesley; Dodd; W. Lowth; R. Lowth; y los editores de la Biblia de los Reformadores. | hoja |
Durante el siglo XIX: Priestly (1803); Burder (1809); D'Oyly y Mant (1820); A. Clarke (1826, erudito); Boothroyd (1823, erudito hebreo); Thomas Scott (1822, popular); Matthew Henry (1827, un comentario práctico sobre el Antiguo y el Nuevo Testamento); Bloomfield (Test. Griego con notas en inglés, 1832, bueno para la época); Kuinoel (Com. Filológico sobre el Nuevo Test., 1828); Oldshausen (1839); Haevernick (1845); Baumgarten (1859); Tholuck (1843); Trench (Parábolas, El Sermón de la Montaña, Milagros, N. T. Syn.—muy útil); "The Speakers Commentary" (todavía valioso); Alford (Test. griego con com. crítico y exegético, 1856, bueno); Franz Delitzsch (1870), Ebrard Hengstenberg (1869); Wordsworth (El Test. Griego, con notas, 1877); Keil; Ellicott (Ep. De San Pablo, muy estimado); Conybeare y Howson (San Pablo, contiene mucha información útil); Lange, junto con Schroeder, Fay, Cassel, Bacher, Zoeckler, Moll, etc. (Ant. Y Nuevo Test., 1864-78); Lewin (San Pablo, 1878); Beet; Cook; Gloag; Perowne; obispo Lightfoot (Eps. de San Pablo); Westcott. Hubo muchos comentarios publicados en Cambridge, Oxford, Londres, etc. (vea los catálogos de las editoriales, y las comunicaciones en "Expositor", "Expository Times" y "Journal of Theological Studies"). Otros escritores son Farrar, A. B. Davidson, Fausset, Plummer, Plumptre, Salmon, Swete, Bruce, Dods, Stanley, Driver, Kirkpatrick, Sanday, Green, Hovey, Robinson, Schaff, Briggs, Moore, Gould, etc. "The International Critical Commentary" es una obra por muchos y distinguidos eruditos ingleses y estadounidenses. También están los diccionarios de la Biblia de Kitto, Smith y Hastings. Muchas de estas obras, especialmente las últimas, son valiosos por su método científico, aunque no de igual valor por sus puntos de vista o conclusiones.
Comentarios Racionalistas
Los deístas ingleses, Lord Herbert de Cherbury (m. 1648), Hobbes, Blount, Toland, Lord Shaftesbury (m. 1713), Mandeville, Collins, Woolston (1731), Tindal, Morgan, Chubb, Lord Bolingbroke (d. 1751), Annet y David Hume (m. 1776), aunque admiten la existencia de Dios, rechazaban lo sobrenatural, e hicieron desesperados ataques a diferentes partes del Antiguo y del Nuevo Testamento. Fueron hábilmente refutados por hombres como Newton, Cudworth, Boyle, Bentley, Lesley, Locke, Ibbot, Whiston, S. Clarke, Sherlock, Chandler, Gilbert West, George Lord Lytton, Waterland, Foster, Warburton, Leland, Law, Lardner Watt, Butler. Estas respuestas fueron tan eficaces que en Inglaterra el deísmo prácticamente murió con Hume. Mientras tanto, por desgracia, Voltaire y otros difundieron las opiniones de los racionalistas ingleses en el continente. En Alemania, el terreno estaba preparado por la filosofía de Christian Wolff y los escritos de su discípulo Semler. Gran escándalo fue causado por los escritos póstumos de Raimaro, que fueron publicados por Lessing entre 1774 a 78 (Los Fragmentos de Wolfenbüttel). Lessing alegaba haber descubierto el manuscrito en la biblioteca ducal de Wolfenbüttel y que el autor era desconocido. De acuerdo a los "Fragmentos", Moisés, Cristo y los Apóstoles eran impostores. Lessing fue atacado vigorosamente, sobre todo por Gotze; pero Lessing, en lugar de enfrentarse a los argumentos de su oponente, con gran destreza literaria lo convirtió en ridículo. Los racionalistas, sin embargo, pronto se dieron cuenta que las Escrituras tenían un tono muy genuino como para ser tratadas como el resultado de la impostura. Eichhorn, en su "Introd. al Ant. Test." (1789), sostuvo que las Escrituras eran producciones genuinas, pero que, como los judíos veían la intervención de Dios en los fenómenos naturales más comunes, los milagros debían ser explicados naturalmente, y él procedió a mostrar cómo. Paulo (1761-1850), siguiendo el ejemplo de Eichhorn, les aplicó a los Evangelios el método naturalista para explicar los milagros. Cuando Paulo era un niño a su padre se le trastornó la mente y constantemente veía a su esposa fallecida y a otros ángeles guardianes, y veía milagros en todas partes. Después de un tiempo el joven Paulo comenzó a deshacerse de esta pesadilla y se divertía tomando ventaja de la debilidad de su padre, y hacía bromas sobre él. Él creció con la aversión más amarga hacia todo lo sobrenatural, y su juicio se volvió casi tan retorcido como el de su padre, pero en la dirección opuesta. Los Apóstoles y los primeros cristianos le parecían gente como su ilustre padre, y pensaba que distorsionan los hechos naturales por medio de su imaginación excitada. Esto le llevó a dar una explicación naturalista de los milagros del Evangelio.
El sentido común de los racionalistas alemanes pronto se dio cuenta, sin embargo, que si se aceptaba la autenticidad de los libros sagrados, con Eichhorn y Paulo, la explicación naturalista de estos dos escritores era tan absurda como el sistema impostor de Raimaro. Con el fin de acabar con lo sobrenatural era necesario deshacerse de la autenticidad de los libros; y para esto se prestaron fácilmente las observaciones de Richard Simon y Jean Astruc. G. L Bauer, Heyne (m. 1812) y Creuzer negaron la autenticidad de la mayor parte del Pentateuco y lo compararon con la mitología de los griegos y los romanos. El mayor defensor de tales puntos de vista fue de Wette (1780-1849), discípulo de San Pablo, quien pronto se convenció de la falsedad de su método. En su "Introd. al Ant. Test.” (1806) sostuvo que los relatos milagrosos del Antiguo Testamento eran sólo leyendas populares, que, al pasar de boca en boca, en el transcurso de los siglos, se transformaron y transfundieron con lo maravilloso y lo sobrenatural, y finalmente fueron puestas por escrito en perfecta buena fe. Strauss (1808-1874), en su "Das Leben Jesu" (1835) le aplicó esta explicación mítica a los Evangelios. Él demostró con claridad que si con Paulo se les permite a los Evangelios ser auténticos, el intento de explicar los milagros, naturalmente, se desmorona por completo. Strauss rechazó la autenticidad y consideró los relatos milagrosos en los Evangelios como leyendas ingenuas, las producciones de la imaginación piadosa de las primeras generaciones de cristianos. Los puntos de vista de Strauss fueron severamente criticados por los católicos Kuhn, Mack, Hug y Sepp, y por los protestantes Neander, Tholuck, Ullman, Lange, Ewald, Riggenbach, Weiss y Keim. Baur sobre todo, el fundador de la Escuela de Tubinga, demostró que Strauss iba en contra de los hechos más claramente establecidos de la historia cristiana primitiva, y demostró la insensatez de negar la existencia histórica de Cristo y de su personalidad transcendente. Incluso Strauss perdió toda confianza en su propio sistema. Baur, por desgracia, originó una teoría que estuvo en boga durante un tiempo, pero que fue abandonada posteriormente por la mayoría de los críticos. Sostuvo que el Nuevo Testamento contiene los escritos de dos partidos antagonistas entre los Apóstoles y los primeros cristianos. Sus principales seguidores fueron Zeller, Schwegler, Planck, Köslin, Ritsch, Hilgenfeld, Volkmar, Tobler, Keim, Hosten, algunos de los cuales, sin embargo, se emanciparon de su maestro.
Además de los escritores ya mencionados, los siguientes escribieron en un espíritu racionalista: Ernesti (m. 1781), Semler (1791), Berthold (1822), los Rosenmullers, Crusio (1843), Bertheau, De Wette, Hupfeld, Ewald, Thenius, Fritzsche, Justi, Gesenio (m. 1842), Longerke, Bleek, Bunsen (1860), Umbreit, Kleinert, Knobel, Nicolas, Hirzel, Kuenen, J. C. K. von Hoffmann, Hitzig (m. 1875), Schulz (1869), B. Weiss, Renan, Tuch, H. A. W. Meyer (y sus continuadores Huther, Luneman, Dusterdieck, Bruckner, etc.), Welihausen, Wieseler, Jiilicher, Beyschlag, H. Holtzmann, y sus colaboradores Schmiedel, von Soden, etc. Holtzmann, mientras que prácticamente acepta la autenticidad de los Evangelios, especialmente el de San Marcos, se esfuerza por explicar los milagros. Aborda el tema con su mente predeterminada a que los milagros no existen, y trata de deshacerse de ellos hábilmente tratando de demostrar que no son más que ecos de las historias de milagros del Antiguo Testamento. En esto es tan poco exitoso como Paulo, que veía en ellos sólo el equivalente a la imaginación distorsionada de su infortunado padre. Holtzmann fue severamente reprendido por varios autores en el "International Critical Commentary". El intento de deshacerse de lo sobrenatural ha fracasado por completo; pero la actividad de tantas mentes agudas ha arrojado gran luz sobre la lengua y la literatura de la Biblia.
Los mejores comentarios (no católicos) modernos en ingles
Hay una lista muy útil de tales comentarios en "The Expository Times" (vol. XIV, enero y febrero, 1903, 151, 203), por Henry Bond, bibliotecario de Woolwich. Es el resultado de las opiniones que obtuvo de muchos de los más reconocidos estudiosos ingleses. El número de votos dados a las diferentes obras se imprime después de cada nombre, pero no aparece ningún nombre en la lista a menos que recibiera más de cinco votos. El editor, el Dr. James Hastings, agregó notas y observaciones juiciosas (270, 358). La siguiente lista se basa, en gran medida, en estos papeles, complementada con otras fuentes. Las obras se distinguen de la siguiente manera: (e) excelente, (b) bueno, (r) regular. Algunos de los que están marcados (b) y (r) fueron excelentes para el momento en que se publicaron; y todavía se pueden considerar útiles. La caracterización de cada uno es, por supuesto, desde el punto vista no-católico.
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Antiguo Testamento
Introducción: Driver, "Introd. a la Literatura del Antiguo Testamento", escrito desde un punto de vista de la “Alta Crítica”; por otro lado está el poderoso libro de Orr, "The Problem of the Old Testament" (Londres, 1906). Ambos contienen amplia literatura. —Génesis: Skinner, en "International Critical Commentary"; Spurrell (b) (notas sobre el texto); Delitzsch (b), y Dillmann (b); Dods en "Handbook Series". —Éxodo: Al presente no hay ningún comentario de primera clase sobre el Éxodo; Kennedy en "Int. Crit. Comm."; Chadwick (b). —Levítico: Stenning en "Int. Crit. Comm."; Kalish (b) el mejor en ingles; Driver y White (r) en Biblia Policroma; Ginsburg (Londres); Kellog (r) (Londres). —Números: Buchanan Gray (e) en "Int. Crit. Comm.": Kittell, "History of the Hebrews"; hay mucho más a qué referirnos, pues los demás están fuera de fecha. —Deuteronomio: Driver (e) en "Int. Crit. Comm."; Harper (b). —Josué: Smith en "Int. Crit. Comm."; Maclear (r). —Jueces: Moore (e) en "Int. Crit. Comm."; Watson (f); Lias (r). —Rut: Briggs en "Int. Crit. Comm.". —Samuel: Smith (e) en "Int. Crit. Comm."; Kirkpatrick (e). —Reyes: Brown en "Int. Crit. Comm."; Lumby, una excelente obra popular. —Crónicas (Paralip.): Curtis en "Int. Crit. Comm."; también su artículo en Hastings, "Dict. of the Bible"; Ben-nett (b); Barnes (b). —Esdras y Nehemías: Batten en "Int. Crit. Comm."; el de Ryle es un excelente comentario popular; Adeney (r). —Ester: Paton en "Int. Crit. Comm."; Lange (r); Adeney (r). —Job: Parece que no hay comentarios de primera clase de estudiantes sobre Job; el de Davidson es un excelente libro popular; las obras anteriores de Driver, Gibson y Cox son regulares. —Salmos: Briggs (e) en "Int. Crit. Comm."; Delitzsch (e); Kirkpatrick (e); Perowne (b); Cheyne (r). —Proverbios: Toy (e) en "Int. Crit. Comm.". —Eclesiastés: Barton (e) en "Int. Crit. Comm."; Strong (e); Tyler (b); Plumptre, un buen comentario popular; Delitzsch (r); Wright (r). —Cántico de Salomón (Cantar): Briggs en "Int. Crit. Comm."; Harper, una obra valiosa; Gins-burg (r). —Isaías: Driver y Gray en "Int. Crit. Comm."; Smith (e); Delitzsch (b); Cheyne (r). —Jeremías: Kirkpatrick en "Int. Crit. Comm."; Streane una obra popular excelente; el de Ball y Bennett es bueno; Orelli (r). —Lamentaciones: Briggs en "Int. Crit. Comm."; Streane y Adeney, Buenos libros populares. —Ezequiel: Cooke y Burney en "Int. Crit. Comm."; Cobern (b); Toy (r) en "Biblia Policroma"; Davidson (e), un excelente comentario popular. —Daniel: Peters en "Int. Crit. Comm."; Kennedy (b); Bevan (b); Driver tiene un comentario popular de primera clase. —Amós y Oseas: Harper (e) en "Int. Crit. Comm."; hay tres excelentes obras populares por Smith, Driver y Cheyne. —Otros profetas menores: Smith, etc., en "Int. Crit. Comm."; Smith (e); Davidson (b), y Perowne (b); Orelli (r); Dods, "Profetas Post-Exilio", en Serie de Panfletos; Low (b); Zechariah (b); Pusey (r).
Nuevo Testamento
Introducción: Salmon, "Introd. to the New Test.", un libro excelente; Westcott, "Canon del Nuevo Test." (7ma ed., 1896); Lightfoot, "Essays on Supernatural Religion" (1893), una ponderosa respuesta a los ataques al Nuevo Testamento de un racionalista anónimo; también su "Disertaciones sobre la Era Apostólica, y Ensayos Bíblicos; Ramsay, "San Pablo el Viajero", "¿Nació Cristo en Belén?", etc.; Harnack, "San Lucas el Médico", defiende la autenticidad del Evangelio y de los Hechos; Hawkins, "Horae Synopticae". Text: "Variorum New Test."; Weymouth, "The Resultant Greek Test.", que muestra las lecturas griegas de once grandes ediciones; Westcott y Hort, "El Nuevo Testamento en Griego", vol. II, Introd.; Salmon, "Alguna Crítica del Texto" (1897), una crítica de Westcott y Hort; "El Debate de Oxford sobre la Crítica Textual del Nuevo Test." (Oxford, 1897); Kenyon, "Nuestra Biblia y los Manuscritos Antiguos", un libro muy valioso; también su "Manual de la Crítica Textual del Nuevo Test." (1901); Hammond, "Outlines of Text. Crit. applied to N. Test." (Oxford); Nestle (también tr.), y la exhaustiva obra por von Soden (ambas en alemán). —Evangelio según San Mateo: Allen (e) en "Int. Crit. Comm."; Meyer (e), una de las obras más antiguas, pero todavía en uso, dice el Dr. Hastings, por algunos de los mejores eruditos, que siempre la tuvieron a la mano; Bruce (b) en "Exp. Greek Test.'; Alford (r); Morison (b); Carr (b); "Camb. Greek Test." —Evangelio según San Marcos: Swete (e); Gould (b) en "Int. Crit. Comm."; Hort (b) Lindsay, un excelente librito. —Evangelio según San Lucas: Plummer (e) en "Int. Crit. Comm."; Wright (b), "El Evangelio de San Lucas en Griego"; Godet (b); Farrar (b). —Evangelio según San Juan: Westcott (e) en "Speaker's Comm.", el más elogiado de todos los comentarios sobre el Evangelio según San Juan; Bernard en "Int. Crit. Comm."; Godet (b); Milligan y Moulton (b); Dods en "Exp. Gr. Test." (b); Reith (b).
Hechos de los Apóstoles: Knowling (e), "Exp. Gr. Test.", uno de los mejores comentarios sobre los Hechos en cualquier lenguaje; Turner en "Int. Crit. Comm."; Rendall (b); Lumby (b) Rackn,::n (b); Page (b). —Romanos: Sanday y Headlam (e) en "int. Crit. Comm.", uno de los mejores comentarios existentes sobre los romanos, al cual hace superfluos a todos los demás comentarios en inglés. —1 Corintios: Robertson y Walker en "Int. Crit. Comm."; Evans (b) en "Speaker's Comm."; Findlay (b) en "Exp. Greek Test."; Edwards (b); Ellicott (b); Godet (r); Massie en Biblia del Siglo (b). —2 Corintios: Meyer (b), en "Int. Crit. Comm."; Bernard (b) en "Exp. Greek Test."; Waite (b) en "Speaker's Commentary". —Gálatas: Lightfoot (e) (Londres, 1874), una obra maestra de exégesis; Burton en "Int. Crit. Comm."; Rendall (b) en "Exp. Greek. Test."; Ellicott (b); Ramsay (b); Sanday (b). —Efesios: Abbott (e) en "Int. Crit. Comm." (Edimburgo); Armitage Robinson (e); Macpherson (b); Ellicott (b); Salmond (b) en "Exp. Greek Test."; Alford (r) (London); Meyer (r); Miller, bueno pero atrevido. —Filipenses y Filemón: Lightfoot (e), otra obra maestra; Vincent (e) en "Int. Crit. Comm."; Ellicott (r); Moule (b), "Philippian Studies", y en "Camb. Greek Test." —Colosenses: Lightfoot (e), otra gran obra; Abbott (e) en "Int. Crit. Comm." (en el mismo volumen que Efesios); Peake (b) en "Exp. Greek Test."; Maclaren (b); Ellicott (r); Findlay (r) en "Pulpit Comm."; Moule (b), "Colossian Studies". —Tesalonicenses: Milligan (e), muy estimado; Frame en "Int. Crit. Comm."; Ellicott (e); Meyer y Alford (r); Findlay (e); Denney (b); Mason (b). —Epístolas Pastorales: Lock en "Int. Crit. Comm."; Ellicott (e); Bernard (b) en "Camb. Greek Test."; Meyer (r); Lilley (b) en "Hand-book Series"; a estos se debe añadir los valiosos libros de Santiago, "The Genuineness and Authorship of the Pastoral Epistles" (1906). —Hebreos: Westcott (e), al mismo nivel que Lightfoot, la mayor obra sobre Hebreos; Nairne en "Int. Crit. Comm."; Davidson (b); Farrar (b). —Epístola de Santiago el Mayor (e); Ropes en "Int. Crit. Comm."; Alford y Meyer (r); Plumptre (b). —Epístolas de San Pedro y San Judas: Bigg (e) en "Int. Crit. Comm."; Hort (e), un fragmento espléndido; Masterman (b), "I Peter"; Salmon (b), "I Peter" en "Comentario Popular". —Epístolas de San Juan: Westcott (e), otra de sus grandes obras; Haupt (b) y Huther (b); Watson (b), "1 Juan". —Revelación (Apocalipsis): Swete (e), el mayor comentario sobre el Apocalipsis; Charles en "Int. Crit. Comm.'; Milligan (e); Simcox (b); Hort (e).
Bibliografía: Comentarios Judíos: ABRAHAMS, Short History of Jewish Literature (Londres, 1906); GRAETZ, History of the Jews (Filadelfia, 1891-98); OESTERLEY Y BOX, The Religion and Worship of the Synagogue (Londres, 1907); BACHER, Bible Exegesis in Jewish Encyc.; SCHECHTER, Talmud in Hist. Dict. Bib.; FARRAR, History of Interpretation (Londres, 1886); VON SCHÜRER, The Jewish People in the Time of Jesus Christ (Edimburgo, 1902). Comentarios patrísticos: BARDENHEWER, Gesch. der altkirchlichen Litteratur (Friburgo, 1902-3); IDEM, Patroloqie (1894: Fr. tr., París, 1899); TURNER en HAST., Dict. of the Bible, extra vol.; EHRHARD, Altchr. Litteratur (Friburgo, 1900). Comentarios Posteriores: CALMET, Dict. Bib., I; DIXON, General Introd. to the S. Scriptures (Dublín, 1872), II; GIGOT, General introd. to the Holy Scriptures (Nueva York, 1900); RICHARD SIMON, Histoire critique des principaux commentateurs du N. T. (Rotterdam. 1689); HORNE, Introd. to the Scriptures (Londres, 1834), II; HURTER, Nomenclator; VIGOUROUX, Manuel biblique (París, 1882); IDEM, Les Livres saints et la critique rationaliste (París, 1886), II.
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